La Policía Nacional, en una operación conjunta con la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, logró desarticular una organización criminal, que contaba, entre otras ciudades, con infraestructura en Salamanca, presuntamente dedicada a la fabricación y posterior puesta a punto de embarcaciones de alta velocidad, ‘narcolanchas’, empleadas para la introducción en el país de grandes cantidades de sustancias estupefacientes por vía marítima.
La organización, asentada en la provincia de Pontevedra, contaba con presencia en otras provincias, como La Coruña, Madrid, Barcelona, además de la salmantina. También operaba en Portugal, según pudieron determinar las investigaciones.
En un dispositivo conjunto coordinado se procedió a la detención de 22 de los componentes de la organización criminal tras la entrada en un total de 27 domicilios y ubicaciones de seguridad empleadas por los investigados.
Los registros fueron realizados en las provincias de Pontevedra, A Coruña, Madrid, Salamanca y Barcelona. Además, según fuentes policiales, se efectuaron dos registros en la zona norte de Portugal, en concreto en las localidades de Viana do Castelo y Valença do Miño. Para ello, los agentes españoles contaron con la participación de la Policía Judiciaria de Portugal.
Las investigaciones realizadas permitieron identificar y estructurar las funciones de los miembros de la organización criminal, quienes presuntamente venían realizando la fabricación de embarcaciones de alta velocidad, consideradas de género prohibido, en distintos lugares de la provincia de Pontevedra. Además, contaban con otra serie de enclaves en el país luso, en los que culminaban las embarcaciones. Por último, estos vehículos eran dotados del equipo necesario para su uso por parte de los narcotraficantes en otras ciudades.
Según destacó la Policía, la organización contaba con miembros dotados de una alta especialización, tanto para la fabricación como para la custodia y finalización de estas embarcaciones. Una vez realizada la puesta a punto de las mismas, los miembros del entramado criminal llevaban a cabo su botadura en distintos puntos de la geografía nacional, antes de ser empleadas para el transporte de estupefacientes en la zona sur de España.
Como resultado de las actuaciones, fueron intervenidos gran cantidad de efectos relacionados con la investigación. Asimismo, se localizaron más de una veintena embarcaciones de alta velocidad, en diversos estadios de fabricación, de las que seis ya estaban en disposición de ser botadas de forma inminente y empleadas para realizar importantes transportes de estupefacientes.