Recuerdo entrar a Salamanca, cuando niño y estudiante, por la carretera de Ledesma, en el 'coche de línea de los Ciruelicos', y encontrar un gran e inmenso descampado a la izquierda. Algunas casas bajas y calles de barro, con juegos y vidas alejadas de la ciudad. Ese era el barrio de Capuchinos hace unos 50 años. En aquellos primeros años no se hablaba sólo de Capuchinos, sino de La Charca-Capuchinos, debido a la pequeña poza existente en la zona.
Hoy es el turno para Capuchinos. Durante siglos fueron tierras de labranza entre las calzadas hacia Toro y Zamora. Con la expansión de Salamanca hacia el norte a comienzos del siglo XX, esta zona era el lugar de juego para los niños de los barrios Blanco y Pizarrales. No fue hasta los años noventa, con la construcción del entonces Hipermercado Pryca -hoy el emblemático Carrefour-, cuando comenzó a desarrollarse el espacio ubicado entre el Teso de los Cañones y Ciudad Jardín. Llegó el ‘auge’ de la construcción y la expansión urbanística de la ciudad. Incluso se construyeron más de cien viviendas sociales.
Capuchinos se estructuró en torno a grandes manzanas como las grandes urbes, con edificios de características similares, todos ellos bajo la misma premisa, pues sus fachadas están realizadas con piedra de Villamayor. Así, es el barrio de la piedra dorada, con amplios espacios verdes como la Plaza de Burgos.
Con el aumento de población llegaron los equipamientos
Una vez que comenzó a llenarse el barrio de habitantes, sobre todo gente joven, llegó la necesidad de los equipamientos sociales. A comienzos del siglo XXI se construyó el nuevo Instituto de Educación Secundaria García Bernalt, pues las antiguas instalaciones de El Rollo se habían quedado pequeñas y obsoletas. Posteriormente llegarían el centro de salud, el nuevo centro de asociación de personas con parálisis cerebral Aspace, la residencia de personas con alzhéimer Boni Mediero, la residencia de mayores Hermanas Fidalgo o el Centro de Tratamiento Postal de Correos.
Al tratarse de un barrio de nueva construcción es más bien una zona residencial, con escasa presencia del comercio salvo tiendas de primera necesidad, sobre todo debido al cercano hipermercado, porque el barrio comenzó a emerger y crecer con la instalación de Carrefour, antes Pryca, en una zona descampada, donde solo existían los colegios.
La vida vecinal se desarrolla principalmente al llegar el verano, cuando se comparten más las zonas verdes y los espacios comunes dentro de los edificios. Por tanto, al contrario que otras zonas de Salamanca, el barrio de Capuchinos no goza de una historia que refleje la evolución social de la capital salmantina, tan sólo es una muestra más de su progreso y expansión urbana.