El uso de las mascarillas se ha convertido en un elemento indispensable para combatir al coronavirus, más aún en un momento en el que las cifras de contagio en Salamanca no son buenas, con una presión cada vez mayor en los hospitales.
Por ello, los profesionales de enfermería recuerdan que no todas las mascarillas son iguales. Con la generalización de su uso en la calle para frenar los contagios de Covid-19, se han puesto de moda las textiles. Y tenemos como cuenta pendiente aprender a distinguir aquellas que son solo eso, un trozo de tela, de las que realmente protegen.
Esto es lo que ha llevado a algunos centros sanitarios a prohibir, ante la duda, que los pacientes entren dentro de las instalaciones con las de tela. El Ministerio de Consumo ha prometido que en las próximas semanas lanzará la regulación específica para normalizar la comercialización de este tipo de mascarillas.
Mientras tanto, la Organización Colegial de Enfermería ha elaborado una infografía y un vídeo animado donde se enseña a la población en general a elegir las que más nos protejan frente al Covid-19.
Lo primero que hay que tener en cuenta para adquirir una mascarilla «de tela» es analizar la ficha técnica del producto, ésta debe especificar que cumple la normativa UNE-EN 0065 (o la homóloga europea -CWA17553-), es decir, que tiene una filtración mayor o igual a 90 de dentro afuera, que está homologada, testada y fabricada según estándar. Además, en la ficha de producto se deben encontrar las recomendaciones de lavado del fabricante, el número de lavados que soporta -las enfermeras recomiendan no adquirir aquellas que aguanten menos de cinco lavados-, composición, periodo y tiempo recomendado de uso -nunca mayor a cuatro horas seguidas o intermitentes-. También destacan la importancia de que en ella se especifique la eficacia de filtración y respirabilidad.
También debemos ser conscientes de que este tipo de mascarillas no son productos sanitarios ni equipos de protección individual (EPI), resaltan desde la Organización Colegial de Enfermería. Lo que significa que estos productos no están recomendados para ser utilizados en ambiente sanitario y sin guardar distancia de seguridad con otras personas.
Para la población general, la Organización Colegial de Enfermería clasifica las de tela en función de si su uso está recomendado, si podrían usarse de forma ocasional y las que no recomienda en ningún caso. Las recomendadas son aquellas que están homologadas, cumplen la normativa y están testadas. Las que podrían usarse «de forma ocasional» son las de elaboración casera que han utilizado los materiales autorizados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismos. «Aunque es cierto que no están ni homologadas, ni testadas y no cumplen la normativa, sí cuentan con los materiales adecuados para protegernos», apuntan las enfermeras. Sin embargo, «no deben usarse en ningún caso las caseras que no empleen los materiales recomendados ni las que se venden en establecimientos comerciales, pero no cumplen la normativa».
«No sólo es importante conocer bien las características del producto para que nos proteja. Debemos saber cómo utilizarlo correctamente, nunca olvidar realizar una correcta higiene de manos antes y después de manipularlo y saber guardarlas de forma correcta para que no se contaminen con agentes externos», advierte Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.
En este sentido, las enfermeras recomiendan buscar sistemas recordatorios para acordarnos de cambiarlas aproximadamente a las cuatro horas de uso y para saber si toca lavarlas o desecharlas. También es importante llevar la cuenta de los lavados y establecer un sistema recordatorio de este aspecto. Además, proponen una serie de soluciones para evitar que se contaminen: guardarlas en bolsas transpirables entre uso y uso, llevar dos bolsas para guardar en una las sucias y en otra las limpias, no utilizar cordones sin funda para colgarlas, y manipularlas siempre desde las gomas o tiras. Desde la Organización Colegial de Enfermería también se recomienda a la población llevar siempre una mascarilla de repuesto.