La inteligencia artificial (IA) ha llegado a nuestro tiempo como una fuerza poderosa y revolucionaria, de la que la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) no ha querido quedarse al margen. Este campo interdisciplinario mezcla la informática, las matemáticas, la neurociencia y la ingeniería para crear sistemas capaces de imitar, y en muchos casos superar, las capacidades humanas en tareas muy específicas.

Sin embargo, este crecimiento exponencial de la IA también plantea desafíos éticos y sociales significativos. La preocupación por la privacidad de los datos, el sesgo algorítmico y el impacto en el empleo son temas ardientes que requieren una atención cuidadosa y regulaciones adecuadas para garantizar un desarrollo ético y responsable de la IA.

Desde esta perspectiva, hablamos con el decano de la Facultad de Comunicación de la UPSA, Fernando Galindo Rubio, quien lo ejerce desde 2021, y quien también es profesor titular de Tecnología de la Comunicación. En la UPSA ha impartido desde 1994 materias relacionadas con el ámbito genérico de las Tecnologías de la Información y la Comunicación y, específicamente, en el contexto de la Innovación Tecnológica Audiovisual.

En la actualidad, suma a estas líneas docentes el trabajo en inteligencia artificial aplicada a la comunicación. Desde que esta tecnología ha prorrumpido, ya ha impartido varios cursos relacionados con la IA aplicada a la comunicación, a la educación y a la investigación en Ciencias Sociales en universidades de Barcelona, Bilbao, Madrid y Salamanca. También ha publicado varios capítulos y artículos sobre este tema. Decir en su haber que es vicepresidente de la recién fundada Asociación Científica de Inteligencia Artificial y Comunicación (ACIAC).

Pregunta: En primer lugar, antes de pasar al tema que nos concierne, ¿cómo transcurre el curso en la Facultad de Comunicación?

Respuesta: El curso transcurre con la máxima normalidad posible, que es la mejor noticia. Es decir, no tener ningún tipo de incidentes, ni de situaciones que nos hagan modificar nuestra trayectoria, es súper importante, más cuando venimos de años tan complejos como los del covid-19, donde tuvimos que hacer todo tipo de piruetas para poder garantizar la docencia. Lo hicimos con aquellas aulas híbridas, online, etcétera. Ahora, volver a la normalidad y, como quien dice, ver clases de chicos sin mascarillas, que se sientan donde les da la gana, es casi motivo de felicidad.

P: ¿Genera atracción en los estudiantes que llegan del Bachillerato la Comunicación?

R: Creo que cada vez más, porque, aunque la comunicación, tal como la entendemos la gente de mi edad, todavía sigue siendo esa comunicación centrada en los medios de comunicación, en prensa, en radio, en televisión. La gente joven ya sabe que la comunicación es otra cosa. Ha cambiado absolutamente en los últimos diez años. De hecho, ya no es un sinónimo de información, porque hace poco hablar de comunicación era hablar de información de los medios. Ahora existen otras variables, como el entretenimiento, que casi son más apropiadas que la información. La sobresaturación de información ha hecho que las personas, de maneras no tan directas viendo los medios de comunicación, sino de forma indirecta, estén permanentemente informados. Ya no tienen que buscarla en los medios. La información te llega por cuarenta sitios, por tus redes sociales, por tus canales de WhatsApp... Así, hemos liberado tiempo para el ocio y el entretenimiento. Y ese entretenimiento es el que se busca ahora en las plataformas, en los videos, en Netflix, en las redes sociales, en TikTok... Cada vez más estamos trabajando en esa línea.

Por eso, es verdad que nosotros encontramos algunos pequeños desajustes en los chavales que entran en la Facultad, porque hay que explicarles casi cuáles son las secciones de un periódico, algo que para los que hemos estudiado Periodismo era inaudito, porque venías a primero sabiéndote todas las cabeceras, cuáles eran los dominicales, quién escribía en la contraportada de un diario. Lo sabías todo de los medios de comunicación. Ahora no lo necesitan. No es que sea gente que no está al tanto de las cosas, es que no los necesitan porque el sector de la comunicación ha cambiado. Nosotros teníamos que ir a por las cosas, y ellos están acostumbrados a que las cosas les lleguen, y como no necesitan ir a buscarlas, han perdido la costumbre de ir al quiosco, de ir al medio, de ir a la tele, porque les llega. Sería todo un tratado hablar de la nueva Comunicación y los nuevos estudios.

Prácticas en un estudio de TV del doble grado en Comunicación Audiovisual y Periodismo

P: Pasamos al tema que nos concierne, ¿por qué este gran interés en la UPSA por la inteligencia artificial?

R: Diría yo que ese interés es en la mayoría de universidades, pero de una manera más veloz y loca, porque la inteligencia artificial aplicada a la comunicación, a la educación, a las ciencias sociales, es una tecnología que lleva existiendo hace mucho tiempo, y llevamos conviviendo con ella años y años. El teclado predictivo del WhatsApp no es otra cosa que inteligencia artificial.

P: ¿Qué ha sucedido entonces?                                                                                R: Que de repente han salido dos o tres aplicaciones que nos han sorprendido a todos, incluso a los propios creadores de las mismas. Es, por ejemplo, el ChatGPT famoso. En realidad, no es más que un modelo conversacional, que la mayoría de la gente cree que es un gurú y que lo debe saber todo. Es solo un modelo planteado para emular la forma de razonar del ser humano. Y, claramente, lo logra. Dice muchas barbaridades, que ahora las llamamos alucinaciones entre los que estamos en este sector.

Pero esas alucinaciones, en realidad, no es que se las invente, normalmente son porque funciona por probabilidad. Es decir, si yo le hago una consulta diciéndole, dime el nombre de los últimos diez alcaldes de Trujillo, me va a decir una barbaridad, porque no hay suficientes documentos en internet donde se hable de los diez últimos alcaldes de Trujillo. Te dirá bien uno o dos, probablemente. Entonces, prefiere inventar para demostrar que está conversando, porque, en realidad, lo que hace es contestar una pregunta de diez alcaldes, o sea, diez nombres posibles de alcaldes. Fíjate, siempre que nos entrevistan a los que estamos metidos en esto, cada vez vamos con más pies de plomo, porque es muy fácil dar titulares grandilocuentes. De hecho, en una conferencia en Zamora, di uno que era un chascarrillo, que salió luego en portada en un digital de Zamora. Dije que "la inteligencia artificial lo único que ha demostrado es que el ser humano no es la pera". Y lo que ha demostrado, es que creíamos que la mente del ser humano era una cosa híper compleja, y no. O sea, es razonablemente sencilla, como se ha demostrado de emular.

P: ¿Por qué?                                                                                                             R: Porque trabajamos con un mecanismo súper simple, que es el mecanismo asociativo en nuestra mente ascendente y descendente, es decir, de lo concreto a lo complejo y viceversa. Lo que han hecho es inventar una forma de trabajo que hace esto último.

 

P: ¿Cuál es la idea más equivocada que tenemos sobre la inteligencia artificial?

R: Creo que hay varias. La primera, que nos va a quitar el trabajo a todos. Esta es la de los miedos. Supongo que cuando Gutenberg, allá por 1450, le dio por hacer la imprenta, no me gustaría ver la cara de los monjes amanuenses, que dirían ¿qué es esto? Yo que hacía mi caligrafía perfecta, letra gótica y tal, ¿qué va a pasar conmigo? Alguno seguro que diría, no va a ser equiparable a la caligrafía que hace fray Bartolomé. No fue solo equiparable, sino que revolucionó el mundo de la época. Un cambio en el paradigma del conocimiento, no por lo procedimental. Y eso pasa exactamente igual con la inteligencia artificial, no por la imprenta en sí, sino porque la imprenta permitió el crecimiento exponencial del conocimiento. Esa fue la clave. La IA va a ser otra revolución similar.

"La inteligencia artificial va a permitir que ya no dependamos de nosotros mismos, de nuestra memoria, de nuestra capacidad de proceso, sino que vamos a tener memoria y capacidad de proceso asistidos"

P: ¿Por qué una revolución similar?                                                                        R: Porque lo que va a permitir este tipo de inteligencia artificial es que ya no dependamos de nosotros mismos, de nuestra memoria, de nuestra capacidad de proceso, sino que vamos a tener memoria y capacidad de proceso asistido. El comunicólogo argentino Santiago Bilinkis cuenta una cosa muy interesante, que es lo que él llama "centauros", y dice que "nos convertiremos en centauros tecnológicos". Pues tenemos que ser centauros con las máquinas de hibridación y con la inteligencia artificial, no hibridación física. Todo parte de Kaspárov, cuando perdió una partida, y dijo que la volvería a perder otras miles de veces. E inventa una liga de ajedrez que se llama la Liga de Ajedrez Centauro, donde son diferentes jugadores, y llega a un punto de evolución espectacular, jamás soñado. Porque si antes, en hacer una jugada maestra tardabas 50 minutos, en tres minutos has buscado y elegido las que te propone.

Otro ejemplo es Fernando Alonso. ¿Qué tiene de bueno con respecto a otros pilotos? No que conduzca muy bien, ni que tenga muchas manos en Fórmula 1 no son relevantes. Lo pertinente es cómo organizas el coche. De hecho, lo que Fernando Alonso pide como primera cláusula de su contrato es que le dejen meter mano al coche, que le dejen a él hacer los ajustes. Él es capaz de mejorar el coche como nadie es capaz de hacerlo.

P: Ante todo este reto y apasionante mundo, ¿qué harán los periodistas del futuro?

R: Esto es lo que van a ser los periodistas, comunicadores que sepan trabajar con la IA. Va a ser espectacular. Luego, nuestra obligación en la Facultad de Comunicación es comenzar a meter IA ya en las clases. Trabajar directamente con herramientas como Midjourney y con PS4. Lo que no podemos hacer es ponernos la mano delante y decir que los alumnos no utilicen el GPT en la universidad, porque van a salir fuera y lo van a tener que usar. Además, funciona muy bien y deja crecer mucho. También cambia el paradigma de cómo tenemos que hacer las clases y los trabajos. Claro, no va a tener ningún sentido que yo le diga al alumnos, hazme un trabajo de Antonio Machado, porque la IA me lo va a hacer diez veces mejor que el alumno. Entonces habrá que buscar otra forma, no tanto de evaluar, sino de trabajar con ello. Probablemente lo que propone la inteligencia artificial no es tanto el cambio de evaluar, como mucha gente está obsesionada. Es un cambio de paradigma de la educación, donde en vez de ser nosotros los que contamos de arriba abajo, seamos acompañantes el profesor, más las herramientas y más el alumno. Y, entre los tres, descubramos el conocimiento. Ser como 'serpas', como gente que te va mostrando las rutas y acompañando. No tiene sentido que yo compita con el GPT, es que me da mil vueltas por todos los sitios, me guste o no.

P: La UPSA organiza un Máster de Formación Permanente llamado 'Gobernanza Ética de la inteligencia artificial'.

R: No tiene que ver con esta Facultad, es un tema que concierne a la Facultad de Filosofía. Pero soy muy consciente de las repercusiones éticas, de las complicaciones que genera, pero no me atrevo a mostrar mi percepción en esto. Mi opinión, porque es demasiado personal, no sería compartida por la mayoría de la gente.

P: La UE trata en este momento la regulación de la IA, centrada en el ser humano. ¿Qué aconsejaría usted?                                                                          R: La Unión Europea, como todos las instituciones políticas, se ha visto obligada a hacer algo, no un movimiento funcional, sino político. Un movimiento al que les están apretando desde todos los sitios. Por eso, piensan que no se podían quedar de brazos cruzados, y, por ello, realizan una regulación. Aprovechan, además, la oportunidad de ser los primeros. Pero el problema es qué regulas. O sea, no somos capaces de asumir que vienen estas nuevas cosas que nos pueden mejorar la vida y nos defendemos permanentemente. Es que claro, para esto tienen que ver los datos que hay en internet para su aprendizaje. Simplemente es un problema ante el que nos estamos revolviendo como gato panza arriba. Es decir, queremos que no pase lo que inevitablemente va a pasar, y cuanto antes convirtamos la amenaza en oportunidad y en fortaleza, mejor. Pasa siempre. Primero, somos los que nos llaman los adopters, los que adoptamos temprano las tecnologías y que nos venimos muy arriba. Creemos en la resolución de todos los males, y, luego, ya van entrando poco a poco todos los demás. Siempre queda un grupo, que son los que se llaman por debajo de la brecha, que no se van a meter en esto. Son los cineastas que se quedaron en el filme no digital, en la película de celuloide. ¿Qué les ha pasado? Que ya no hay laboratorios para revelar. ¿Quién quiere tener un laboratorio para revelar dos películas al año? Son procesos muy similares con lo que estamos viviendo ahora con la IA.

P: Ya que estamos en una Facultad, ¿puede ser una amenaza la IA, como es el "desempleo tecnológico", al que menciona en su último libro 'Inteligencia Artificial', editado por Turner, la londinense Margaret Boden? Algunos estudios hablan de un 40% de empleos automatizados en las próximas dos décadas. ¿Nos quitará el trabajo un robot?

R: Vamos a ver, esa afirmación es una maravilla. ¿Cuáles son los empleos automatizados? Eso es lo que tenemos que ver. Claro, un programador informático no va a picar códigos, ya no tiene sentido. Le dices a la IA, hazme un frontend de no sé cuánto, o un programa de tal, ese señor simplemente va a tener que supervisarlo. Es decir, en vez de trabajar seis horas picando códigos, va a trabajar un ratito supervisando, las otras cinco horas estará tomándose un daiquiri en la playa. Esa es la idea. Es decir, trabajar menos pero con mejor calidad de vida. Y ese 40% de automatizados se perderán. Pero ojo, hay un 60% que quedará. Hay profesiones nuevas, por ejemplo, hay una que se llama Prompts Engineer, ingeniero de prompts, que será un empleo de futuro.

Lo son esas secuencias de búsqueda con las que pedimos a GPT que nos haga una fotografía de no sé qué. Ya existe una profesión que busca Google, ingenieros capaces de hacer prompts eficaces. Que permitan no perder tiempo, que tú le digas, quiero un cartel para las ferias de Plasencia, donde haya estos elementos, y que él sepa condensarlo en una simple búsqueda y lo tenga en dos minutos, en vez de tirarte toda la tarde hasta que finalizas el diseño. Eso es un empleo nuevo que no existía, muy bien pagado, porque hacer un cartel de la Feria de Plasencia no está muy bien pagado, pero pedir a la herramienta, por ejemplo, que te diseñe una estrategia de inversión en bolsa para una empresa, que sea eficaz y rentable a cinco meses, y que sea capaz de cruzarte todos los valores bursátiles, todos los índices, etcétera, y te diga que lo que deberías hacer es comprar Inditex y comprarlo mañana. Eso sí vale dinero, mucho dinero.

"Ya existe una profesión que busca Google, ingenieros capaces de hacer prompts eficaces. Eso es un empleo nuevo que no existía, muy bien pagado".

P: ¿Cómo afectará la IA a nuestra vida diaria a corto plazo?

R: Creo que va a ir afectando y rápido en nuestro mundo, en los procesos educativos, muy agresivamente, porque ya es una herramienta habitual de trabajo en la enseñanza, sin ir más lejos en esta Facultad. Los alumnos, lo primero que hacen cuando se plantea un trabajo, es pasarlo por ChatGPT, que le hace una estructura, le da ideas o incluso alguno lo copia y lo pega. Lo esencial es que hay que incorporarlo a las metodologías. Partamos de esto, por ejemplo, en la asignatura de guión de ficción en televisión. Lo interesante no es que te dé un guión y te diga, venga a producir, sino que tengo un chasis sobre el que mejorar, y tú te lo lees y dices, quiero que los personajes en vez de ser tres chicas y un chico, sean dos chicas y dos chicos. Y a este le vas a llamar no sé qué. Y este además tiene gafas y además es calvo, y este otro es bajito y el otro no sé qué. Y a partir de reformulamos el guión otra vez, quiero que el final, en vez de ser como el de Los Serrano, que al final era un sueño, quiero que le des la vuelta, que me des cuatro opciones de finales diferentes. Esta va a ser la forma de trabajar.

El profesor lo que tiene que evaluar es cómo ha mejorado esa propuesta inicial, es decir, cuáles son los retos. Y eso no es pensar igual o más que hacer un guión estándar. Pues probablemente sí. En Producción audiovisual avanzaremos, y en un año y medio aproximadamente, calculo yo, le vas a poder pedir vídeos a una herramienta, y le vas a decir, quiero un plano general de Johnny Depp vestido de Joker, bajando unas escaleras medio bailando, y que cuando llegue aquí cambie el plano y él se dirija a cámara y me diga esta frase. Además, quiero que me pongas focos de 300 vatios en esta disposición. Y te va a hacer toda esa escena y te la va a dar. Y en una tarde o en dos, como mucho, vas a poder montar esa película entera. ¿Qué significará eso? Pues que habrá mil películas en Netflix diarias. Es decir, se va a diversificar el conocimiento de una manera brutal, yo diría que exponencial. No estamos preparados para eso, pero va a pasar. Entonces, lo interesante es ir entrando en la idea de qué va a pasar si echamos la vista atrás. Va a cambiar el mundo, y va a dar muchas oportunidades a mucha gente. Es que, al final, un poco tiene que ver con que vas a tener una conversación permanente con una herramienta.

P: Es que ya, ante todo esto, no hay ni que tener destreza técnica.                       R: Ya no tienes que saber Photoshop, sino simplemente decir no quiero que tenga más luz esta foto. Quiero que ese brillo que me está dando en las gafas de Luis que me lo quites. No hay un saber técnico detrás, sino conversacional. Y eso engancha muy bien con algo que a nosotros nos interesa muchísimo. Hasta el año pasado todo el mundo que tenía un sobrino o un hijo y le preguntaba qué quería estudiar, le recomendaba la STEM Science, Technology, Engineering y más matemáticas, es decir, las cuatro grandes ciencias. Pues ese paradigma, desde mi punto de vista, va a cambiar. Esas cuatro áreas precisamente son las que son muy fáciles para la inteligencia artificial. Un programador, un ingeniero de cálculos de estructuras, un matemático. ¿Qué vamos a necesitar ahora? Humanidades y Ciencias Sociales. Porque la gran competencia para poder trabajar con estas herramientas es la conversacional, el poder hablar, el poder tener matiz en lo que tú hablas, el ser fino, ser preciso. Los periodistas vamos a tener un futuro por ahí, porque además tenemos conocimiento técnico para muchas cosas. Entonces, cuando hablas con la herramienta, si eres parco en ideas, te da resultados parcos, pero si tú eres muy fino en las ideas, te da resultados excelentes.

Fernando Galindo, decano de la Facultad de Comunicación de la UPSA

P: Entrando en el campo de la enseñanza, ¿qué relación tiene la IA con la educación?

R: Pues lo que te decía, que cambia el paradigma completamente. La educación hasta ahora ha sido un eje vertical, descendente en la mayoría de los casos. El profesor propone un recorrido, lo estructura y lo imparte y los alumnos, en la medida de su interés, de sus capacidades, de su tiempo, le dedican la atención al profesor. Desde mi punto de vista, la inteligencia artificial lo revoluciona en el sentido de que ya el profesor, esto no es minusvalorar al docente ni mucho menos, todo lo contrario, ni quitarle peso, va a tener el mismo peso o más, pero deja de ser vertical y descendente, deja de ser el de arriba y los demás abajo. Vamos a estar todos en la misma línea, y entra un tercer elemento que es la inteligencia artificial. Hay un autor que se llama José Luis Cordeiro, que habla de esto como "el tercer hemisferio cerebral". Es decir, tenemos funciones, datos y la inteligencia artificial, que es la que nos va a permitir además conectar todo y va a estar siempre disponible. Es como un Google abstracto en la nube.

P: Stephen Hawking definía la inteligencia como "la capacidad para adaptarse a los cambios". ¿Se quedó corto en la definición?

R: No, lo que pasa es que probablemente cuando dijo cambios no se refería a cambios tan gordos. A ver, lógicamente no solo la inteligencia, si es que la felicidad en sí mismo también consiste en esto. Es decir, la felicidad es cuando tienes una circunstancia nueva, y si tienes capacidad de vivir en esa circunstancia nueva, no tienes ningún problema. Cuando permanentemente te estás pegando con ese muro, no eres feliz, lógicamente estás sucumbiendo a su poderío. Siempre ha sido así. La adaptación es una de las competencias clave en todos los planes de estudio, en el campo de la tecnología y la comunicación, pues claro, es la base que según llegue algo adaptarse.

P: ¿Existen políticas que se pueden poner en práctica para garantizar que los avances científicos y tecnológicos, como la IA, se utilizan de manera adecuada?

R: No existen políticas, porque Internet rompió la baraja. No nos hemos dado cuenta de lo grande que era Internet desde el momento en el que todo en ella es global, ya no existe ninguna manera de poner puertas al campo. Seguimos en estructuras de gobierno y en estructuras legales locales, es decir, España, las autonomías, los pueblos, tienen sus propias normas. Pero es que Internet es global. De qué me vale a mí que tú me digas que yo en España no puedo usar esto. Pues vale, me voy a China y lo puedo hacer. Pero es que no hace falta que me vaya, compro una VPN y lo uso. Mi hija estaba en Erasmus este año en Italia, cuando a Meloni le da por cerrar el ChatGPT me llama apurada, ¿Qué hago? A los diez minutos dice "ya lo hemos resuelto. Tenemos una VPN que nos han pasado de Estados Unidos". Qué quieres, que entre por un embudo de decir que todo lo que hago con GPT lo ha hecho mucha gente. Ese no es un problema. El problema es que si yo trabajo con una máquina y con una herramienta de estas, soy diez mil veces más rápido, más productivo, más eficaz y, probablemente, con mejores resultados que una persona sola.

P: Finalmente, ¿es generalmente optimista o pesimista sobre la forma en que la humanidad utiliza la ciencia y, ahora, más concretamente la IA?

R: Soy la persona más optimista que conozco. No me cabe ninguna duda de que el progreso de la tecnología solo trae cosas buenas. Claro que trae cosas malas, pero el resultado es catastróficamente mejor que peor. No nos damos cuenta. Yo siempre pongo, cuando me hacen una pregunta de este estilo, hacer una prueba muy fácil. Te dicen, tienes que resolver la raíz cúbica de 3.873.425 en tres segundos, de la que depende la suerte de tu hijo. Te doy dos opciones, hacerlo tu o con una calculadora. Con una calculadora tengo alguna opción de acertar, pero hacerlo con mi inteligencia ninguna. Está claro. Había una manifestación en 1965 de profesores americanos con pancartas en contra de las calculadoras. ¿Qué ha traído de bueno? Pues que cálculos que antes no se podían hacer a mano, como una raíz cúbica de no sé cuánto, hora existe esa posibilidad. La mayoría de los tratamientos, los diagnósticos, el genoma humano, todo tiene que ver con eso. Si no se hubiera descifrado el genoma humano ahora mismo estaríamos casi en la edad media de la Medicina, y sin embargo, lo que ha permitido avanzar en Medicina en 20 años. Todos tenemos probablemente en nuestra familia, en nuestro entorno, gente que ha padecido cáncer. Hace 25 años significaba que quedaban dos días de vida. Ahora, raramente significa que te quedan dos días. Esto es la ciencia. Es el progreso. ¿Hay que ir contra esto? Pues no, por eso soy muy optimista.

Para finalizar, chateamos, o conversamos como gusta decir a Fernando Galindo, con ChatGPT sobre la IA, y esto nos dice como conclusión:

"La inteligencia artificial es una herramienta poderosa que está moldeando nuestro mundo de manera inimaginable. Su crecimiento y desarrollo son continuos, lo que nos lleva a un futuro lleno de promesas y desafíos. La comprensión y la gestión adecuada de la IA serán esenciales para aprovechar sus beneficios mientras se mitigan sus riesgos, asegurando así un mundo más inclusivo, eficiente y ético para las generaciones venideras". Amén.