El Consejo de Cuentas de Castilla y León publicó este martes un informe sobre la situación económico-financiera de la Universidad de Salamanca (USAL), cuya principal conclusión es que su solvencia “está fuera de toda duda”.
Destaca además el informe que, en cumplimiento de lo recomendado por el Consejo de Cuentas, la USAL sitúa desde 2019 a su Consejo Social como garante del control interno de la Universidad. También, entre otras cuestiones, que esta universidad y sus entes dependientes deben corregir su “excesiva liquidez”, dando utilidad al excedente de tesorería.
El Consejo de Cuentas recuerda que desde 2016 las universidades públicas dejaron de formar parte de la Cuenta General de la Comunidad, por lo que el el organismo consideró conveniente incorporar a su programación la fiscalización de una universidad cada año, siendo la correspondiente a la de Salamanca la segunda de ellas. Aclara además que el informe no ha recibido alegaciones.
El presupuesto
El informe del Consejo de Cuentas arroja que el presupuesto de ingresos definitivo aumenta en todos los ejercicios, excepto en 2015. El importe de los derechos reconocidos netos en 2018 asciende a 203 millones de euros, un 1,5 por ciento más que el año anterior y un 3,3 por ciento sobre 2015.
Las operaciones corrientes son la principal fuente de financiación, al representar en los ejercicios analizados entre el 94 y el 91 por ciento del total. La financiación propia significa una media del 27 por ciento y aumenta a lo largo del periodo un importe de 1,3 millones, que supone el 2,5 por ciento. La financiación ajena supone una media del 73 por ciento, habiendo aumentado un 3,7 por ciento por un importe de 5,4 millones. De esta, la financiación de la Comunidad Autónoma representa anualmente un porcentaje cercano al 89 por ciento.
El presupuesto de gastos definitivo, al presentarse equilibrado, aumenta en la misma proporción que el de ingresos. En todos los ejercicios son las inversiones reales las que más aumentan su dotación a través de las modificaciones de crédito. También los gastos de personal crecen notablemente en varios ejercicios.
Las obligaciones reconocidas netas en 2018 ascienden a 199 millones, un 3,3 por ciento más con respecto al año anterior y un 6,3 por ciento sobre 2015. La relevancia de las operaciones corrientes es muy elevada, entre un 86 por ciento y un 82 por ciento en los ejercicios analizados, aunque con evolución decreciente. Las operaciones de capital (entre el 17 por ciento y el 12 por ciento) corresponden casi totalmente a inversiones reales. Las operaciones financieras tienen poca representatividad, desapareciendo prácticamente en 2018 la amortización por endeudamiento.
La ejecución presupuestaria en el periodo presenta una media del 89,2 por ciento. La ejecución de las operaciones de capital se sitúa entre el 67 por ciento, en 2017 y el 74 por ciento, en 2018. La realización de pagos se sitúa, excepto en 2017, por encima del 95 por ciento.
El capítulo más relevante es personal, con una representatividad media del 66,5 por ciento. Los gastos corrientes en bienes y servicios, con un peso relativo medio del 15,3 por ciento, aumentan en el periodo el 13,5 por ciento, con tendencia creciente. Los de inversión, con una representatividad media del 13,2 por ciento, se incrementan en el periodo un 40,5 por ciento. Incluyen las inversiones en inmovilizado material, inmaterial y los gastos que se derivan de la investigación.
La USAL, que arrastraba desde 2008 una deuda histórica, con una alta carga financiera, realizó en 2017 el último pago, cancelando esa deuda que venía consumiendo recursos que no pudieron ser destinados a mejoras, limitando la propia autonomía institucional.
En 2018 el resultado presupuestario es positivo, ascendiendo a 1,4 millones. La USAL ha tenido superávit todo el periodo aunque la tendencia ha sido decreciente. El remanente de tesorería para gastos generales es positivo todos los ejercicios del periodo. En 2018 su cuantía asciende a 28,2 millones, lo que expresa la situación de liquidez de la Universidad, con alta solvencia financiera a corto plazo. Este remanente podrá utilizarse como fuente de financiación de gastos presupuestarios en ejercicios futuros.
Análisis del balance
La solvencia de la Universidad “está fuera de toda duda”. Los distintos índices de liquidez reflejan capacidad para mantener un equilibrio financiero. Sin embargo, su elevada capacidad para atender las obligaciones con vencimiento inferior al año lleva consigo la existencia de un excedente de tesorería “que no se rentabiliza”.
La ratio de autonomía o independencia financiera se ha mostrado estable, en torno al 80 por ciento. El indicador del coste de la financiación ajena tiene poca relevancia debido a la progresiva desaparición de la deuda con entidades de crédito.
Resultado económico-patrimonial
Los ingresos ordinarios son suficientes para atender los gastos ordinarios, aunque los índices presentan una leve tendencia desfavorable. Respecto al índice de cobertura total, su valor está por encima de 100 en todos los ejercicios analizados, lo que indica que ha existido ahorro.
Entes dependientes
Los indicadores de liquidez son, en términos generales, elevados. La ratio de solvencia varía dependiendo de cada entidad. En general el valor del indicador es favorable. Los indicadores relacionados con el endeudamiento presentan valores diferentes en las distintas entidades. Solo una mantiene deudas con entidades de crédito.
Las entidades empresariales prácticamente no reciben subvenciones y obtienen la mayoría de sus recursos a través de su actividad principal. Por el contrario, gran parte de los recursos de las fundaciones se consiguen a través de las subvenciones.
Todas las entidades han obtenido un resultado total positivo, excepto la Escuela de la Lengua Española, cuyas cuentas presentan resultado negativo todos los ejercicios, si bien la tendencia de las pérdidas se va reduciendo.
Recomendaciones
El Consejo de Cuentas emitió seis recomendaciones. Entre ellas, la USAL debe valorar la necesidad de mejorar la estructura del servicio de auditoría interna, ya que no existe una adecuada dotación de recursos para cumplir los fines del control interno.
La aprobación de las cuentas anuales debería contener toda su actividad, incluyendo la consolidación de las cuentas de todos sus entes dependientes. Por otra parte, debe aumentar la ejecución de las operaciones de capital, especialmente de inversiones reales, que son las que más aumentan su crédito a través de las modificaciones. Además, debe corregir su excesiva liquidez así como establecer fórmulas para utilizar el importante excedente de tesorería a fin de mejorar la rentabilidad de la entidad, entendida esta no exclusivamente en términos financieros sino también como servicio a la colectividad.