El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Salamanca, Santiago Santa Cruz, ha vuelto a escribir una carta en la que reflexiona sobre "lo que este desastre ha significado para los profesionales sanitarios y en concreto para los médicos".
Recuerda, de esta manera, los momentos más duros surgidos por una falta de información de la Organización Mundial de la Salud, en primer lugar, y del Gobierno, en segundo. "Todos lamentamos que en esos momentos no se hubiese hecho caso a las recomendaciones de adquirir suficientes EPIs para el personal sanitario, así como test o pruebas diagnósticas, viendo lo que estaba ocurriendo en el norte de Italia".
Pero sin que ello ocurriera, y tras ello, llegó la pandemia en España con UCIs colapsadas, jornadas interminables y falta de material de protección, además del estrés. "Además, cada día había que acomodarse a las nuevas recomendaciones y protocolos del hospital, de SACYL, del Ministerio de Sanidad, de equipos de investigación… y de la propia experiencia que íbamos adquiriendo. Pero siempre con unas altísimas dosis de incertidumbre, de inseguridad e improvisación para resolver problemas novedosos, ante los que no estábamos ni acostumbrados ni preparados".
"Hemos estado utilizando a menudo sólo una mascarilla y, la misma mascarilla, varios días; incluso hemos tenido que hacer artesanalmente ropa protectora con bolsas de plástico (y aún ha habido algún responsable político que ha dicho que esto era un estímulo más para nosotros)", recuerda.
A ello se suma la situación de las residencias, donde "el número de fallecimientos ha puesto de manifiesto lo que era evidente: personas con pluripatología, pacientes frágiles, conviviendo en proximidad, con asistencia de trabajadores que carecían de información sobre lo que se avecinaba y con carencia de medicación y medios de protección".
En este punto, además, explica que el traslado al hospital de muchos de estos pacientes, los más graves, "no era la indicación más adecuada".
Sin embargo, lo "más doloroso" han sido los fallecimientos de los médicos, hasta 53, dos salmantinos, y las cifras de infectados de los sanitarios, "las más altas de todos los países".
Frente a ello, dice, el Colegio de Médicos se ha preocupado en ayudar exigiendo a la Consejería de Sanidad EPIs y pruebas diagnósticos para todos, gestionando habitaciones para que médicos se pudieran aislar, atendiendo la petición de mascarillas y pantallas protectoras y solicitando seguros de compensación económica por daños del coronavirus, entre otras cosas. "Pero todo este esfuerzo nunca será suficiente ni compensará el duro sacrificio que nuestras familias y nosotros estamos soportando".
Y pese a todo lo anterior, afirma, surgen plataformas y asociaciones "oportunistas para sangrarnos” por presuntas negligencias". "Nos gustaría pensar que el foco de la reclamación es la Administración o nuestros políticos, pero voces autorizadas en la materia señalan que estas reclamaciones suelen dirigirse de forma individualizada contra el profesional. Y además empleando la vía penal, por ser gratuita".
Además, continúa, "muchas de estas plataformas sin escrúpulos animan a las personas a denunciar y si estas tienen dudas por todo lo anteriormente señalado, las aducen diciendo que no se reclama al profesional, sino a su seguro, sin importarle o reparar en las posibles consecuencias personales para el profesional. Además, tienen buen cuidado en no señalar que si no hay condena para el sanitario, las cuantiosas costas judiciales las soportará el demandante, nunca el abogado".
Por ello, informa de que ha podido haber deficiendas debido a "la extrema dificultad de una ciencia inexacta unida a la asfixiante presión a la que hemos y estamos sometidos, poniendo en riesgo nuestra propia salud y la de nuestras familias", por lo que "si hay alguna reclamación, esta no debería ser hacia el profesional sanitario, sino hacia el propio Estado o a las Consejerías de Sanidad por su abandono".