Cada año 450.000 turistas mexicanos visitan España para conocer los encantos culturales, patrimoniales, paisajísticos y gastronómicos de nuestro país. El coloso azteca siempre ha mantenido una singular relación con España y, a su particular modo, cada comunidad autónoma ha seguido su propia senda a la hora de entablar alianzas con alguno de los estados mexicanos.
Los hermanamientos entre ciudades conforman uno de los habituales mecanismos de cooperación cultural entre España y México. Y entre estas ciudades que siempre han mirado a México se encuentra Salamanca como claro exponente de esta estrategia.
Precisamente, la prensa mexicana se ha hecho eco durante estas últimas semanas de un emotivo aniversario, como ha sido la reciente conmemoración de los 40 años del hermanamiento de la Salamanca española con la Salamanca mexicana. Aquel abrazo entre urbes fue, en realidad, el inicio del idilio cultural que, con algunos altibajos, ha sabido cultivar Salamanca con México a lo largo de estas última cuatro décadas. Un idilio que germinó en 1981 y que ha permanecido en el tiempo en las dos primeras décadas del siglo XXI.
El 21 de septiembre de 1981, según rememora el diario digital mexicano 'Periódico Correo', la ciudad de Salamanca, ubicada en el Estado de Guanajuato, fue hermanada con su homónima en España. Vestido de charro, el presidente municipal de entonces, Carlos Muñoz Mosqueda, acompañado de una delegación de 68 salmantinos mexicanos, llegó al continente europeo donde fueron recibidos con todo tipo de honores y una calurosa bienvenida en la capital del río Tormes.
La comitiva inició su viaje partiendo de la Ciudad de México el 16 de septiembre, mientras elementos de la Fuerza Aérea realizaban acrobacias conmemorando el 171 aniversario de la Independencia. Aquel inolvidable 21 de septiembre fueron recibidos en el Ayuntamiento de Salamanca por el entonces alcalde, el socialista Jesús Málaga Guerrero. Los concejales de la corporación local se entremezclaron con los visitantes mexicanos. El alcalde de Salamanca (México), Carlos Muñoz, pronunció un emotivo discurso para subrayar que "nunca nada, ni nadie, podrá separar a dos naciones hermanas, que comparten, ideales, historia, lengua, creencias y futuro". Jesús Málaga le respondió proclamando que “hemos decidido estrechar nuestros vínculos fraternales, pues mal podríamos hermanar lo que está hermanado por la sangre, la lengua, la cultura y la historia. Hoy es un día histórico para nosotros. Las dos Salamancas, la mexicana y la española, han decidido, a través de sus representantes legítimos, estrechar sus vínculos fraternales. Hace cuatro siglos nacieron hermanas y hoy, por fin se encuentran con la solemnidad que el evento supone”.
Enseguida, con tinta china y para preservar las firmas se rubricaron los pergaminos del hermanamiento, uno de los cuales conserva aún el exregidor Muñoz Mosqueda, mientras otro quedó para el archivo municipal. Los dos regidores municipales rubricaron de esta forma los protocolos de hermanamiento y no faltó el correspondiente intercambio de regalos. Así, los salmantinos de Guanajuato entregaron un misterio de cera, en tanto que los españoles correspondieron al obsequio con una réplica de La Bula del Papa Clemente VIII, sobre la consagración de San Juan de Sahagun, patrón de la Salamanca española, y que poseía el rey de Francia, además de una placa fundida artesanalmente con la fachada del Ayuntamiento de Salamanca. Para engranceder el acto se entonaron los himnos nacionales de España y México.
Muñoz Mosqueda recopiló los recuerdos de aquel emotivo acto en el libro 'El hermanamiento de las dos Salamancas', que lo escribió 33 años después para dar testimonio de todo ello. De sus páginas se desprende, no obstante, una postura crítica y un cierto sentimiento de decepción, dado que muchos de los retos y objetivos que se marcaron en aquel hermanamiento cultural no se han materializado finalmente a lo largo de estas cuatro décadas, quedando aquella efeméride prácticamente en el olvido.
Jalisco: la otra gran cita
El repaso de estas últimas cuatro décadas de acercamiento entre Salamanca y México arroja en el presente siglo un acontecimiento singular, como fue la visita que realizó una amplia delegación mexicana del Estado de Jalisco a la capital del Tormes en enero de 2020, visita que fue fruto del hermananiento de ambas culturas bajo el sugestivo nombre de 'Sentir Charros: Jalisco-Salamanca 2020', alianza que fue rubricada por ambas partes en la Feria Internacional de Turismo (FITUR). La comitiva de los charros venidos desde Jalisco estuvo integrada por más de 15 empresarios turísticos, touroperadores y periodistas turísticos especializados. En la recepción tributada en el Ayuntamiento, el concejal de Turismo, Fernando Castaño, ejemplificó el sentido de esta nueva alianza al afirmar que "si llevas puesto un botón charro, ya sea en Nueva York o en Tokio, en cualquier lugar del mundo, siempre hay alguien que te reconoce como charro. En México supone una identidad nacional teniendo en Jalisco su máxima expresión".
Pero todavía hay más capítulos de este hermanamiento. En agosto de 2020 se realizó en Salamanca un reportaje fotográfico para mostrar la riqueza etnográfica de la cultura charra como herramienta para promocionar el turismo cultural salmantino en Jalisco y México. Un grupo de caballistas charros con caballos engalanados con aperos del siglo XVI y sus charras a grupera posaron en enclaves con especial simbología y belleza de la ciudad, como el Puente Rromano, donde se celebraban historicamente las ferias de ganado, la Catedral, el Convento de San Esteban y la Universidad. Esta acción se enmarco también dentro del evento cultural ‘Sentir Charros. Jalisco-Salamanca 2020’, un hermanamiento que trata de agrupar la cultura charra de ambos lados del Atlántico para poner en valor el marco histórico-artístico y turístico de la charrería.
La culminación del hermanamiento entre Salamanca y Jalisco se escenificó en septiembre del pasado año, cuando ambas partes organizaron de forma conjunta un acto cultural con motivo del Día Mundial del Charro que, desde 1934, se viene celebrando cada 14 de septiembre, y que conmemora la tradición cultural que une ambos pueblos. El acto tuvo como escenarios la plaza de San Esteban en Salamanca y el Lienzo de Guadalajara (la capital de Jalisco). Precisamente, la cultura tradicional de la charrería, nombrada Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco en 2016, tiene su origen en Salamanca y es la principal seña de identidad del Estado de Jalisco. De hecho, el Diccionario de la Real Academia Española define la palabra 'charro' con varias acepciones. Si se utiliza como adjetivo, la RAE indica que se refiere a "aldeano de Salamanca, y especialmente de la región que comprende Alba, Vitigudino, Ciudad Rodrigo y Ledesma". Pero si se trata de sustantivo, se está hablando de "jinete o caballista que viste un traje especial, compuesto de chaqueta corta, camisa blanca y sombrero de ala ancha y alta copa cónica, con pantalón ajustado para los hombres y falda larga para las mujeres".
La huella universitaria
Al margen de estas cuatro décadas de contactos y acercamientos entre ciudades y estados, la capital del Tormes ha dejado históricamente su huella en tierras mexicanas gracias a una institución fundamental: la Universidad de Salamanca. En los tiempos actuales, la llegada de estudiantes mexicanos para cursar sus estudios universitarios en Salamanca o ampliar su formación matriculándose en másteres y postgrados se ha ido incrementado notablemente en las últimas décadas.
Sin duda alguna, sí hay una institución académica con la que USAL mantiene un estrecho contacto es con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), un autentico gigante de la enseñanza superior con más de 360.000 estudiantes y 41.000 profesores. Se trata de 500 años de historia compartida entre ambas instituciones docentes, que están firmemente decididas a impulsar esta herencia histórica en los próximos años mediante la puesta en marcha de dobles titulaciones en grado y postgrado, así como a seguir fortaleciendo algunos de sus proyectos conjuntos, como el Sistema Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE) y la Cátedra Interdisciplinaria ‘Francisco de Vitoria-Bartolomé de las Casas’ de estudios internacionales.
Precisamente, la UNAM es heredera de la Real y Pontificia Universidad de México, fundada el 21 de septiembre de 1551 con el nombre Real Universidad de México, por Real Cédula del emperador Carlos V, y que, después de inaugurar sus cursos el 25 de enero de 1553, a partir de 1595 se convirtió en 'Real y Pontificia', mediante bula concedida por el papa Clemente VIII. Aquella primera universidad mexicana se fundó con los mismos privilegios que la Universidad de Salamanca y estaba integrada por cinco escuelas, inspiradas en el estudio salmantino: Teología, Cánones, Leyes, Medicina y Artes.
A partir de 1551, la Universidad de Salamanca, fundada en 1218, pasó por un momento de expansión sin precedentes con la creación de las primeras universidades americanas, entre ellas la antecesora de la UNAM, que comenzaron a fundarse siguiendo la estela de la salmantina al utilizar sus cartas fundacionales como modelo. De todo ello se desprende que la ciudad de Salamanca y México no han estado alejadas nunca en la historia y aspiran a estar mucho más cercanas en el futuro.