Nada más y nada menos que 36 años ha habido que esperar para que esos sufridos trabajadores del volante -los taxistas- puedan ver una esperanzadora luz en su horizonte cotidiano y contar por fin con normas claras, adaptadas a los nuevos tiempos postpandémicos, sobre cómo deben desarrollar su actividad profesional en la ciudad. En el año 1986 el Ayuntamiento de Salamanca puso en marcha la primer ordenanza reguladora del taxi en la capital del Tormes. Aquella disposición era el marco legal que regulaba el trabajo de los taxistas y pretendía dar respuesta a las muchas incógnitas que rodeaban a este abnegado colectivo profesional. Por ejemplo, todos los aspectos relativos a la concesión de licencias o los espacios donde podían estacionar mientras esperaban la llegada de posibles viajeros.
Eso fue en 1986 y estamos en 2021. Finalmente el Consistorio salmantino ha decidido tomar cartas en el asunto de forma decidida y adaptar la ordenanza municipal del taxi a los nuevos tiempos. No conviene olvidar que el colectivo de los taxistas se ha visto especialmente perjudicado y vapuleado por los efectos del temible coronarius. Las restricciones derivadas de la pandemia desplomaron brutalmente los ingresos de los taxistas, que veían cómo ingresaban en el baúl de los recuerdos esas estampas típicas de la Salamanca universitaria, con jóvenes retornando en taxi a sus domicilios en las noches de los viernes y los sábados tras la pertienente juerga nocturna en un sinfín de bares y discotecas.
De hecho, el Ayuntamiento está impulsando desde hace meses la redacción de una nueva ordenanza municipal para adaptar y dar cobertura de forma integral a la modalidad de transporte mediante vehículos taxi, sustituyendo a la antigua ordenanza municipal de los servicios de trasporte urbanos e interurbanos de viajeros en automóviles ligeros, popularmente conocida como la ordenanda municipal del taxi, que data del año 1986, es decir, nada más y nada menos que 35 largos años.
El Consistorio salmantino anunció semanas atrás, mediante la correspondiente comunicación oficial en su página web, que de conformidad con lo establecido por el artículo 133 de la Ley 39/2015, de 1 de cctubre, de Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, corresponde realizar, con carácter previo, una consulta pública en la que se recabará la opinión de los sujetos y de las organizaciones más representativas potencialmente afectados por la futura norma acerca de los problemas que se pretenden solucionar con la iniciativa, la necesidad y oportunidad de su aprobación, los objetivos de la norma y las posibles soluciones alternativas regulatorias y no regulatorias".
Las opiniones ciudadanas se están recogiendo de forma presencial desde el pasado 27 de mayo en el Registro General del Ayuntamiento, así como en la página web del Consistorio para aquellas personas que disponen del pertinente certificado electrónico. Precisamente, el plazo para la presentación de sugerencias y propuestas a la futura ordenanza es de un mes, por lo que se cerrará oficialmente este próximo lunes. 28 de junio.
A partir de ese momento, el Consistorio analizará y evaluará las diferentes propuestas con vistas a concretar y dotar de contenidos a la nueva ordenanza, que deberá ser aprobada por el pleno municipal del Ayunamiento de Salamanca.