El Café Bar Los Pepes es de esos locales de toda la vida. De los que nunca se olvidan aunque se esté lejos de tu tierra. Este bar del barrio salmantino de Garrido lleva nada menos que 40 años en activo, nueve de ellos con Pedro Gallastegui y Manoli Sánchez al frente. Un establecimiento que "siempre ha tenido muy buen público", como explica la pareja a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.
Sus calamares, la jeta o la típica chanfaina se han quedado grabadas en el estómago y el corazón de miles de salmantinos por muy lejos que estuvieran de casa. Así lo explica Pedro, quien recuerda en concreto a una familia de Francia "que venía con sus abuelos" siempre que visitaba la ciudad. Igual ocurría con muchos de los emigrados de Garrido a media España: Madrid, Barcelona, Euskadi, Andalucía... Fueran donde fueran "sus descendientes recordaban el bar y siempre volvían".
Y es que, aunque este matrimonio vasco-salmantino llevara casi una década a su cargo, "siempre ha tenido clientes muy antiguos" de sus largos cuarenta años de actividad en el popular barrio charro. Pedro y Manoli supieron tomar las riendas de este longevo negocio, ya que tras de sí ya traían una buena experiencia en hostelería.
Él es natural de Durango (Euskadi) y ella de Salamanca. Durante años se dedicaron al negocio inmobiliario en tierras vascas hasta que la crisis del ladrillo lo llevó todo al traste. Pero ellos se levantaron, hicieron las maletas y pusieron rumbo a Salamanca. Durante seis años regentaron un restaurante en San Pedro del Valle y, luego surgió la oportunidad de hacerse cargo de Los Pepes.
Un bar tan conocido y querido por los vecinos de Garrido que cuando en junio anunciaron su jubilación, los mensajes de despedida y cariño no cesaron. Una oleada de amor y aprecio por la pareja que acabó de culminarse el pasado domingo. "Sin haber anunciado demasiado que era el último día la gente se volcó muchísimo", expica Pedro.
Allí que se presentaron muchos de sus clientes con cartas, ramos de flores y sobre todo palabras de cariño a sus nueve años de entregado trabajo. "Estábamos asombrados", recalca. Tanto fue así que hasta el cómico salmantino Héctor de Miguel (Quequé) también acudió a la despedida y publicó en sus redes sociales un vídeo con el propio Pedro desvelando el secreto de sus deliciosos calamares.
El presentador de 'Hora Veintipico' en la Ser también dedicó unas sentidas palabras para los gerentes de Los Pepes, donde destacó que llevaban "unos cuantos años surtiendo a Salamanca, mejor dicho, a Garrido (Garrido is not Spain!) de cafés, pinchos, raciones y sabiduría norteña". Igualmente les deseó que fueran "tan felices como nos hicisteis".
Pedro explica que el humorista "llegó allí por casualidad, pidió jeta y le gustó tanto que me dio la enhorabuena". Desde entonces, Quequé no fallaba a su cita con Los Pepes en cada escapada a Salamanca. El hostelero destaca que "es muy majo y se hace fácil llegar a él", así que no pudo resistirse cuando le pidió que le contara el secreto de sus calamares.
Un nuevo relevo
Y aunque no hay duda de que los vecinos de Garrido echarán mucho de menos a Pedro y Manoli, savia nueva se pondrá tras la barra de Los Pepes próximamente. Un cliente habitual del local, con experiencia en cocina, ha decidido alquilar el negocio y mantener viva la historia de este mítico bar salmantino.
Por su parte, la pareja ahora quiere "aburrirse", tener tiempo para no hacer nada y disfrutar de un merecido descanso tras años de trabajo. Eso sí, Pedro asegura que no tiene ningún problema en enseñarle también al nuevo gerente el secreto de sus irresistibles calamares.