La Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz, cuyos hermanos, en la procesión del Arrabal, como se conoce popularmente al desfile del Jueves Santo, -porque desfilan también en la noche del Viernes Santo- con el Cristo de la Liberación-, llevan el más idílico cuadro cromático a las decenas de personas que buscan la instantánea más sugerente. Los hermanos, en un desfile que evoca reminiscencias medievales cuando cruzan el Puente Romano para adentrarse en la ciudad vieja, van de hábito blanco monacal, con escapulario y capucha, ceñido a la cintura con soga de esparto. Se completa el hábito con el emblema de la hermandad, cruz y dos ramas de olivo, en plata a modo de medalla.
El hecho de salir a cara descubierta empleando capucha en lugar de capirote se debe al espíritu fundacional de la Hermandad y las adversidades a que se enfrentaba la Semana Santa salmantina en los años 70, ante las que se decidió que era necesario "dar la cara".
Sonidos sobrecogedores en la noche salmantina
El esperado y muy concurrido recorrido, como es tradicional, comienza en la Iglesia nueva del Arrabal, para llegar al Puente Romano –una de las más maravillosas vistas sobre la ciudad con las torres de las Catedrales y la Clerecía en el celeste universo-. Sobrecoge el sonido de las carracas y las cruces al arrastrarse sobre las empedradas calles. Suben por Tentenecio para llegar a la Catedral Nueva por la Puerta de Ramos, en cuyo atrio realizan el Acto Penitencial, siguen por Anaya, Rúa Mayor, Plaza del Corrillo, Meléndez, Compañía, Rúa Antigua, Plaza de San Isidro, Libreros, Vera Cruz, Tentenecio, Ribera del Puente, nuevamente por el Puente Romano cuando la noche ya es entrada en Salamanca para regresar las imágenes a la iglesia nueva del Arrabal.
La salida del Cristo del Amor y de la Paz, una obra anónima del XVII que procedente por la puerta de la Iglesia Vieja del Arrabal, antiguamente conocida como Santa María de Rocamadour, presenta numerosas analogías con el Cristo de la Fe (Doctrinos) y con el Cristo de la Iglesia Parroquial de Alaraz. Es portado a hombros por más de 90 hermanos, en el paso más largo de la Semana Santa salmantina, y que hace su recorrido contando con diversos toreros en su Cofradía, y al son de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo del Amor y de la Paz, también con túnica blanca.
La salida de María Nuestra Madre es espectacular porque son más de 100 mujeres las que la portan. Es una imagen de vestir realizada en 1987 por el imaginero zamorano Hipólito Pérez Calvo. Representa a la Madre del Señor con gesto de amargura, presintiendo el fatal desenlace que se avecinaba. Viste continuamente de blanco, como símbolo de pureza, anuncio y alegría por la inminente Resurrección de N.S. Jesucristo, sobreponiéndose de esta forma al gran dolor de su muerte. En su mano derecha lleva rosario de plata y pañuelo de encaje en la izquierda.
Respecto al ajuar de María Nuestra Madre cabe destacar una diadema plateada procesional, un manto bordado en hilo de plata, así como un sobre manto todo ello donado por diferentes hermanas.
Son muchas las imágenes que se producen en las procesiones de Salamanca en su recorrido por el centro histórico de una Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Pero sin duda alguna, una de las de mayor atractivo es la procesión del Arrabal, seguida por miles de personas, sobre todo por su paso del río Tormes por el Puente Romano, el ruido de carracas y cruces de madera arrastradas por las piedras y el inconfundible sonido de las marchas musicales... A buen seguro que merece la pena su visita.