El café de Unamuno, Martín Gaite y Torrente Ballester: el Novelty de Salamanca
Todas las ciudades gozan de cafés que marcan la historia local e, incluso, nacional, como ocurre con el emblemático Café Novelty de Salamanca desde 1905
10 marzo, 2024 07:00Noticias relacionadas
Todas, o casi todas las ciudades, tienen un café, o varios, con historia, lo que se conoce como 'cafés históricos'. Son esos lugares que muestran la película de la vida social, política, cultura y económica del lugar. En la mayoría de los casos, cafés históricos, sí, pero también cafés vivos, convertidos en contenedores de arte, sapiencia, elocuencia y con aroma especial, a café y del otro. Es el caso del histórico café Novelty, el café más antiguo y emblemático de Salamanca, y entre los diez más clásicos de España, fundado en el año 1905. Se encuentra ubicado en el corazón de la ciudad, en la Plaza Mayor, y ha sido testigo de innumerables momentos históricos y culturales a lo largo de los años.
Con una decoración clásica y elegante, el café Novelty ofrece un ambiente acogedor y sofisticado que invita a sus visitantes a disfrutar de una experiencia única. Es un lugar ideal para disfrutar de un café, una merienda, un helado artesanal o incluso una comida ligera mientras se sumerge en la atmósfera única de esta ciudad y su café histórico. Además de su ambiente encantador, el Novelty también ha sido un punto de encuentro para artistas, intelectuales y estudiantes, convirtiéndose en un lugar emblemático de la vida cultural de Salamanca.
Para quien gusta saborear el aroma exquisito del café, estas cafeterías antiguas poseen esa aura de magia y confort. Como si de un refugio se tratara, es una delicia sentarse a saborear una taza humeante, charlar con un acompañante o hacer tertulia, esperar leyendo a la persona con la que hemos quedado -aún de sus columnas cuelgan los diarios locales y nacionales sujetos por esa barra que evita las sustracciones y que se deshoje-, mirar por la ventana planeando todo lo que queda por ver de la ciudad, refugiarse de la lluvia momentánea que hace espejos de la piedra dorada de Villamayor en las lanchas de la plaza…
Muchos de estos cafés, como el Novelty de Salamanca, esconden entre muros además un pasado fascinante de tertulias literarias, de artistas y políticos, de servilletas donde quizá se empezó una gran obra -como hacía muy a menudo Torrente Ballester o la misma Martín Gaite-… Este café, ubicado en el corazón de la ciudad del Tormes- hoy resiste esperando al viajero con mil historias que contar entre sus sillas y sus mesas de mármol. Tomar un café donde ya lo hicieron el rey Alfonso XIII, Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno -quien hizo del Novelty su tertulia diaria-, Francisco Franco, Millán-Astray -que gestó RNE-, Ernesto Giménez Caballero, Tierno Galván, Martín Gaite, Torrente Ballester, Víctor García de la Concha, Jorge Volpi, Vargas Llosa, Paco Umbral, José-Miguel Ullán, Sánchez-Dragó, Juan Marsé, Cabrera Infante, Alejandro Amenábar, o como políticos de la talla de Santiago Carrillo, Rodríguez Zapatero, Rodrigo Rato, Jimmy Carter, François Mitterrand o Jacques Delors… Todo tipo de gentes han sido atraídos por su fama y hospitalidad, es seductor. Al sentarse entre un murmullo que no molesta, basta con dar un sorbo a la bebida en cuestión, y cerrar los ojos para dejar llevarse por la película de la historia para imaginarlo. La estatua del escritor gallego Torrente Ballester espera sentada pacientemente a quien se anime a tomar algo en este café histórico situado en Plaza Mayor de Salamanca.
Una mirada a la historia
En mayo de 1905, Federico y Vicente García Martín abrieron el café Novelty. Estaba, y aún hoy sigue, en el número 2 de la Plaza Mayor, junto a la Casa Consistorial, en los bajos de la vivienda del banquero local Vicente Rodríguez Fabrés hasta su fallecimiento en 1904.
El local original disponía de dos salones, uno interior dedicado a restaurante y eventos y otro exterior, abierto a la Plaza Mayor decorado en estilo modernista por Luis González de la Huebra. El artesonado del techo fue pintado por Alfonso García y Estanislao Curto. Las paredes estaban decoradas con tapices con temas de caza y los cristales de ventanas y puertas emplomados con vidrieras de vistosos colores. El nombre significa 'novedad', hay quien dice que fue una imitación del también prestigioso café Novelty de San Sebastián, aunque también existió uno en Béjar que, por aquel entonces, era una ciudad próspera, dinámica y culta con su gran imperio de la industria textil.
El café costaba 35 céntimos, y servía helados -como hace ahora también, siendo unos de los más deseados de la ciudad, soportando en época de calor grandes colas- y pasteles con estilo francés, lo que hizo que se convirtiera en centro de la vida social, cultural y política de Salamanca. En este hecho tuvieron mucho que ver los periodistas locales, que hicieron del lugar su segunda redacción, colgando las noticias de sus paredes para su lectura popular. Es que, además, las clases privilegiadas habían convertido al Novelty en mentidero social, restándole protagonismo al Café Siglo, Suizo o Pasaje, que, hasta entonces, eran los más emblemáticos para estas clases de alcurnia. Es que es curioso lo que escribe un periodista de la época en El Adelanto del 5 de enero de 1909, a este respecto, tomando como ejemplo el juego del dominó, que era para las clases populares, como se hacía en otros cafés:
".. Si por algo el café Novelty me resulta simpático, y sus salones cómodos y apacibles, es, precisamente, porque los clientes que á ellos concurren, no juegan al dominó. En este café no hay dominó. Se jugará, acaso, á hacer chistes o á eregir santones y celebridades más o menos discutibles, pero no se juega al dominó. Y esto es lo importante….".
"El 8 de febrero de 1918, tiene lugar el primer traspaso del café a Emilio García Villa, que había sido maestro propietario de la escuela de Sexmiro. Continuó la línea iniciada por los anteriores propietarios, manteniendo el local en un lugar privilegiado en la vida social y cultural de Salamanca, como lugar de reunión y tertulia de políticos, comerciantes, ganaderos e industriales a la vez que de catedráticos, médicos, abogados y profesionales liberales. En una de estas reuniones, en 1923, se gestó el nacimiento de la Unión Deportiva Española, antecedente de la, hoy desaparecida, Unión Deportiva Salamanca. Antes, en 1921, se había instalado el teléfono, cuyo número era el 114", recoge el blog 'Salamanca en el ayer.
La guerra civil alteró sustancialmente el transcurrir de la vida cotidiana del emblemático Novelty. Miguel de Unamuno, su más notable cliente, muere el 31 de diciembre de 1936, pocos meses después de la sublevación militar de Franco. El café se convierte, en estos primeros días de la guerra, en centro de reunión de todos los ideólogos del fascismo, ya que Salamanca fue elegida por Franco como cuartel general. Por allí pasó, entre 1936 y 1937, Agustín de Foxá, donde escribe 'Madrid, de Corte a checa'. Novelty, por esas cosas de sumarse al 'nuevo Estado' se comienza a llamar Nacional. En el café Nacional se gestó lo que luego sería Radio Nacional de España. Pedro Laín Entralgo, Dionisio Ridruejo y Agustín de Foxá, animados por José Millán-Astray, pusieron en marcha el proyecto radiofónico.
En los años 50, el café pasa a manos de la familia Domínguez a través del abuelo de los actuales propietarios. Este emblemático café, al igual que algunos otros que lo precedieron en la ciudad, había perdido su esplendor y se vio obligado a cerrar el restaurante -donde había comido Alfonso XIII- como también la estupenda bodega con su fábrica de hielo y helados.
Del cierre a su nuevo esplendor
En 1964, Francisco Domínguez, hijo de Agustín, recuperó el nombre de Novelty y realizó una reforma que volvió a poner en el lugar que le correspondía el café. Ya con la finalización de la dictadura y la llegada de la democracia el café recupera el viejo espíritu de "conspiración ideológica, esta vez a la izquierda", y se convierte en centro de reunión de grupos opositores donde se comienza a hablar de transición y democracia. Gentes como Pepe Núñez, su hijo Aníbal, Castro Rabadán... Pero el tiempo corría en su contra. En 1978, el Ayuntamiento de Salamanca, propietario del local, inicia un expediente de desahucio argumentando necesidades de espacio para sus dependencias. El café tiene que ser cerrado.
Tras arduas negociaciones y con la sociedad civil, política y cultura de la ciudad a su favor, pudo reabrir de nuevo en 1979, perdiendo tres cuartas partes de sus dimensiones anteriores, quedando con la estructura actual. El local fue decorado por Salvador Yáñez y se habilitó la bodega donde los estudiantes universitarios compartían ocio y jugaban al futbolín. Una nueva etapa de vida social y cultural comenzaba en la Plaza Mayor de Salamanca con su terraza.
A todo ello recordar que el Novelty entró de lleno en la vida cultural de Salamanca sobre todo de la mano de Gonzalo Torrente Ballester, habitual del local. "Torrente, gran amante de las tapas, principal vicio salmantino, aglutinó a su alrededor el espíritu literario y filosófico que dio fama al Novelty como café literario" y que el café reconoció colocando en su memoria en el año 2000 una estatua hecha por su amigo Fernando Mayoral.
En la actualidad, dirigido por Francisco Domínguez, 'Paco Novelty', poeta y empresario, el café sigue siendo lugar de encuentro de artistas, políticos y empresarios y participando activamente en la vida cultural de la ciudad. Además, en su haber tiene la publicación de 'Los papeles del Novelty', una revista cultural, artística y poética.
En resumen, el café Novelty de Salamanca supone más que un simple café al uso y, además, es el único que queda de aquellos lugares que dieron fama, brillo y esplendor a la ciudad universitaria: es un símbolo de la historia de la ciudad.