Las elecciones municipales en la ciudad de Salamanca, tras una intensa campaña sobre todo de populares y socialistas, a los demás se les ha visto prodigar poco, tienen la suerte echada. Cuando se realice el recuento mañana por la noche, solo basta dilucidar si el PP, con Carlos García Carbayo como candidato a la reelección de alcalde logrará la mayoría absoluta (14 concejales). Las últimas encuestas indican que no será así. ¿Sería un fracaso para el PP?
Esa es la cuestión. Porque, si como se espera, Ciudadanos con Ana Suárez como candidata -con muchos problemas internos- queda fuera de la Corporación municipal y, por tanto, pierde los cuatro concejales, y el PP no los aprovecha, claro que se podría considerar un fracaso. Además, durante ocho años populares y naranjas han formado una piña política solo rota por el 'caso' Peace City World.
El PP siempre ha tenido como meta la mayoría absoluta para poder gobernar en solitario y no condicionado por segundas fuerzas, porque, como indican desde dentro del partido, "luego pasa lo que pasa". Esta mayoría, tan sólo hace un año claro que era posible, como indicaban algunos escrutinios, pero el tiempo ha corrido en contra de García Carbayo. Unas veces por desméritos suyos, pero también por los de otros.
Prorrumpe Vox con fuerza
Desparece Ciudades de la escena política, pero su puesto lo ocupará, si todo sucede como se espera -aunque las urnas las carga el diablo-, Vox entrará con fuerza en el Ayuntamiento, al conseguir entre 2 y 4 concejales, es decir, en el mejor de los casos, los mismos que tenía Cs.
Por tanto, al PP de García Carbayo, es decir, el bloque de derechas, podría formar gobierno sumando a los 12/13 concejales populares los 2/4 que obtenga Vox, con Ignacio Rivas de cabeza de lista.
Eso sí, Vox no es Cs y se supone que el Gobierno municipal no será una cama de rosas -glosando a Bon Jovi- para el Grupo Popular. Que se lo pregunten a Alfonso Fernández Mañueco.
El bloque de izquierda no suma
Como decíamos anteriormente, las urnas las carga el diablo, y todo puede acontecer. Poco probable, pero la esperanza nunca se pierde, pensará José Luis Mateos, el candidato socialista que ha hecho una campaña impoluta, buena y de cercanía. Pero los números y sus sumas no dan. Aún conservando la coalición Podemos-IU-Los Verdes sus dos concejalías, el PSOE tendría que comer al menos dos ediles de Cs, y eso, hoy, parece poco probable.
Los socialistas tienen diez concejales y dos la coalición de izquierdas, cuando la mayoría absoluta son 14. Y la suma, repito, no alcanza salvo que el diablo venga y se ponga de su parte cuando se realice el escrutinio. Por tanto, no queda otra que asumir otro gobierno de derechas encabezado por el PP y ya van 28 años con los populares al frente de la Alcaldía de la ciudad de Salamanca.
La provincia, varias incógnitas
Los dos partidos principales no se han olvidado de la provincia de Salamanca, en cuanto a su lucha electoral, con una ristra de actos políticos que han barrido toda la geografía. Es que es mucho también lo que se juegan, porque del mayor o menor número de sufragios dependerá después la Diputación de Salamanca, que, también puede pender de un hilo.
Casi seguro, respetando el voto de los ciudadanos, que el PP se hará con las alcaldías de Ciudad Rodrigo -que busca ser el feudo de mayor sufragios-, con un candidato, Marcos Iglesias, sólido y eficaz. Como también en Santa Marta, con David Mingo. Lo mismo en Villamayor, donde Ángel Peralvo puede conseguir la mayoría absoluta si suma uno de los dos ediles que ahora tiene Cs. Carbajosa también es un feudo seguro del PP con el incombustible Pedro Samuel Martín. Y el Alfoz, junto a la ciudad, le podría dar la Diputación al PP.
Más incógnitas se levantan en Villares de la Reina, donde nada está escrito y se pugnarán socialistas y populares por hacerse con los resquicios de Cs, que gobierna ahora con el apoyo socialista. Tampoco se tiene claro Doñinos de Salamanca, el feudo fuerte de Ciudadanos, como en Cabrerizos, tras tres años de ausencia de la actual alcaldesa popular.
Incógnitas también se encuentran en Alba de Tormes, donde la Alcaldía puede depender del concejal de Cs, que ha apoyado a la actual alcaldesa y candidata, pero que la relación entre ambas formaciones ha terminado como ha terminado. O Miguélez saca mayoría absoluta o le será muy difícil mantener el bastón de mando, porque Vox, si entra, será a costa de un edil popular, es decir, resta y no suma. Y el PSOE vuelve fuerte.
Béjar. Quién lo iba a decir, un PP unido y fuerte y ahora concurre como el rosario de la aurora. Muy difícil que logre gobernar Luis Francisco Martín (PP), con un Vox cosido a fuerza de populares. Además, el actual alcalde, el socialista Antonio Cámara ha llevado estabilidad política y, dicen, que no ha gestionado mal y que podría andar muy cerca de la mayoría absoluta. Lo que sería todo un hito para el PSOE de Mario Cavero.
Peñaranda es uno de los feudos más fuertes del PSOE, todo puede acontecer, pero es muy complicado que Carmen Ávila pierda la Alcaldía. Algo que no acontece en Vitigudino, donde Luisa de Paz se enfrenta a una ristra de partidos que le podrían poner un muro para seguir gobernando la villa vitigudinense. Como acontece en Lumbrales, donde el actual alcalde, Carlos Pedraz, si antes con CS ahora candidato del PP, pero con alguna formación de expopulares que podrían tener su importancia a la hora de los recuentos.
Mañana ya saldremos de dudas, pero todo apunta a que populares y socialistas se volverán a repartir la provincia, salvo algunas excepciones como Hinojosa de Duero, con la nueva formación Salamanca Importa de José Francisco Bautista. Quedará algún reducto a UPL, en pueblos pequeños o alguna lista independiente o de formación reciente. Pero el PP y el PSOE vuelven a arrasar tras el fugaz paso de Ciudadanos que no cogerá Vox.