El nuevo curso político que acaba de comenzar en la capital salmantina incluye una asignatura pendiente desde hace más de dos años y que el Ayuntamiento deberá resolver a lo largo de los próximos meses. Se trata de la convocatoria del concurso público y la adjudicación del nuevo contrato del servicio municipal del transporte urbano en la ciudad. Estamos hablando del contrato más cuantioso de los que tiene suscritos el Ayuntamiento de Salamanca, dado que el actual, que fue adjudicado en abril del año 2014 a la empresa Salamanca de Transportes, cuenta con un presupuesto total de 144 millones de euros (a 12 millones por anualidad y con una duración total de 12 años).
Sin embargo, el contrato actual se encuentra anulado por la justicia. En febrero de 2019 el Tribunal Supremo rechazó el recurso que presentó la empresa Salamanca de Transportes contra la sentencia previa del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, que anuló el contrato y dio la razón a Globalia, empresa que también se presentó al concurso convocado en 2014. Globalia decidió recurrir la adjudicación, por considerar que el Ayuntamiento había diseñado el pliego de condiciones para dejarla fuera y favorecer a la empresa que ya gestionaba el servicio, que era precisamente Salamanca de Transportes. Además, se incumplía el límite legal de diez años de concesión y se adjudicó por 12 ejercicios.
Desde febrero de 2019 el servicio se ha venido prestando con total normalidad y no ha afectado a los usuarios en ningún momento, pese a que realmente el convenio está anulado por la justicia. SIn embargo, esta atípica situacion obliga al Ayuntamiento a convocar un nuevo concurso público para adjudicar el contrato. El paso previo es la elaboración de un pliego de condiciones, un proceso que se viene demorando en el tiempo, debido a que la pandemia del coronavirus trastocó todos los planes iniciales del Ayuntamiento de tener listo los pliegos en 2020.
Más retrasos
El pliego del nuevo contrato del autobús urbano deberá tener en cuenta las aportaciones del grupo de trabajo que se constituyó en el Consistorio. Sin embargo, pocos avances se han dado para reordenar el autobús urbano y adecuar sus horarios, frecuencias y trayectos a las nuevas necesidades de los ciudadanos. Hace ya más de dos años, en junio de 2019, el concejal de Tráfico, Fernando Carabias, anunció su intención de constituir un grupo de trabajo para diseñar la futura reordenación del transporte público en la ciudad. El grupo de trabajo celebró su primera reunión unos meses después, concretamente en octubre de 2019, formando parte del mismo los grupos políticos municipales, así como representantes de las asociaciones de vecinos, colectivos sociales implicados en la movilidad urbana la asociación de taxistas, la Universidad de Salamanca, la Cámara de Comercio y la empresa Salamanca de Transportes, que es la concesionaria el servicio. El concejal de Tráfico, Fernando Carabias, ya anunció entonces que la reordenación buscaba, entre sus principales objetivos, mejorar las conexiones con los barrios y permitir la llegada de las líneas al nuevo hospital y a los centros de salud.
En febrero de 2020 el grupo de trabajo hizo públicas sus propuestas, que contemplaban, entre otros aspectos, conseguir que todos los barrios de la ciudad estuvieran comunicados por autobús con el nuevo hospital, así como con los centros de salud que les corresponden. Entonces se recabaron muchas quejas sobre la falta de puntualidad y los retrasos de la línea 13 -que une Huerta Otea con San José-, así como las demoras que también presentando las líneas 6 y 7. El grupo de trabajo también abogó por incrementar el recorrido de las líneas nocturnas, conocidas popularmente como el autobús 'búho', para que abarque también barrios como Puente Ladrillo, La Platina, Los Alcaldes, Los Alambres o Vistahermosa. También se lanzó la idea recuperar la antigua parada que tenía la línea 7 en el Campus Miguel de Unamuno, dado que desde hace años el autobús no tiene parada en el campus.
Sin embargo, en marzo llegó la pandemia y el estado de alarma y las actividades del grupo quedaron paralizadas. Finalmente, el 25 de junio de 2020 el grupo retomó su actividad, con un encuentro de trabajo en el Ayuntamiento, en el que se analizaron las propuestas que quedaron pendientes de estudio con motivo de la declaración del estado de alarma por la pandemia del coronavirus. Ésa fue la última reunión del grupo de trabajo y desde entonces no se ha vuelto a contar con ninguna novedad. Sin embargo, el nuevo curso político ya ha llegado y el Ayuntamiento está obligado a desbloquear esta situación, redactar unos nuevos pliegos asumiendo todas las aportaciones del grupo de trabajo y convocar un nuevo concurso público para adjudicar el servicio del autobús urbano a una nueva empresa. En los próximos meses esta incógnita acabará despejándose.