El etarra Oier Goitia Abadia abandonó este jueves por la mañana la prisión de Topas de Salamanca tras diez años encarcelado, según decidió la Audiencia Nacional el pasado mayo. 

De 45 años, estuvo integrado en el comando 'Buru-Hauste', que actuó en Madrid durante los años 2000 y 2001. Fue detenido el 23 de mayo de 2005, gracias a la colaboración de la Policía Nacional y la Policía Judicial francesa, en el interior de una vivienda de la localidad gala de Romans-sur-Isère.



Se encargaba del aprovisionamiento y adquisición de material electrónico, armas y documentaciones falsas en otros países, siendo de gran utilidad en las relaciones internacionales que podía mantener ETA. También estaba encargado de crear una infraestructura en Francia mediante el alquiler de pisos o locales, necesaria para el ocultamiento de sus militantes.

Recibimiento en Galdácano

A su salida de Topas le esperaban unas pocas personas con las que luego se desplazó a su localidad natal, Galdácano, en Vizcaya, donde, como es habitual, le recibieron en las calles.

Así, en su entrada, un pasillo de personas con la ikurriña y bengalas aclamaron su llegada, algo que ha vuelto a enfadar a las asociaciones de víctimas del terrorismo.