La situación de la provincia de Salamanca es dramática y en los próximos años no se aprecia una mejoría, cada vez que se hacen públicos informes sobre el drama de la despoblación del territorio, principalmente en los pueblos. Una realidad que marcará el devenir futuro de la provincia, sobre todo en el mantenimiento de servicios en la Salamanca rural. La provincia tenía 348.271 habitantes en el censo de 2003, en cambio, en el de 2021 se redujo a 329.245, es decir, 19.026 residentes menos.
Tal es así, que los datos del Instituto Nacional de Estadística reflejan que la provincia salmantina ha perdido en el siglo XXI más de 22.000 habitantes. De estas cifras no solo responden los pueblos, sino también son una realidad en la capital. Es que 317 de las 362 localidades de la provincia, el 87%, han perdido población desde el año 2000. Municipios en otros tiempos florecientes se ven abocados a su vaciado. En Béjar el descenso supone un 21%, al pasar de 15.690 a 12.269. Por su parte, en Ciudad Rodrigo alcanza el 17%, con casi 2.500 habitantes menos que en el 2000. Pero es la capital la que sufre un mayor descenso poblacional, suponiendo un 9%, ya que ha pasado de 158.500 habitantes a escasos 143.200.
La sangría se ceba con la Salamanca vaciada
Las cifras son elocuentes en cuanto las zonas más alejadas de la capital, como la comarca de Ciudad Rodrigo, Abadengo, Vitigudino, la Sierra de Francia e, incluso, Las Villas y las tierras de Peñaranda, sufren una despoblación galopante que, de manera virulenta, se concentra en las cabeceras de comarca.
Son los casos de Lumbrales, que pasa de tener 2.083 residentes en 2003 a 1.575 en lo que va de siglo XXI, es decir, 508 habitantes menos. Caso parecido acontece a Vitigudino, que de 3.016 se ha reducido a 2.445, con 571 residentes menos. Por la zona del oeste salmantino, también se refleja esta fuerte tendencia a la baja en Aldeadávila de la Ribera, que pasó de tener 1.556 a 1.209, es decir, 347 habitantes menos, o Villarino de los Aires, con 1.111 en 2003, a 792 en el último censo, lo que supone una pérdida de 319 residentes. A los que se suma Ledesma, que ha pasado de 1.882 a 1.547 (-335).
Aunque pudiera parecer lo contrario, la Sierra de Francia, incluso con un alto porcentaje de turismo y la industria que supone, también sufre una importante merma en su población. Es el caso de Miranda del Castañar, que de 603 habitantes ha pasado a 385 (-218), Mogarraz, que pasa de tener 318 a 268 (-100). En la comarca de Ciudad Rodrigo ocurre lo mismo, por poner el ejemplo de Sancti Spíritus, que con una población de 1.058 habitantes en 2003, en el último censo tiene 782 (-276). O la comarca de Peñaranda, como es el caso de la propia capital comarcal que tenía 6.320 residentes y ahora contabiliza 6.165 (-155).
El alfoz, incluso triplica población
Si las comarcas más alejadas de la capital pierden población a pasos agigantados, los pueblos que rodean la ciudad de Salamanca, convirtiéndose casi en municipios dormitorios y residenciales, incluso llegan a triplicar su población, como Carbajosa de la Sagrada, que ha pasado de tener 2.716 residentes a principios del siglo XXI, en este último censo del INE asciende hasta 7.251, es decir, suma 4.535 habitantes más. Caso parecido a Villamayor, que tenía 3.874 y contabiliza ahora 7.212 (+3.338). Otros municipios como Santa Marta con 14.730, tiene un saldo positivo de 2.234.
Población envejecida
Si la provincia de Salamanca sufre una galopante caída de su población, no es menos importante la edad avanzada de quienes habitan los pueblos. Así, la población mayor de 65 años suma 88.297 residentes, sobre un total de 329.245, lo que supone un 26,81%.
La población entre 30 y 65 años -año de jubilación- asciende a 159.751, que ofrece también un dato más o menos preocupante, 48.5% de la población total. Pero descendiendo en la edad poblacional, los comprendidos entre 0 y 30 años suman 66.662, que suponen un porcentaje del 20,24%.
La pescadilla que se muerde la cola
La realidad es que la provincia se vacía cada año, los pueblos parecen que han quedado para el verano, como las bicicletas. Salamanca se encuentra dentro de la España Vaciada, desde hace más de 50 años se marchan más de los que se quedan. Las claves para revertir la situación, según los expertos, son la llegada de migrantes con medidas acordes a su asentamiento, para aumentar la natalidad, y la implementación real del teletrabajo, que deberá ir acompañado de fibra óptica para una alta velocidad en internet.
Ante las elecciones autonómicas del 13 de febrero, el principal problema que afronta Salamanca desde hace años y que va a marcar su futuro a corto y medio plazo es la cuestión demográfica. Un serio problema que deberán atajar los representantes que resulten elegidos en las elecciones de Castilla y León, que no debe demorar mucho más. Del mantenimiento de la población en el mundo rural también dependen sus servicios. Se achaca el cierre de consultorios médicos, de farmacias, de escuelas, de sucursales bancarias, etc., a la disminución de la población que viven los pueblos. Y ya se sabe, sin servicios básicos, nadie querrá regresar a vivir al pueblo. La pescadilla que se muerde la cola.