La Semana Santa mirobrigense destaca, fundamentalmente, por el gran fervor y el profundo recogimiento cristiano con que sus gentes viven los actos propios de estos días, y por el valor artístico de sus pasos e imágenes. La Semana Santa de Ciudad Rodrigo tiene algo peculiar y propio que la diferencia de las demás. Algo que la imprime carácter y la dota de personalidad: el incomparable e inigualable atractivo de sus monumentos y el entorno que envuelve a los desfiles procesionales.
La milenaria ciudad medieval, lugar de guerras y saqueos en el pasado, Sede Episcopal de las más antiguas de España, declarada Monumento Histórico desde 1944, está rodeada por una muralla, mandada construir por Fernando II de León, en perfecto estado de conservación, de 2.250 metros, que hoy constituye un paseo que puede recorrerse en su totalidad.
Iglesias, palacios, conventos realizados entre los siglos XII hasta el siglo XIX, dan una idea del tesoro monumental con el que cuenta la ciudad, sin olvidar la Catedral, de estilo románico de transición al gótico, que alberga en su interior un interesante claustro.
Escenario arquitectónico
Este excepcional marco, llegada la Semana Santa, se convierte en el escenario perfecto para vivir el drama de Cristo de la forma y manera que sólo las gentes de Ciudad Rodrigo saben vivirlo, y que a ningún espectador puede dejar indiferente.
Durante una semana, las siete cofradías mirobrigenses: Jesús Amigo de los Niños, Oración del Huerto, Jesús Nazareno, Nuestra Señora de las Angustias, Santa Cruz, Cristo de la Expiración, y Nuestra Señora de la Soledad, desfilan por las calles de esta joya monumental haciendo actual el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Un sucesivo procesionar de pasos e imágenes, nacidas de las manos de importantes artistas e imagineros de varios siglos, representan las más importantes secuencias de la pasión, creándose el clima místico propicio para que encuentre perfecto acomodo el fervor y el sentimiento de un pueblo, que de forma sencilla, sin lujos ni exageraciones, con el carácter de las gentes de estas tierras, hacen de la Semana Santa de Ciudad Rodrigo una fiesta de interés religioso, turístico y cultural.