Proclama la tradición académica salmantina que el Doctorado Honoris Causa es la máxima distinción conferida por la Universidad de Salamanca. El acto de entrega de esta distinción es uno de los actos académicos solemnes de la USAL, junto con la toma de posesión nuevo Rector y el acto de apertura de curso.
Ocho siglos cumplió el Estudio salmantino el pasado 2018, una magna efeméride que se conmemoró con un amplio abanico de celebraciones y fastos. Sin embargo, en estos más de ocho siglos de fecunda y fértil historia universitaria -ya estamos en el 2021- pocas féminas han logrado ser merecedoras de tan alta distinción, lo que contrasta con el amplio elenco de hombres que sí fueron investidos Honoris Causa en el Paraninfo de las Escuelas Mayores.
En concreto, hasta el momento solo ocho mujeres, por sorprendente que pueda resultar, han disfrutado de este prestigioso título académico. Pero todavía hay más. De esas ocho mujeres, antes de la llegada del simbólico 2018 -el año del VIII Centenario- únicamente tres habían sido investidas Honoris Causa. La primera, según atestiguan las hemerotecas universitarias, fue Santa Teresa de Jesús, quien fue proclamada Honoris Causa a título póstumo justo cuando el genial escritor y filósofo vasco Miguel de Unamuno ocupaba uno de los Vicerrectorados de la Universidad de Salamanca Concretamente, el 10 de enero de 1922, el obispo de Salamanca, doctor De Diego y Alcolea, dirigió al rector y claustro de la universidad una petición en la que solicitaba que la universidad proclamara que santa Teresa de Jesús era acreedora a ostentar en su imagen los emblemas doctorales. En la sesión de claustro ordinario celebrada el 4 de marzo del mismo año, bajo la presidencia del vicerrector Miguel de Unamuno, tras oír el dictamen de la comisión de claustrales leído por el profesor de literatura, doctor García Boiza, se acordó "conceder por aclamación a la santa el título de doctora Honoris Causa de la universidad, y celebrar un acto literario". Éste se celebró con la máxima solemnidad en el Paraninfo de la Universidad, el 6 de octubre de 1922.
Después del Doctorado Honoris Causa de Santa Teresa, hubo que esperar, nada más y menos que hasta el año 1996. para que la científica noruega Kirsten K, Orsen obtuviera el segundo Doctorado Honoris Causa otorgado por Salamanca. Pasaron otros 12 años y en 2008 la jurista María Telo logró también su Doctorado Honoris Causa.
Presencia de Carmen Calvo
2018, como se ha destacado antes, fue un año fundamental. En junio de dicha anualidad las catedráticas de Ética, Victoria Campos y Adela Cortina, eran investidas Honoris Causa en el Paraninfo, conforme al tradicional ritual académico, en un acto que fue presidido, además de por el rector Ricardo Rivero, por la entonces vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo.
Además, en octubre de dicho año la secretaria general de la Secretaría General Iberoamericana, la costarricense Rebeca Grynspan, recibia el Doctorado Honoris Causa en el Paraninfo. Pero estas veleidades feministas del Estudio no se quedaron ahí, porque en 2019 la prestigiosa psicóloga y profesora emérita de la Universidad Autónoma de Madrid, Rocío Fernández-Ballesteros también se convertía en Doctora Honoris Causa gracias a su brillante trayectoria docente e investigadora.
Finalmente, el pasado mes de julio la poetisa rumana y símbolo de la resistencia contra el régimen comunista de Nicolae Ceaucescu, la escritora Ana Blandiana, era investida Honoris Causa en el Paraninfo. Es decir, ocho mujeres en lo más alto de la excelencia académica, pero eso sí, en ocho largos siglos.