El Gobierno de Bolivia respalda plenamente el informe pericial elaborado por el Grupo Bisite de la Universidad de Salamanca, dirigido por el catedrático Juan Manuel Corchado, que subraya que no hubo manipulación ni fraude en las elecciones presidenciales celebradas en 2019 en aquel país. El informe, encargado por la Fiscalía boliviana al equipo de Corchado, ha generado un autentico cisma político en el seno de la sociedad boliviana. El peritaje realizado por el grupo salmantino pone de relieve que es cierto que se produjeron "irregulariaddes, fallos y anomalías" en los comicios, pero en ningún caso se manipularon los resultados ni el sentido del voto.
Los medios de comunicación bolivianos se hacen eco del reciente pronunciamiento público del Gobierno boliviano sobre el informe pericial de la USAL. Así, el Ministerio de Exteriores de Bolivia ha destacado, a través de un comunicado oficial, la «validez e importancia» del peritaje requerido por la Fiscalía al grupo de investigción Deep Tech Lab de Bisite de la Universidad salmantina y ha asegurado que ha sido realizado «dentro de un proceso judicial que soberanamente lleva adelante el Estado boliviano en el marco de su legislación».
El Ministerio boliviano añade en su comunicado que el peritaje «no es cuestionable bajo ningún argumento» y rechala las afirmaciones vertidas por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien «defiende una auditoría que fue realizada sin cumplir con el acuerdo suscrito con el Estado boliviano» y que «terminó siendo un proceso unilateral y parcializado con conclusiones erróneas y forzadas», según ha resaltado el Ejecutivo boliviano. Conviene recordar que la OEA denunció que se habían cometido numerosas irregularidades en los comicios de 2019, en los que resultó ganador Evo Morales. Ante el cúmulo de denuncias por estas irregularidades, las elecciones fueron anuladas y Evo Morales acabó huyendo del país y se exilió en México, durante permaneció refugiado un año.
Críticas de la OEA
Precisamente, el comunicado del Gobierno boliviano es la respuesta a otro comunicado, en este caso emitido por,la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia de la Secretaría General de la OEA, en el que se reiteran los hallazgos del denominado informe ‘Análisis de Integridad Electoral de 2019 en Bolivia’, en el que la organización denunció "irregularidades» en el proceso electoral. La OEA, como se refleja en la prensa boliviana, ha criticado también con dureza el informe del equipo de Corchado, indicando que tras analizarlo "se ve en la obligación de señalar los errores y las omisiones más evidentes del mismo», así como de «reiterar sus hallazgos».
«El estudio pericial, pagado por la Fiscalía, se refiere única y exclusivamente a temas informáticos con base en información desconocida y proporcionada por el ente estatal, y no abarca otros asuntos de suma importancia para comprender de manera integral los hechos de 2019. Asimismo, este ejercicio se llevó a cabo mucho tiempo después de la elección, fue realizado a distancia, por un equipo sin experiencia en materia electoral y contratado por la propia Fiscalía», critica la OEA.
Igualmente, ha añadido que el peritaje «reconoce que el trabajo realizado fue acotado, que fueron posibles las alteraciones manuales de los sistemas y bases de datos, que personas no identificadas podían efectuar cambios y no dejar rastros, que no existió supervisión, y que no se puede garantizar la integridad y autenticidad de la evidencia».
«A pesar de ello y con base únicamente en una simple comparación de las bases de datos, en el informe se afirma que no existió manipulación. Esta conclusión carece de sustento técnico científico y compromete el grado de profesionalismo de su dictamen pericial», ha continuado la organización.
De este modo, ha aseverado que «nunca» se podrá «tener confianza» en esas elecciones «por la manipulación, la cantidad de irregularidades, y por la destrucción de evidencia informática y material». En total, la OEA detectó 21 irregularidades en los comicios de octubre de 2019 y apuntó que "ninguna de las acciones e intenciones humanas detrás de estas irregularidades es aceptable. Ninguna democracia aceptaría un proceso electoral como éste. En conclusión, nunca se va a poder tener confianza en esta elección, por la manipulación, la cantidad de irregularidades, y por la destrucción de evidencia informática y material”, puntualiza la OEA.