R. Travesí / ICAL
Menos de un tercio de los alumnos de primer curso del Grado de Medicina de la Universidad de Salamanca (Usal) es de Castilla y León, un porcentaje que está muy por debajo del 67,7 por ciento de la misma carrera en la institución pública de Valladolid (UVa). La gran demanda de estudios de Medicina por parte de los alumnos en España, unido a su calidad educativa, motiva que las dos únicas facultades existentes en la Comunidad reciban muchas solicitudes de estudiantes de otros territorios.
Una situación que se produce por la existencia del distrito único universitario por el que un alumno que haga la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) en cualquier territorio pueda usar sus resultados para optar por cualquier facultad del país, pese a que la prueba no es única y, por lo tanto, favorece las desigualdades entre los estudiantes de diferentes comunidades. Una situación que es muy palpable en grados muy demandados y con notas de corte muy elevadas (13,121 en el caso de Medicina en la UVa y 12,952 en la Usal).
El presente curso 2021-2022 se ha iniciado de forma dispar en cuanto a la procedencia geográfica de los alumnos que empiezan Medicina en las dos universidades públicas de Castilla y León, según los datos facilitados por ambas instituciones a la Agencia Ical. La Facultad de Salamanca ha matriculado el menor porcentaje de alumnos de la Comunidad, con solo el 31,7 por ciento. Es decir, los estudiantes castellanos y leoneses ocuparán 57 de las 180 plazas ofertadas para el primer curso. El porcentaje de alumnos de la Comunidad en los últimos años en la Usal rondaba el 50 por ciento. El pasado, por ejemplo, fue del 41,8 por ciento mientras que en el de 2019-2020 fue del 49 por ciento. Según los datos de matriculación de la Universidad de Salamanca, habría que remontarse a los cursos 2013-2014 y 2011-2012 para encontrar tan pocos estudiantes de distritos universitarios de Castilla y León, con un 35,4 y un 36,6 por ciento, respectivamente.
Por el contrario, sorprende la elevada tasa de matriculación de alumnos de la Comunidad este año en el primer curso de Medicina de la UVa. El 67,7 por ciento de estudiantes procedentes de alguna de las provincias de Castilla y León contrasta es muy superior al 50 por ciento de media de los últimos ejercicios. Por lo tanto, del total de las 192 plazas ofertadas este curso, 130 están ocupadas por jóvenes que han cursado sus estudios de Bachillerato en la Comunidad. Les siguen, a mucha distancia, los 21 alumnos de Andalucía, que suponen el 10,9 por ciento. El listado se completa con Madrid (siete); Cantabria, Cataluña y Galicia (seis, en cada caso) y Valencia (cinco), entre otros.
El decano de la Facultad de Medicina de la UVa, José María Fidel, reconoció la dificultad para explicar el aumento de matrículas de alumnos de Castilla y León pero se aventuró a comentar que puede ser debido a que se ha “atenuado” el nivel de la EBAU. “La Comunidad es el territorio de España que obtiene los mejores resultados en los diferentes estudios como PISA pero luego no queda tan bien en las notas de la prueba de acceso a la Universidad. Tal vez, aquí, el examen era excesivamente rígido y ahora se ha atenuado un poco”, explicó.
Recordó un estudio que realizó el Decanato hace unos años para analizar la evolución del alumnado de Medicina. Las primeras notas de acceso al primer curso correspondían a estudiantes de Andalucía y Extremadura pero luego, a la vista de los resultados a lo largo del grado, ese nivel no era real y se veían sobrepasados por universitarios de otros lugares como Castilla y León.
En cambio, los 57 matriculados en la Facultad de Medicina de Salamanca procedentes de Castilla y León están cerca de los 40 del distrito universitario de Extremadura (22,2 por ciento) y no llegan a duplicar a los 30 que llegaron de Andalucía (16,7 por ciento). A continuación, se sitúan Castilla-La Mancha y Madrid con 12 en cada caso (6,7 por ciento) y los once procedentes de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (Uned), que es por donde acceden los extranjeros, básicamente estudiantes portugueses.
Con el ánimo de corregir, en la medida de lo posible, esta circunstancia, la Usal tiene abierto el traslado de expedientes a lo largo de toda la titulación, por lo que cada curso existen 15 plazas para la llegada de nuevos alumnos entre segundo y sexto curso así suplir los que suspenden o abandonan el grado. En estos casos, tienen prioridad los alumnos que hayan residido en Castilla y León en los últimos cinco años. En el caso de Valladolid, existe un acceso adicional con 15 plazas en el tercer curso para completar los puestos vacantes, que ocupan estudiantes con buenas notas que han cursado los dos primeros años de Medicina en otras universidades públicas o privadas.
Acceso "anómalo"
El decano de Medicina de la Usal, José Carretero, destacó a Ical que el sistema de acceso a la Universidad es “absolutamente anómalo”, lo que favorece la llegada de alumnos de procedencias geográficas diversas y que la matriculación de estudiantes se prolongue mes y medio después del inicio de las clases. “No hay por dónde coger este sistema al carecer de un listado único de acceso, por lo que está entrando y saliendo gente durante varias semanas al conseguir plaza en otra universidad”, expuso. De ahí que reclame una prueba única y un solo listado, al igual que ocurre con el examen MIR (Médico Interno Residente) aunque existan varias sedes designadas por el Ministerio de Sanidad repartidas por todo el territorio nacional.
“Mientras no haya un sistema de acceso único, el problema continuará porque somos distrito único para elegir un grado pero no para el examen”, sentenció. Por lo tanto, Carretero es partidario de una EBAU única al considerar que será la única manera de acabar con la sospecha del “sesgo” de que alumnos de ciertas comunidades vienen con notas más altas que los de Castilla y León. “No digo que los resultados vayan a cambiar pero es la forma de desterrar con estas dudas de que la prueba es diferente por territorios. Está claro que sale de ojo que haya más de doble de alumnos de fuera que de la propia Comunidad”, declaró.
Algo que impide, precisó, que los jóvenes de Castilla y León puedan realizar sus estudios de Medicina en las facultades de la Comunidad. “Este problema existe en todos los lugares donde hay mucha competencia al no haber una prueba de acceso común ni los alumnos son evaluados y baremados con los mismos exámenes”, sentenció. Y es que el Grado de Medicina de la Universidad de Salamanca recibió este curso más de 8.300 solicitudes de jóvenes interesados en comenzar sus estudios. Son 3.000 más con respecto a otros años.
En todo caso, José Carretero subrayó que la fidelización del estudiante no solo está relacionada con la procedencia del alumno sino, sobre todo, por la situación profesional. En concreto, puso el ejemplo de Medicina de Familia, una especialidad deficitaria en Castilla y León que, en su opinión, se debe al problema de la dispersión de la población y la falta de incentivos profesionales y laborales.
Ofertas de trabajo
Su homólogo en Valladolid incidió en el tema al señalar que de nada sirve crear más plazas en las facultades si luego no se ofrece un puesto de trabajo “adecuado” ni esos profesionales están “bien tratados” y “considerados”. “Los estudiantes de Medicina en España salen bien formados, con conocimientos de idiomas, y muchos optan por ir a Inglaterra, Francia o Portugal, donde ser médico sigue siendo algo importante y bien recompensado, con contratos fijos y no por meses como ocurre aquí”, manifestó José María Fidel.
Preguntados por la posibilidad de aumentar el número de plazas existentes en la actualidad o de crear nuevas facultades de Medicina en la Comunidad, ambos coincidieron en que la “masificación” de las universidades no es la solución, ya que lo más importante es que los médicos salgan de sus centros bien formados. “Tener el doble de estudiante provocaría un empeoramiento de la calidad de la enseñanza”, aseguró el decano de Salamanca. Además, subrayó que una facultad de Medicina cuesta mucho dinero al erario público, alrededor de 20.000 euros por estudiante y curso.
José María Fidel se preguntó si la Comunidad tiene dinero para gastar 50 millones de euros en una nueva facultad de Medicina. “¿Quién los va poner? Estamos locos. El problema es que destinamos dinero en formar muy bien a nuestros universitarios durante diez años para luego que se vayan de médicos a otros países”, espetó.
También, advirtieron que de nada serviría contar con más plazas si, luego, no hay un aumento de las del MIR, sin olvidar el incremento de los profesores de las facultades y, sobre todo, la capacidad de los hospitales y centros de salud para acoger las prácticas clínicas de los alumnos.