El toque de queda a las 22 horas en Castilla y León, una de las medidas más restrictivas en toda España, se ha impuesto hace ya una semana como la “última estación” antes del confinamiento programado anunciado por la consejera de Sanidad, Verónica Casado. Así, ante un ‘semáforo’ que comenzará el martes, y al que quizás no le quede tiempo para mostrar sus consecuencias ante el riesgo de colapso en los hospitales, los datos que se arrojen desde ya son esenciales para saber el futuro.
En Salamanca, la ciudad con más incidencia de Castilla y León, y una de las más importantes de España, parece que en los últimos días se está aplanando la curva, aunque en cifras muy altas que siguen provocando preocupación. No en vano, hay que saber que los contagios de hoy son los hospitalizados de dentro de siete días por lo que actualmente todavía se ven los de la semana pasada. Si las cifras siguen siendo similares ahora quiere decir que también lo serán en el hospital.
Pero lo cierto es que, al menos en la capital, se ve con una ligera esperanza este hecho. Después de que se disparasen los contagios desde finales de agosto, se lograran controlar a finales de septiembre y llegaran ya a cifras nunca vistas durante todo octubre, especialmente en la segunda quincena, los últimos días del mes se está viendo que la curva no parece seguir su ritmo exponencial, aunque tampoco desciende.
Sin embargo, el toque de queda se implantó hace ahora una semana y los datos positivos, en caso de haberlos, deberían empezar a reflejarse ahora. El problema de que sea exponencial y silencioso es que días después de las medidas siguen saliendo contagios hasta un momento en el que por fin se reducen. Ese momento, como ya avisaron también la propia consejera y el vicepresidente, Francisco Igea, son los siete o diez días.
Pese a ello, en la última semana, con datos desde el 24 hasta el 30 de octubre, los que recoge la Junta, el número de positivos en la ciudad fue de 1.048, en lo que suponen cerca de media centena más que la semana anterior. Sin embargo, siempre comparativamente hablando, en los últimos días el número tiende a ser negativo. No en vano, son 39 contagios menos en los tres últimos días que en los mismos de la semana anterior y solo supera esta semana a la anterior por el primer día, cuando se doblaron los contagios, el sábado 24 de octubre, fecha de comienzo del toque de queda.
Así, a la espera de que la curva pueda descender en los próximos días, a lo que ayudaría también las medidas que se implementarán el martes con el semáforo aprobado en el Consejo Interterritorial para las ciudades con más de 250 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días (Salamanca tiene más de 1.000 e, incluso, en la última semana se aproxima a los 700) que contempla cierre de interiores, las miradas están puestas en los datos de contagios para ver si se puede evitar el confinamiento.