Diogo Silva Araújo es un inquieto joven de 24 años, natural de Vila Nova de Gaia (Portugal), que ha cursado sus estudios de grado en Etnomusicología en el Conservatorio Superior de Música de Castilla y Leon en Salamanca (Coscyl). Esta semana presentó su tesis fin de licenciatura, titulada 'Pauliteiros de Miranda - Estudio del proceso de folklorización y análisis de los repertorios invisibilizados por este fenómeno', que obtuvo una calificación por parte de los cuatro miembros del jurado de "sobresaliente".
Una interesante presentación que contó con la asistencia de la presidenta de la Cámara Municipal de Miranda do Douro, Helena Barril, así como del investigador y musicólogo portugués Mario Correia, director de Casa de Música Sons da Terra de Sendim. Esta investigación cuenta con mucho contenido técnico y científico muy apropiado para los 'pauliteiros', como fenómeno cultural y de fuerte raigambre tradicional en las Tierras de Miranda. Además, puede adelantar EL ESPAÑOL de Castilla y León, este estudio será editado por la Cámara Municipal de Miranda do Douro.
Diogo Araújo, como se le conoce, es un apasionado de la cultura tradicional en su conjunto y del mundo rural en particular, así como de los nuevos métodos que buscan actualizar ritos, vestimentas y música. Además, participa en todos los eventos, asociaciones y grupos donde la música y el folclore estén presentes. Es el caso del Coro Tomás Luis de Victoria de la UPSA, o del Grupo Surco. También es un defensor a ultranza de la vida rural, con todo su contenido, en la preservación de las realidades, identidades y tradiciones, como por ejemplo la conservación del burro mirandés.
- ¿Cómo un joven portugués, estudiante de música, se matricula en el Conservatorio Superior de Salamanca?
- Vine al Conservatorio Superior de Salamanca porque quería estudiar algo que se relacionara con el mundo tradicional, con el folclore, no necesariamente etnomusicología, y me di cuenta de que para estudiarlo tendría dos opciones, o la performance más aplicada a la World Music, o desde un punto de vista más etnomusicología en Salamanca. Tenía tres o cuatro opciones, una en Hungría, otra en Noruega, otra en Inglaterra y otra en Salamanca. Echando cuentas, y también la cuestión del idioma, porque tendría que aprenderme o húngaro o noruego, mientras que aprender castellano no ha sido tan difícil. A nivel económico me salía bastante más rentable. También estaba más cerca de casa, a escasos 350 kilómetros de Vila Nova de Gaia. Así que Salamanca ha sido una segunda casa prácticamente.
- ¿Qué le ha aportado Salamanca a las relaciones rayanas, que usted practica y demuestra en cada momento?
- Salamanca, no solo como ciudad, como provincia. También pensar en Salamanca dentro de esta región leonesa, la que está más junto a Portugal, como son Zamora, León y Salamanca, bastante. Y no solo desde los libros. Mi crecimiento en la etnomusicología nace a partir del momento en que empiezo a salir del escritorio y empiezo el trabajo de campo, a conocer a gentes locales, como Cefe Torres. Comienzo a tener trabajo en algunos pueblos rayanos dando clases de portugués y, a partir de ahí, también comienzo a establecer un vínculo entre mi actividad laboral, como profesor de portugués, y a vivir la presencia del folclore local. Mi crecimiento como musicólogo, o como enamorado de las músicas tradicionales, también florece. Tengo la posibilidad de viajar al Bierzo y al Páramo en León, a Aliste, y Sanabria en Zamora, y a estar en estrecho contacto con las tradiciones locales. Luego, Miranda do Douro, que está ahí al lado, permitiendo una comunicación entre los dos países bastante fácil, y lo veo incluso como una zona geográfica cultural común. Por eso, llamas muy bien la raya. Yo también creo en la raya, con una muchísima aportación en el pensamiento. Hoy no puedo concebir mi vida, en relación con el futuro, sin vivir y sentir la raya como algo mío. Ya no soy solo portugués, soy ibérico y soy rayano, y habito y quiero cohabitar estos dos espacios.
- Mario Correia, que ha estado presente en su tesis final de grado, intenta identificar el parentesco que existe entre muchas tradiciones a ambos lados de la raya, y que usted también defiende.
- Yo no las veo como dos tradiciones diferentes. Incluso entre Galicia y el norte de Portugal, entre Castilla y León o entre Asturias, existen bastantes semejanzas con el centro y norte de Portugal. Sería una pobreza muy grande, desde el punto de vista intelectual, separarlas. Tan solo sería para estudiar cada una de ellas particularmente, pero no debemos dejar de mirar hacia un punto común de inflexión que las une. Por eso, tenemos manifestaciones que se parecen, que tienen presencias comunes y existen variantes melódicas de las mismas canciones, como son, por ejemplo, los romances que han viajado muchísimo. Hay que tener esa visión holística de no estar ceñido a un territorio o una frontera, que es meramente política. Es fundamental para cualquier folclorista o musicólogo que quiera estudiar realmente tradiciones, no mirar a fronteras políticas, simplemente centrarse en áreas geográfico culturales, pensando que la geografía a veces también delimita determinadas prácticas, por lo que hay que salir al territorio. Estar sentado en la mesa, leer y analizar es importantísimo. Pero hacer trabajo de campo, estar junto a las comunidades y darles voz es fundamental.
- ¿Por qué eligió a los pauliteiros de las Tierras de Miranda para la tesis de fin de grado en el Conservatorio Superior de Música de Castilla y León?
- Fue una cuestión pragmática de enfocarme hacia una manifestación folclórica, ya que estudiaba el folclorismo en abstracto, y se me ofreció como tema para un congreso. El acceso fue muy fácil, ya que conocía Mario Correia, también los propios tutores, que me facilitaron el contacto con María y con el centro Sons da Terra y la Cámara de Miranda do Douro. Todos, siempre muy accesibles en cuanto a la necesidad de realizar el trabajo de campo. Así, me proporcionaron una serie de condiciones que favorecieron el acceso a ese material de estudio relacionado con los pauliteiros mirandeses.
- Finalizados sus estudios de grado en el Conservatorio Superior, ¿ahora, qué se plantea?
- A trabajar, a investigar y a introducirme también en otras nuevas realidades que, desde la performance, creo que pueden aportar bastante a mi concepción, un poco más fresca, de los diversos materiales que están por investigar.