El párroco de Cristo Rey y parte del equipo de capellanes del hospital Clínico y del Virgen de la Vega, Juan José Calles, ha contado su experiencia tras haber superado el coronavirus.
Según comenta a la Diócesis, ya en las dos primeras semanas de marzo se percató del riesgo que corría en los hospitales por lo que decidió dejar a su madre, de 91 años, en compañía de una sobrina para él trasladarse a la casa parroquial.
Fue hace un mes, el 20 de marzo, cuando comenzaron los síntomas al perder los sentidos del gusto y del olfato y el 23 quedó ingresado en el hospital Clínico. El mismo día, aunque muchas horas después, fue dado de alta y confinado en la casa para guardar la preceptiva cuarentena, donde continúa a la espera del test que certifique que el virus ya se ha ido.
"¿Qué ha significado para mí el hecho de estar contagiado del COVID-19? El lunes 23 de madrugada, en el pasillo de Urgencias del Hospital, esperando los resultados de los análisis que me habían realizado, escribí esta nota en el muro de mi Facebook: Cuando son la 1,20h de la madrugada, sigo en Urgencias del Hospital Clínico. Si me dejan ingresado celebraré la EUCARISTIA ofreciendo mi cuerpo como una hostia viva por todos los enfermos de coronavirus, unido a Nuestro Señor Jesucristo crucificado, muerto, sepultado y resucitado. Rezad por mí. Shalôm. Creo sinceramente que el Señor me ha llevado a vivir una “experiencia pascual” a través del contagio del COVID-19 y el tratamiento para combatir esta enfermedad", cuenta.
Durante este mes, dice, además, ha podido sobrellevar el confinamiento doméstico en soledad "sostenido por la oración diaria de la Liturgia de las Horas, el rezo del Rosario, la celebración de la Eucaristía y el acompañamiento espiritual telefónico y on line".
Relata también que la experiencia la ha vivido como un "acontecimiento pascual, de dolor, de muerte y resurrección, sabiendo que podía haber llegado para mí la hora de mi muerte". Sin embargo, la mejoría ha sido diaria y ahora parece haber vencido al coronavirus.