La Unidad de Atención Psicológica del Servicio de Asuntos Sociales de la Universidad de Salamanca (SAS) ha registrado un aumento notable de solicitudes de ayuda desde el año pasado, coincidiendo con el inicio de la pandemia de COVID-19. Como respuesta, el servicio ha pasado de tener tres terapeutas y uno o dos alumnos de máster en Psicología General Sanitaria en prácticas a contar con cuatro terapeutas, tres alumnos del máster en prácticas, una titulada a través del programa Clave que gestiona la Fundación General y una becaria de colaboración también titulada, con lo que el número de psicólogos titulados que forma parte de su equipo asciende a nueve. A ellos hay que añadir una psiquiatra y una becaria de colaboración que se encargan de la Unidad de Atención Psiquiátrica, que completan el plantel de atención en salud mental de la USAL.
Según los datos del SAS, el número de solicitudes de ayuda en octubre de 2019 fue de 128, y de 114 en el mismo mes de 2020, mientras que en el mes en curso el servicio espera cerrar con 198 solicitudes, lo que supone un 53% más que octubre de 2019 y un 72% respecto al año pasado. En la misma tendencia, el número de sesiones mensuales pasó de las 334 y 320 de octubre de 2019 y 2020, respectivamente, a las 400 con las que van a cerrar este mes.
Además del incremento de usuarios y del refuerzo en el equipo de trabajo, la principal novedad este curso es la reducción de la lista de espera, que ha pasado de dos meses en 2019 a menos de dos semanas ahora, y la recuperación de la presencialidad, que alcanza el 90% de las sesiones. Durante el curso pasado y el final del anterior el sistema de asistencia fue telemático, a través de la herramienta Google Meet.
Con una trayectoria de más de 30 años, el servicio ofrece asesoramiento personalizado en relación con las preocupaciones y dificultades vinculadas a la salud de los universitarios, con una especial incidencia en problemas de ansiedad y autoestima. Quienes lo solicitan son mayoritariamente estudiantes (el 98’6%), aunque también ofrece servicio al personal docente e investigador y al personal de administración y servicios. La media de usuarios por curso es de 700.
Las sesiones de asesoramiento psicológico, de entre 45 y 50 minutos de duración, tienen lugar en la Facultad de Psicología, y las de psiquiatría en la de Medicina. El SAS dispone de un protocolo específico para gestionar los casos más graves, que también han experimentado un crecimiento en el periodo de pandemia.
Lejos de reducirse con el final del estado de alarma, los responsables del servicio advierten que los trastornos adaptativos que surgieron en el confinamiento siguen generando numerosas consultas. Además de los problemas de ansiedad y autoestima, los psicólogos encargados del servicio tratan problemas asociados con la convivencia, el duelo o la sexualidad, entre otros.
Las terapias personalizadas pueden complementarse con sesiones grupales en las que se abordan problemas generales y se ofrecen técnicas y recursos para solucionarlos, por ejemplo el estrés que surge en época de exámenes, donde las solicitudes de ayuda también aumentan.
Además del servicio a la comunidad universitaria, la Unidad de Atención Psicológica del SAS permite a los estudiantes de Psicología General Sanitaria realizar sus prácticas.