La España Vaciada propuso este lunes la implantación de hospitales comarcales en las localidades salmantinas de Ciudad Rodrigo y Béjar mediante la conversión del Centro de Especialidades y el Virgen del Castañar, respectivamente. Además, pretenden convertir los centros de salud de Vitigudino y Peñaranda en centros de especialidades y que cuenten también con una UVI móvil para de este modo, ofrecer “una mejor cobertura sanitaria en las zonas alejadas de la capital”, donde insistieron en construir los centros de salud de Prosperidad y el Zurguén .
Asimismo, la España Vaciada rechaza el modo de funcionamiento a base de citas previas para el mundo rural, ya que considera que se trata de “un paso adelante en el proceso de desmantelamiento de los servicios sanitarios en zonas de poca población”. “En ningún caso aceptamos la deshumanización de concertar las citas a través de una máquina, especialmente en zonas rurales donde la mayoría de la población son personas mayores. Garantizaremos la presencialidad de las citas y reforzaremos las urgencias con equipos médicos y material”, prometen.
Mediante un comunicado remitido a los medios, la formación propone además un programa básico de salud pública en las zonas rurales fundamentado en la prevención. “Entendemos que la atención sanitaria no debe limitarse a la asistencia a los pacientes con alguna enfermedad, patología o dolencia, sino que debe tender más a la prevención, educación y promoción de la salud, lo cual implica realizar tareas de atención grupal o colectiva con la población”, valoraron. Además, destacaron la importancia del seguimiento de enfermos crónicos, así como las visitas domiciliarias a personas inmovilizadas o con dificultad de desplazamiento, tareas que “requieren igualmente la presencia del personal sanitario en el pueblo”.
Unidades comarcales de fisioterapia y salud mental
Asimismo, la España Vaciada sugiere la creación de unidades comarcales de fisioterapia y salud mental. Consideran que la plantilla de médicos y enfermeros del Centro de Salud comarcal debe ser “la necesaria” para atender a una población dispersa en numerosas localidades en un territorio amplio, formada predominantemente por personas mayores; debe contar con personal para cubrir las guardias, asegurar las sustituciones por vacaciones o bajas y atender los picos de población que experimentan muchas zonas rurales en determinadas épocas del año. “En ningún caso debe aplicarse el criterio numérico, como cupos de cartillas asignados a cada profesional, o de rentabilidad para justificar el recorte de profesionales”, matizan.
Además, propugna la creación de la figura del sanitario rural, de modo que esta sea una opción elegida “libremente” por personas motivadas por desarrollar su trabajo profesional en ese contexto, y contar para ello con una especialización en la formación. Además, consideran que es necesaria “una dignificación” de la figura del médico y enfermero rural, con incentivos y condiciones que la hagan “más atractiva”.