Así se ha transformado el hospital de Salamanca para afrontar la crisis del coronavirus
El sistema sanitario español se ha visto obligado a hacer un esfuerzo sobrehumano en los últimos días debido a la crisis del coronavirus. Los hospitales se han transformado, mientras las urgencias bajaban e, incluso, los médicos de Atención Primaria, aunque seguramente con más trabajo, desaparecían de nuestras vidas ante la imposibilidad de acudir a los centros de salud.
Ahora que la situación parece más estabilizada, y antes de la famosa desescalada, se conoce que las camas se han multiplicado en apenas tres semanas en los hospitales. En Salamanca, donde como en todos los centros hospitalarios la crisis ha causado estragos, se ha dado una lección de saber hacer en muy poco tiempo.
Más allá de las críticas evidentes por la falta de material, el exceso de horas de los sanitarios, el cansancio acumulado y los contagios constantes (ya más de 300) de los que nos cuidan hasta el punto de haber sufrido ya dos fallecidos, precisamente de médicos de Atención Primaria, en lo que respecta a la ocupación hospitalaria, sí parece haberse conseguido el objetivo.
Los datos de la Junta de Castilla y León informan de que las camas UCI se han multiplicado hasta por tres. De las 28 iniciales se han pasado a las 93 actuales, contando todo tipo de recursos, incluso las pediátricas y, sin embargo, el pico máximo en este ámbito ha llegado hasta las 56 ocupadas (actualmente ya está por debajo de 50).
También afirman que las camas en planta han pasado de 651 a 742, casi 90 más, y tampoco se ha llegado a la ocupación completa, en este caso ni siquiera del inicio. 579 es el total de hospitalizados a inicios de semana, de los que apenas 350 eran por coronavirus. De hecho, el número máximo de hospitalizados por el virus ha llegado a superar los 380, siempre según datos de la Junta.
Más allá de esto, se han implementado otros varios recursos para descongestionar el hospital. Centros como Fonseca, u otros municipales para las personas sin techo, así como el propio hospital de Los Montalvos, se han convertido en zonas de coronavirus, mientras el hospital de la Santísima Trinidad acogía a pacientes oncológicos y operaciones, esto último incluso durante la presente semana.
Todo ello ha permitido que, en el terreno logístico puramente material, el objetivo se haya conseguido y no se vaya a sobrepasar, presumiblemente, ante una curva ya descendente. Otro asunto es la carga de trabajo de los sanitarios, a veces multiplicados, que también han tenido que variar su idea inicial para echar una mano. Equipos interdisciplinares, variopintos incluso, llegados desde el sótano a la última planta que se han esforzado hasta el máximo para conseguir doblegar la famosa curva. Ahora no queda más que seguir, todos desde cada su función, para recuperar esta “nueva normalidad”, como el presidente del Gobierno la calificó, hasta la aparición de la vacuna. Después, por supuesto, habrá que recompensar principalmente a los sanitarios por todo el esfuerzo de las líneas superiores.