Los parlamentarios salmantinos del PP, José Antonio Bermúdez de Castro, Gonzalo Robles, María Jesús Moro y Esther del Brío, han valorado hoy en términos especialmente positivos los resultados de la Convención Nacional de su partido, que concluyó el pasado domingo en Valencia y donde tuvieron un papel protagonista, según ha resaltado Bermúdez de Castro, tanto el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, como el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el presidente de la Diputación, Javier Iglesias.
Bermúdez de Castro ha subrayado que la Convención Nacional ha permitido mostrar a la sociedad española "la imagen de un partido fuerte y unido, un partido con equipos que está preparado para gobernar y dónde nuestro presidente Pablo Casado esbozó las líneas básicas de su proyecto de gobierno", que quiere ofertar a los españoles "un contrato social basado en más libertad, más sociedad, menos intervencionismo y menos impuestos". Bermúdez de Castro también ha recalcado que el Partido Popular es la fuerza política que "garantiza que Salamanca esté en el mapa y será prioritaria en las inversiones del Gobierno, no como sucede ahora". En este sentido, el diputado salmantino ha denunciado que "el Gobierno castiga a la provincia de Salamanca, ralentizando y eliminando infraestructuras e inversiones estatales" que dejó aprobadas el anterior Ejecutivo de Mariano Rajoy. Un ejemplo especialmente palpable es el recorte de las líneas ferroviarias. Por ello, los parlamentarios salmantinos registrarán una serie de iniciativas parlamentarias próximamente para poder conocer el grado real de ejecución presupuestaria de cada una de las partidas del actual presupuesto. El diputado popular no dudó en proclamar que "la cuenta atrás" para el cambio de Gobierno ya ha comenzado y "ese cambio es imparable".
Gonzalo Robles ha incidido en la idea del daño que está ocasionando el Gobierno al poder adquisitivo los salmantinos, mientras que María Jesús Moro ha censurado duramente la nueva ley de vivienda aprobada por el Ejecutivo de coalición PSOE-Podemos, y no titubeó en tildarla de "chavista".