Se celebra en La Alberca el lunes siguiente al del Pendón; coincide con la festividad del Lunes de Aguas en Salamanca; ese día los escancianos, aquellos que se hayan casado ese año, son los encargados de repartir el vino a los vecinos del pueblo reunidos en la plaza. El vino se reparte en galletas y barquillos; las galletas son ánforas de cobre, y los barquillos vasos de plata
Por una provisión de la duquesa de Alba, datada en 1547, esta se comprometió a invitar a los albercanos a vino en este día como agradecimiento a su apoyo en dicha guerra civil. En la actualidad, es el Ayuntamiento quien este día invita a los vecinos a hornazo y vino.
Hay muchos que afirman, que el motivo de esta celebración es distinto; su origen estaría en el agua que La Alberca cedía a pueblos como Monforte o Sotoserrano, es decir, La Alberca dejaba correr libremente el curso de los ríos que llevaban agua a estas localidades, a cambio de un impuesto tasado en vino. Este podría ser uno de los motivos por los que se sirve vino del Soto y no de otras localidades.
Para otros, sin embargo, el origen sería la suma de los dos anteriores; la casa de Alba, señora de La Alberca, dejaba correr el agua a cambio de vino, que entregaba a La Alberca agradeciendo su participación en la guerra civil castellana.
Sea como fuere, todos los días del año son buenos para visitar La Alberca, pero sin duda, la Semana Santa es una ocasión perfecta para adentrarse en la parte más tradicional de este pueblo serrano, y conocer cada uno de sus maravillosos rincones.