Uno de los principales problemas de la transitada carretera entre Salamanca y Alba de Tormes, que continua a Piedrahita (Ávila), es la travesía de Calvarrasa de Arriba, un embudo para un cada vez mayor volumen de tráfico.
Ante esta situación, la Junta de Castilla y León inicia el estudio para definir las posibles soluciones para la variante de Calvarrasa de Arriba sobre la CL-510 para formar parte del corredor Salamanca-Alba de Tormes en el que está previsto una carretera con una sección 2+1 que aumente la seguridad vial de dicha carretera.
Se han planteado dos corredores, uno por el este y otro por el oeste, quedando la determinación del mejor valorado a expensas de los informes y alegaciones que deriven de la tramitación ambiental y de la posterior información pública.
Los criterios generales que se han tenido en cuenta para el diseño del trazado de las alternativas incluyen resolver las conexiones en los tramos de nueva carretera con las carreteras existentes; reponer los caminos afectados, sección transversal de nuevo trazado 2+1, velocidad de proyecto de 100 km/h, minimización de la problemática geotécnica y de impacto ambiental y mejorar las condiciones de la circulación.
La Consejería de Movilidad y Transformación Digital prevé una inversión de alrededor de 20 millones, que deberá realizar en los próximos años para mejorar la carretera entre Salamanca y Alba de Tormes en un primer cálculo. Se plantea una carretera “2+1”, lo que implica habilitar un tercer carril para que el central sea utilizado para adelantar de manera alternativa para cada uno de los sentidos de la circulación, a excepción de los dos kilómetros más próximos a la ciudad, en la que habrá dos carriles por sentido.
El proyecto para la carretera de Alba adquiere importancia al tratarse de la experiencia piloto en Castilla y León y que servirá de referencia para luego aplicar esta solución a otras carreteras autonómicas.