El Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo llega a su final. La Campana Gorda silenciará con el último toque allá cuando caiga el sol y los últimos astados regresen a los corrales en el desencierro, que pone el broche a unos Carnavales dramáticos, pero también con una organización como nunca y con tanta gente como nunca.
Este Miércoles de Ceniza, un añadido por deseo del alcalde, Marcos Iglesias Caridad, y después de un año sin Carnavales, ha vivido esta mañana su último encierro, que ha durado casi una hora y media, haciéndose insufrible. Después en la capea, aunque han existido sustos tras varios revolcones, no hubo que lamentar heridos de consideración.
Uno de los toros se quedó rezagado, haciendo las 'delicias' de los mozos, tanto maletillas como recortadores, eso sí, provocó que el encierro fuera de una larga duración.
Cuatro atenciones menores
El parte de intervenciones de Cruz Roja informa de un herido, un hombre de 65 años, vecino de Fuengirola, que sufrió un golpe en el gemelo durante la suelta del Toro de Cenizos y tuvo que ser intervenido de urgencia a las 9.27 horas en el quirófano de la plaza de toros.
También durante el toro de la mañana, a las 9.31 horas, fue atendido un joven de 32 años, natural de Benavente, que sufrió un golpe en la pelvis y fue dado de alta en el momento. El Toro de Cenizos dejó otra atención a las 9.34 horas a un hombre de 34 años, vecino de Tudela, que sufrió una abrasión en el muslo por asta de toro y recibió asimismo el alta en el lugar.
Por último, también sin revestir gravedad, una mirobrigense de 45 años tuvo una contusión en la mano derecha sobre las 12.24 horas durante el encierro de mediodía.