La Federación de Asociaciones de Vecinos, Consumidores y Usuarios de Salamanca y Provincia (Fevesa) estudia la problemática de la proliferación descontrolada de viviendas y apartamentos turísticos.
Ante la preocupación vecinal, Fevesa en el marco de una incontrolable expansión de apartamentos y viviendas turísticas en nuestro país, se ha reunido con los afectados en una reunión, en la que, entre otras cuestiones, se destacó la falta de normativa existente como una de las principales causas de esta situación.
La problemática se agrava debido a la reconversión de locales comerciales en alojamientos turísticos, sin regulación ni ordenanza específica. Además, el alto costo de la vivienda habitual para jóvenes y personas con recursos limitados también contribuye a la proliferación de estas viviendas, que a menudo se camuflan bajo el paraguas del turismo.
Entre las consecuencias identificadas se encuentran la transformación de barrios, conflictos entre residentes y turistas, pérdida de recursos locales para los residentes, y una progresiva destrucción del tejido social y comunitario. También se destaca la pérdida de valor de las viviendas residenciales, aprovechada por fondos buitre y otros especuladores.
Un problema que requiere una reglamentación
Cada vez es más frecuente recurrir al alquiler turístico durante las épocas vacacionales, sobre todo en los principales destinos turísticos de nuestro país. Un hecho que trae consigo numerosas implicaciones no solo administrativas si no también prácticas.
Los apartamentos turísticos: una pesadilla para la comunidad de propietarios. Por un lado, la falta de viviendas disponibles para un alquiler de larga duración, así como el deterioro que muchas veces supone para la calidad de los servicios turísticos, están en el centro del problema para la Administración. De hecho, en ocasiones hablamos de alojamientos precarios, sobre ocupados y que pueden no contar con los permisos correspondientes, lo cual fomenta el desarrollo de una economía sumergida dado que no se repercuten los impuestos previstos en la ley.
Por otra parte, el alquiler turístico supone en muchos casos quejas y conflictos vecinales. Y es que muchas veces, las comunidades de vecinos ven incrementados los gastos que se generan por el uso frecuente e indebido de los elementos comunes de dicha comunidad. Por no hablar de las actitudes muchas veces irrespetuosas como es el ruido y la suciedad que se genera debido a la actividad turística.
Todo ello trae consigo un aumento de las consultas por parte de los administradores de fincas sobre los mecanismos con que cuentan las comunidades de propietarios frente a la proliferación de estos alquileres de corta estancia en el seno de sus inmuebles.