La Plaza Mayor de Salamanca, erigida en el siglo XVIII, ha sido reconocida como una de las diez plazas más bonitas de España, según Civitatis, portal dedicado a las visitas guiadas. El arquitecto Alberto de Churriguera fue quien recibió el encargo de proyectar la barroca plaza, cuya construcción comenzó en 1729 y que continuó su sobrino Manuel de Lara Churriguera para, en última instancia, finalizar la obra en 1755, por Andrés García de Quiñones. Esta plaza, con la planta en forma de cuadrilátero irregular, destaca por los soportales que visten las faldas de las fachadas que se elevan hasta una altura de tres pisos.
El Ayuntamiento de Salamanca corona la Plaza Mayor, que encuentra otra de sus insignias en el Pabellón Real, con la escultura de Fernando III El Santo. Son varios los medallones que le escoltan con los rostros de monarcas españoles como Alfonso XI de Castilla, Pedro I de Castilla y, también, de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, todos ellos, obra de Alejandro Carnicero, en el año 1731.
Otro de los pabellones, el de San Martín, está presidido por imágenes de personalidades como Bernardo del Carpio, Fernán González o Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid; obras, también, de Carnicero, entre 1733 y 1734. En este sentido, protagonistas de la historia como Miguel de Cervantes, firmado por Agustín Casillas; Santa Teresa de Jesús, por Garciliano Montero; o Antonio de Nebrija, por Óscar Alvariño; revisten el pabellón de Petrineros.
En última instancia, el Pabellón Consistorial cuenta con figuras como una alegoría de la Primera y Segunda República, el rostro de Amadeo I de Saboya y de, también, el arquitecto que proyectó la obra, Alberto de Churriguera.
Otras seleccionadas
Emplazamientos como la Plaza Mayor de Sevilla, donde se ambientaron, entre otras, La Guerra de las Galaxias o Lawrence de Arabia, también ha sido seleccionada junto con su hermana del Obradoiro, en Santiago de Compostela, deseado final de todo peregrino del Camino de Santiago.
Por otra parte, la Plaza del Rey, en el barrio Gótico de Barcelona, también ha resultado elegida entre las diez más bonitas del país por su singular recuerdo al medievo, así como la Plaza de Santa Ana, en Las Palmas, construida a principios del siglo XVI.