La presidenta de ANPE en Castilla y León, Pilar Gredilla, mostró este lunes su satisfacción desde Salamanca por la decisión de la Consejería de Sanidad de vacunar a los escolares en horario no lectivo. Gredilla aseguró hoy, en este sentido, que le parece “importante” que se mantenga la actividad normal en los centros educativos de la Comunidad, según informa Ical.
Entendiendo que son las autoridades sanitarias quienes deben determinar cómo se deben realizar los procesos de vacunación, la presidenta del sindicato educativo hizo un elogio a la totalidad de vacunar a los menores en edad escolar, puesto que disminuye el riesgo para los profesionales docente y para el resto de la sociedad en general.
“Tenemos que estar todos obedientes a los marque las autoridades sanitarias”, reiteró.
Gredilla llamó la atención sobre la inexistencia de un protocolo nacional sobre la vacunación de esclarea y fundamentó la decisión de las autoridades sanitarias castellanas y leonesas en que “hay una incidencia más alta en este grupo”. Así, remarcó que “el riesgo ahí está” y llamó a los miembros de la comunidad educativa a continuar con le cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias y de cualquiera de los protocolo promovidos desde la irrupción de la pandemia.
Importante mantener las medidas en los centros
“Ha sido importante durante el curso pasado y el presente mantener las medidas organizativas en los centros, como el metro y medio de distancia, que también ha permitido trabajar a nuestros compañeros con un número menor de alumnos”, señaló. La presidenta de ANPE recordó que, en su opinión, esto redunda en “una mejor atención educativa que incrementa el rendimiento y también mejora la convivencia”.
De hecho, el descenso en los ratios de alumnos por profesor en uno de los caballos de batalla en los que ANPE lleva años trabajando y continúan en esa labor. “Estamos negociando bajar esas cuotas con la Consejería de Educación para el curso que viene y seguiremos trabajando en ello”, reiteró, Por último, insinuó que el profesorado podría considerarse “profesión esencial” y sugirió que deberían tener prioridad en la administración de la tercera dosis.