Fotografías de aves del salmantino José García Vicente: un arte en pleno vuelo
El salmantino José García Vicente, socio y camarero en la Taberna Dionisios de Salamanca, lleva seis años con la afición de la fotografía de aves, aunque le llega de los tiempos de Félix Rodríguez de la Fuente
24 diciembre, 2023 07:00La fascinación por la fotografía de aves ha llevado a muchos artistas visuales a sumergirse en el mundo encantador y desafiante de capturar la vida alada en su esplendor. Entre estos artistas se encuentra el salmantino José García Vicente, cuyo compromiso con este arte ha generado una colección excepcional de imágenes que narran historias cautivadoras y revelan la belleza inigualable de las aves.
Jose, como se le conoce, es socio y camarero en la Taberna Dionisios, donde lleva ya dieciocho años en el arte, también, de servir vinos como un buen cantinero. A sus 50 años, la afición a la fotografía de aves no es de ayer ni de hoy, sino que todo comenzó con "la motivación que me producían los reportajes de Félix Rodríguez de la Fuente". Desde entonces, y hasta ahora, ha logrado hacerse con un archivo de casi dos millones de fotos. Aunque, también es cierto, puntualiza, "solo valdrían, a mi gusto, unas cien fotografías para una exposición". Es que es una locura las instantáneas que se pueden tomar en una sola sesión, que "rondarían las tres mil, con un valor de una por cada cien".
La fotografía de aves requiere más que una cámara de alta gama. José García ha perfeccionado su arte con lentes telefoto especializados, trípodes robustos y, sobre todo, una dosis extra de paciencia. Estar en el lugar adecuado en el momento preciso es una habilidad desarrollada con años de experiencia y dedicación. Tanto es así que, afirma con cierta risa, que su récord de paciencia, "tengo muchos, pero un día en la provincia de Zamora, llegué a las siete de la mañana y abandoné el refugio a las ocho de la tarde, sin salir ni un minuto".
Técnica y desafíos
Capturar aves en su hábitat natural presenta desafíos únicos. El enfoque preciso, la composición perfecta y la iluminación adecuada son solo el comienzo. La rapidez de las aves y su comportamiento impredecible añaden capas adicionales de dificultad. Sin embargo, José García Vicente ha dominado el arte de la espera y la observación, logrando imágenes que transmiten la esencia misma de estas criaturas aladas.
Este apasionado de la naturaleza, antes de tener como ocio la fotografía de aves, era pescador de truchas, "viajando a León o Asturias en la búsqueda del mejor ejemplar", lo que le llevo directo a "tener la paciencia necesaria, con los grandes ratos, incluso muchas horas seguidas de soledad, llegando a estar todo el día en su refugio". Todo ello, apunta, "enseña y muestra los sonidos de la naturaleza, que son inmensos".
Esto hizo que construyese sus propios refugios, que están repartidos por toda la provincia. Incluso tiene permisos de la Junta de Castilla y León para dar de comer a las rapaces y, de esta manera, "poder fotografiarlas". Pese a todo ello, deja claro que "desde el principio es muy difícil, cuesta mucho fotografiar a los animales en su hábitat y libertad". Incluso, apunta, "teniendo los mejores equipos"-
La belleza capturada
Las fotografías de José García Vicente no son simplemente imágenes estáticas; son ventanas a un mundo dinámico, vivo, en continuo movimiento y de una belleza inigualable. Desde la majestuosidad de un águila en pleno vuelo, hasta la delicadeza de un colibrí suspendido en el aire, "cada fotografía es un testimonio de la gracia y la diversidad del reino de las aves", explica
Más allá de la estética, García Vicente utiliza su arte como una herramienta para la concienciación, tan necesaria en estos tiempos, y la conservación en épocas tan complicadas como la actual, donde el cambio climático no pasa desapercibido. Sus fotografías han sido expuestas en El Casino de Salamanca, destacando la importancia de preservar estos hábitats vitales para las aves y promoviendo el cuidado de las especies en peligro.
En resumen, la fotografía de aves no solo requiere habilidad técnica, sino también un amor profundo y un respeto por la naturaleza. A través del lente de José García Vicente, el mundo de las aves cobra vida, dejándonos maravillados y recordándonos la importancia de proteger la diversidad biológica de nuestro planeta y, concretamente, la rica fauna de la provincia de Salamanca.