Comisiones Obreras y UGT han reiterado su preocupación ante una decisión que se adelantó al plan de desescalada del Gobierno aprobado en el último Consejo de Ministros y que por añadidura "contradice claramente los criterios de prudencia y gradualidad que marcan el plan del Ejecutivo".

Los sindicatos han insistido en que el plan de Correos supondrá la práctica actividad total en el plazo de una semana, algo que consideran "precipitado y arriesgado" tanto para los trabajadores como para la propia ciudadanía, ya que se abrirán las oficinas de atención al público en horario completo y se movilizarán los miles de carteros y carteras. 

En este sentido, CCOO y UGT recuerdan que el colectivo de Correos cuenta con la mayor incidencia de casos de coronavirus, tras el personal sanitario, con más de 3.000 casos y  900 positivos y más de 2.200 en cuarentena en todo el Estado, según las cifras remitidas por la empresa a las organizaciones sindicales el 13 de abril, "fecha desde la que el presidente de Correos ordenó que no se proporcionen informes del coronavirus entre la plantilla a pesar de haber recibido indicaciones de SEPI y Fomento en sentido contrario". 

Además, continúan, la empresa "no ha aclarado los lugares en que se han distribuido miles de mascarillas defectuosas entre la plantilla, sin que se hayan tomado medidas de ningún tipo para evaluar las consecuencias de tal distribución, y antes al contrario adelantó a los representantes de los trabajadores que no realizará test de ningún tipo". 



Finalmente, CCOO y UGT han calificado de lamentable que la cúpula directiva de Correos haya utilizado el "chantaje y el miedo para presionar a los trabajadores o haya puesto la excusa de una supuesta presión de grandes clientes para condicionar la imposición de una precipitada desescalada. Ambos sindicatos han exigido al presidente de Correos que aplique los criterios del Gobierno de "prudencia".