El misterio del montañero desaparecido en la Sierra de Béjar

La desaparición de un montañero experimentado, José Antonio Martínez López, de 45 años, en la Sierra de Béjar, se ha convertido en todo un misterio. No tanto porque es muy complicado dar con el mismo, sino por las razones que rodearon esta salida a practicar montañismo en la tarde del pasado 29 de diciembre de 2022. Todas las hipótesis posibles están abiertas. Aunque, no es menos cierto, dicen desde Protección Civil que es el primer caso, que se tenga conocimiento, de un desaparecido. Eso sí, rescates ya ha habido en esta zona cerca de diez.

Aquella fatídica jornada las condiciones meteorológicas no eran las más adecuadas para enfrentarse a un territorio peligroso y, en este caso, desconocido. Informan a El Español - Noticias de Castilla y León que el viento, ya en la segunda plataforma de El Travieso, se acercaba a los 40 km/hora, el día era lluvioso y, encima, la visibilidad muy reducida por la niebla, a lo que se sumaba el agua de la lluvia que ya no absorbía la tierra.

Así, como se ha comprobado esta mañana de miércoles, 13 días después de la desaparición, en condiciones desfavorables para la búsqueda, los senderos eran torrentes por donde discurre el agua acumulada. Tal es así, "y condiciones mejores que las del pasado 29 de diciembre", que el parte meteorológico decía que "helicóptero no puede volar porque hay riesgos altos que no se pueden asumir". Circunstancia que fue comunicada a la familia del montañero.

Un misterio por qué, el desaparecido, que aseguran experto en la montaña y de 45 años, se compromete a realizar el trayecto entre El Travieso y el Calvitero. Una zona, aseguran montañeros de Candelario a este diario, "de muchas fallas, que equivocan la subida de las lomas con lo que existe al otro lado, con muchas rocas desprendidas, como también agujeros y, además, con condiciones desfavorables, a lo que se suma desconocer el terreno".

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"¿Quién no ha incumplido las normas de la montaña alguna vez?"

En condiciones peligrosas, con lluvia, niebla y la oscuridad de la noche, el equipo de Montaña de la Guardia Civil comenzó el rastreo que duró, según afirman en Candelario, cuando los vieron aparecer, hasta avanzada la mañana del día 30. Eso sí, también se dieron cita por el lugar voluntarios de Protección Civil. Pero nada se logró, porque "eran momentos esenciales para un rescate con éxito dadas las condiciones de frío y lluvia". Y, a partir de ese momento, comienza a desplegarse todo el dispositivo que, salvo alguna jornada que no se ha podido realizar por las condiciones desfavorables, ha llegado hasta hoy, miércoles, 13 días después de la desaparición.

Y, desde ese momento, comienzan las especulaciones y preguntas sin respuesta. El caso es que sigue el rastreo desde la plataforma dos de El Calvitero para un grupo de voluntarios de Protección, otros lo hacen desde el lado extremeño y, los especialistas de Montaña de la Guardia Civil, esperando condiciones favorables para que el helicóptero, que llega desde León y parado en la plataforma 1, pueda ascender para adentrarse en la zona más escarpada y permitir que los guardias civiles puedan bajar y comenzar nuevamente a buscar al montañero por zonas prácticamente inaccesibles.

A este respecto, señalar que los perros guías de la Guardia Civil encontraron rastro los primeros días, pero este se pierde a una altura del camino. Una zona, de final de la Sierra de Gredos, "con mucho peligro para quien no la conozca", dicen las gentes de montaña y agentes forestales. Decir también que la Guardia Civil al frente, y el resto del operativo de búsqueda "han peinado muchos kilómetros entre El Travieso y el Calvitero, sin hallar el más mínimo rastro, hasta este momento".

Y surgen muchas preguntas. Como la de un montañero de la zona quien pide que "levante la mano el primer montañero que no haya incumplido las más elementales normas de seguridad en la sierra?". Además, dice otro, "siempre, en la montaña, nos ponemos retos, sin considerar en muchas ocasiones los peligros que salen en el sendero".

Hipótesis, decíamos, muchas. Una caída en las inmensas fallas, una pérdida de orientación, un refugio para hacer frente a las adversas inclemencias del tiempo y de la noche... seguir avanzado hasta donde pudo y llegar al bosque de la Dehesa de Candelario en el límite con Extremadura por la zona de La Muela y Navamuño... Posibilidades, todas están abiertas, mientras, siempre queda una luz de esperanza para la familia. Porque, finaliza un montañero, "todos hemos mentido alguna vez, porque si se dice la verdad, nunca se sale y, esa es la 'ley' no escrita de la montaña".

Operativo de búsqueda

Coordinados por el Mando Avanzado del Servicio de Emergencias 112 Castilla y León, y bajo la dirección sobre el terreno de los especialistas y grandes conocedores del terreno de Servicio de Montaña de la Guardia Civil de Barco de Ávila, esta mañana han continuado con las labores de rastreo.

Así, han participado 5 agentes medioambientales; 8 miembros del Servicio de Extinción de Incendios de la Diputación de Salamanca de diversos parques como Villares de la Reina y Ledesma; siete guardias civiles y dos pilotos de helicóptero más los agentes presentes de Béjar; 6 agrupaciones de Protección Civil con 20 voluntarios de Béjar, Santa Marta de Tormes, Carbajosa de la Sagrada y Toro (Zamora); 3 voluntarios de Cruz Roja; y del Centro Coordinador de Emergencias 1 técnico, el jefe de servicio de Protección Civil de Salamanca, y 3 miembros de logística.

Y la búsqueda seguirá... cuando las condiciones meteorológicas den más tregua para localizar al montañero José Antonio Martínez López, de 45 años, desaparecido en la tarde/noche del 29 de diciembre de 2022 y que, en el momento de su última aparición, tenía complexión atlética, pelo canoso y un anorak rojo.