La factura de la luz se muestra absolutamente intratable desde hace meses y golpea especialmente a las economías familiares más modestas. Los precios por realizar una operación tan simple como encender la lavadora se han disparado y cada ama o amo de casa se afana por buscar en Internet las franjas horarias más económicas para llenar de ropa sucia el tambor del electrodoméstico y proceder a su encendido. Los costes también han aumentado de forma sustancial si se pone en marcha el programa de secado. Mientras tanto, el rifirrafe dialéctico y la agria verborrea entre los políticos sobre la subida de las tarifas eléctricas no disminuye su intensidad y los consumidores siguen sin entender las razones por las que una práctica tan absolutamente imprescindible como lavar pantalones, faldas y ropa interior se está convirtiendo en un auténtico sobresalto para los bolsillos.
Teresa Mendoza es una madre de familia con dos niños pequeños matriculados en Primaria que, según confiesa, ha desterrado desde hace semanas a su lavadora a la más absoluta inactividad y parálisis y ha optado por no encenderla debido a los insolentes dígitos que comenzaron a asomarse a su factura de la luz. Una vez por semana deposita la ropa sucia de su hogar en una gran bolsa y se encamina hacia la lavandería de autoservicio que encuentra ubicada a unos pocos metros de distancia de su domicilio, establecimiento situado en la avenida Villamayor de la capital salmantina. "Cuando empezaron a llegarme facturas de la luz por 60 y hasta 70 euros al mes, me dije a mí misma que hasta aquí habíamos llegado y que tenía que ahorrar dinero, porque mi marido se quedó en paro y solo cobra la prestación, así que decídí dejar de pone la lavadora en casa y traer la ropa sucia a la lavandería y por ahora me está saliendo bastante más económico", comenta Teresa, que conversa con este diario mientras comienza a introducir calcetines y pantalones de sus hijos en una de las lavadoras de autoservicio.
"Venir aquí con la ropa te sale más barato y no solo el lavado sino también secarla.... Además, no tienes que traer detergente de casa, por lo que pienso seguir viniendo a la lavandería mientras el Gobierno no baje el precio de la luz, que es escandaloso lo que está pasando".
Precios y descuentos
Los carteles de una de las lavanderías de autoservicio visitadas por este diario reflejan de forma muy concreta las tarifas actuales. Así, lavar hasta nueve kilos de ropa cuesta cuatro euros y si se tiene tarjeta de prepago de la franquicia en cuestión, se obtiene un descento del 10% y se paga solo 3,60 euros. Llenar un tambor con 12 kilos de ropa sucia para su lavado implica un módico gasto de 5 euros (4,50 si se tiene la tarjeta de prepago en cuestión). Y sin son 15 kilos, se paga seis euros (5,40 euros con la tarjeta). En los tres casos la operación de lavado solo dura 30 minutos.
En lo que se refiere al secado, son 18 minutos de operatividad de la máquina por solo tres euros. De esta forma, la colada diaria pero también sabanas, edredones, mantas, ropa de trabajo, cortinas y todo tipo de prendas independientemente de su tamaño pueden lavarse en estos electrodomésticos de autoservicio. Además, se insiste desde estos locales en que todas las máquinas disponen para cada lavado con jabón, suavizante y desinfectante.
¿Qué opinan los administradores y propietarios de estas lavanderías sobre la evolución que están experimentando sus negocios desde que estalló la enloquecida subida de la luz? La gran conclusión que aportan es que ha crecido notablemente el número de personas que optan por sus establecimientos como una vía para ahorrar dinero, usuarios que tratan de minimizar al máximo el uso de la lavadora en su domicilio. Miguel, que responde al teléfono que aparece en Internet de una lavandería de autoservicio, subraya como ventajas para los usuarios "la rapidez y la economía, ya que les sale bastante más barato que poner la lavadora en casa y la ropa huele muy bien por los suavizantes y los detergentes industriales que tenemos".
Además, no hay que olvidarse de otro dato fundamental, apunta Miguel, como es el hecho de que en estas lavadoras cabe normalmente el triple que en una lavadora doméstica, lo que explica el ahorro que se consigue para los bolsillos. De hecho, 17 kilos de ropa caben de una sola vez en una de estas lavadoras, lo que equivale a poner tres lavadoras en casa. Al ahorro económico hay que sumar el enérgetico en consumo de agua y la eliminación de los costes de mantenimiento de la máquina. De hecho, en sus mensajes publicitarios se anteponen los parabienes que ofrecen frente al precio de la lavadora doméstica en el mercado, su ciclo de vida, los costes en la compra de detergente, suavizante, electricidad y agua, así como el gasto que podría suponer cualquier inesperada avería.
Otra de las ventajas consiste en que el cliente sabe perfectamente y de forma previa lo que le va a costar exactamente hacer la colada dado que se trata de tarifas fijas, que oscilan siempre en virtud de los kilos. En cambio, en el domicilio el coste de poner la lavadora varía dependiendo de la franja horaria por la que se decante.
Orígenes y auge
Hasta no hace mucho tiempo la imagen de las lavanderías de autoservicio era una estampa inequívoca de las películas ambientadas en New York, locales donde la gente hacía cola e incluso entablaba amistades mientras veía como su ropa daba vueltas frenéticamente dentro del tambor de la lavadora.
La primera lavandería de estas características que operó en Estados Unidos se inauguró en Fort Worth (Texas) en 1934, pero el verdadero 'boom' se registró en la década de los años 50, estrechamenge ligado al incremento de la población en las ciudades procedentes de las zonas ruales.
El auge en nuestro país de este tipo de establecimientos ha sido exponencial en los últimos años. Se calcula que a lo largo del presente lustro el número de lavanderías de autoservicio se ha incrementado un 62% en España. Por ejemplo, en el año 2018 y según datos de la Asociación Española de Franquiciadores, estos negocios facturaron en España más de 252 millones de euros. Y Castilla y León, desde luego, no es una excepción en esta tendencia, que se ha acentuado en los últimos meses con un relevante aumento de los usuarios como consecuencia de la subida de la factura de la luz.