Salamanca sufre la tercera ola sin piedad pero con la esperanza de situarse ya en el descenso tras el último día
Salamanca, como todas las provincias, ha pasado por muchas etapas en esta pandemia y ahora se encuentra casi en la peor, recordando una primera que fue muy dura. Tras ser una de las que más restricciones ha tenido que soportar para controlar la pandemia, se encuentra ahora en cifras récord aunque con la esperanza de un cambio de paradigma en estos próximos días.
Y es que, como ocurrió ya en la segunda ola, parece dar síntomas de mejoría antes que otras provincias de la comunidad. Tras llegar a un pico de más de 500 contagios hace dos días, los últimos dos ha conseguido mejorar sus registros hasta situarse más cerca de 400, cifras todavía muy altas y por encima de lo visto hasta ahora.
Pero en épocas tan duras, cualquier clavo ardiendo vale para agarrarse. Y lo cierto es que en el último día la incidencia semanal se vio rebajada por primera vez en mucho tiempo. Tras las subidas de enero, algunas escandalizadoras, el pequeño descenso de este jueves supone una alegría que debe continuar en el tiempo para ser una tendencia y para ello solo se puede descender de esa cifra.
De hecho, la actual está provocando los mismos problemas que en marzo, sobre todo por la velocidad en la que está habiendo muchos ingresos, que han llevado a los hospitalizados hasta los 200, mientras que la UCI ha crecido hasta los 29. Ambas cifras son ya similares a la segunda ola, cuando hubo 203 y 32, respectivamente, algo que se superará durante este fin de semana a tenor de los datos de contagios. En la primera, por su parte, se llegó a los 382 y 56.
Como dato positivo, eso sí, se encuentra que el número de reproducción se encuentra en 1,11. El objetivo es bajar de uno pero lo cierto es que en los últimos días, el descenso ha sido muy acusado. No en vano, durante el último día lo hizo en 0,12.