El pasado 2 de mayo, Rosa López tomó posesión de su nuevo cargo como subdelegada del Gobierno en Salamanca, con la presencia del delegado en Castilla y León, Nicanor Sen, así como de una importante representación de las instituciones y sociedad salmantina. La nueva subdelegada sustituye a la recientemente fallecida Encarnación Pérez, para la que tiene palabras de elogio y amistad.
Destacar que Rosa López es natural del municipio zamorano de Pobladura del Valle, es la actual decana de la Facultad de Traducción y Documentación de la Universidad de Salamanca. Profesora universitaria de Archivística, en su experiencia política cuenta su paso por el Senado entre 2015 y 2020, en las listas del PSOE.
- Subdelegada, supongo que un tanto sentimental al ocupar el cargo habiendo estado aquí sentada Encarnación Pérez.
- Desde luego que sí. A Encarnita, que es como siempre le llamé, le tenía mucho cariño. Era una compañera de trabajo, de partido. La conocí hace muchísimos años, de otras vidas y otros momentos, ha sido muy duro estar aquí y no hay día que no la recuerde.
- Usted es una persona que ya está habituada a este tipo de cargos, porque ha sido senadora en dos legislaturas, al margen de decana en la Facultad de Traducción y Documentación de la Universidad de Salamanca. Pero ¿cómo se ha encontrado la Subdelegación del Gobierno?
- Me he encontrado muy cómoda, porque el personal que hay aquí es de primer nivel. Hay unos trabajadores y unos funcionarios estupendos, que me han facilitado los primeros momentos, que son muy complicados hasta que consiga adecuarme al entorno. Igualmente, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que han estado desde el primer momento asesorando, apoyando y alentando.
- ¿Vivimos en una provincia y una capital seguras?
- Salamanca, tanto la ciudad como el resto de la provincia, son dos de los lugares más seguros de España. ¿Lo ideal? Siempre hay que mejorar, por supuesto, pero estamos en una de las provincias más seguras de España, aunque habría que mejorar, claro que sí, sobre todo, en el ámbito rural.
- ¿En qué quiere usted incidir durante este mandato, siendo la representante del Gobierno en Salamanca?
- Me gustaría hacer algo para frenar la despoblación. Lo que más me preocupa es la situación de nuestros pueblos. Tenemos 362 municipios, muchos ya por debajo de los 500 habitantes, otros más con población inferior a los cien. Me encantaría que estos pueblos tuvieran futuro. Para eso hay que dotarles de servicios. Por nuestra parte, creo que se ha hecho un esfuerzo tremendo para que tengan conectividad, pero todavía estamos lejos de alcanzar los niveles óptimos. O sea, que seguiremos trabajando y luego, también ellos, seguirán trabajando para tener otros servicios públicos que, en algún caso, dejan mucho que desear.
- ¿Por dónde puede ir esa lucha contra la despoblación? ¿Puede ser la llegada de inmigrantes, como aseguran desde algunas organizaciones?
- Por supuesto. Hay muchos pueblos que ya lo han hecho. Son los municipios que daban una casa a familias que tuvieran hijos menores para no cerrar la escuela, porque más de cien centros escolares se han encerrado en la provincia de Salamanca en los últimos años. Si en un pueblo no hay servicios, como es la banda ancha, que ya está avanzando casi al 100% de los municipios rurales. Si no tienen sanidad, ni educación, la gente no se quedará a vivir en los pueblos. Desde la pandemia muchos estamos teletrabajando. Si eso fuera posible, sería estupendo porque mucha gente lo haría desde el mundo rural.
- ¿Cómo plantea usted el tema de la emigración en estos días que hay tanto debate, ya no en el aspecto electoral, sino en lo que es la inmigración como una gestión gubernamental?
- No entiendo este debate, porque somos un país de inmigrantes, producto de muchas inmigraciones a lo largo de la historia, desde la prehistoria hasta nuestros días. Y somos un país que también ha emigrado, precisamente en Castilla y León, que hemos tenido media población en Alemania, Bélgica o Argentina, y no digamos País Vasco, Cataluña o Madrid. Con lo cual, hay que facilitar, dentro de la legalidad, la venida de aquellas personas que, además, no olvidemos, están haciendo esos trabajos que nosotros no queremos hacer, con lo cual tenemos mucho que agradecerles y, sobre todo, aportando juventud e infancia.
- Esa legalidad de la que habla, ¿a qué se refiere?
- Hay que cumplir con la legislación vigente en materia de emigración. Además, facilitar los trámites. No hay más.
- ¿Usted cree que hay demasiada burocracia a la hora de legalizar o permitir trabajar a una importante masa de trabajadores extranjeros, con las carencias que existen de mano de obra?
- El procedimiento administrativo hay que respetarlo. Evidentemente, se ha ido simplificando con el tiempo. Ahora, los trámites son más sencillos, pero poquito a poquito se tendrá que simplificar aún más. Este asunto es complicado, no es una cosa tan sencilla de un día para otro.
- Respecto a todo ese debate que existe con ETA, que no deja de estar presente en la vida política, ¿qué opina?
- Debemos tener presente que ETA desapareció con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Con un gran esfuerzo de ese Gobierno y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se venció a los terroristas. Los que tuvieron delitos pagaron con la cárcel o con las multas que fuese. Y, hoy día, el País Vasco quiere vivir de otra manera y los ciudadanos tenemos que aprender a pasar página. Supongo que me preguntas porque había quien no tuvo tanto interés en acabar con ETA. Pero fue un gobierno socialista, y eso hay que reconocerlo.
"Hoy día, el País Vasco quiere vivir de otra manera y los ciudadanos tenemos que aprender a pasar página, porque ETA desapareció"
- En cuanto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Salamanca, ¿echa en falta algo, alguna necesidad?
- En principio, están en unos niveles óptimos en cuanto a número, porque hay otras provincias que están en peores condiciones. En Salamanca estamos bastante bien, diría prácticamente que a un 90% de plantilla, algo que posiblemente no ocurre en otras administraciones, o en la propia Administración General del Estado. Con las tasas de reposición de los últimos años, evidentemente, no se han cubierto todas las plazas, y ahora se está haciendo un esfuerzo por cubrirlas, pero en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se ha avanzado muchísimo. Tienen una tasa de modernidad altísima de tecnología. Si echo algo de menos, por ejemplo, es la necesidad de más mujeres en los cuerpos, aunque sé que ya en la academia hay este año un 30% de mujeres en algunos de ellos, con lo cual espero que en un tiempo no muy lejano sean el 50%. lo que es la población española.
- ¿Usted, como persona de la Universidad y decana, qué le parece ese debate que se creó contrario a la Universidad de Salamanca, que vino de una formación política española desde Estados Unidos?
- No le haría el más mínimo caso. Además, me temo que allí mucha gente no se enteró de lo que estaban diciendo, porque si se llegan a enterar que estaban hablando de universidades americanas que han dado varios presidentes, les hubieran echado del país. A mí lo único que quiero que quede de ese debate es que nos comparan con las mejores del mundo, porque la Universidad de Salamanca es una de las mejores.
- No quería dejarlo pasar. ¿Cómo ve las relaciones con Portugal, ya que Salamanca es una frontera muy importante, posiblemente la más grande que tenga Portugal con España?
- Me consta que desde el Gobierno de España se está haciendo un gran esfuerzo por las relaciones bilaterales. Pero creo que habría que intensificarlas, sobre todo en estas provincias de frontera. No entiendo que tengamos tan poca relación. Y, desde luego, por nuestra parte haremos todos los esfuerzos posibles por tener más relación con Portugal, sobre todo unas mejores comunicaciones entre ambos países.
- Usted es una mujer siempre reivindicativa. ¿Cómo ve en Salamanca el escabroso asunto de la violencia de género?
- Había descendido un poquito, por eso creo que estamos en niveles mejores que estábamos, pero hay que seguir luchando. El terrorismo doméstico no tiene sentido. La cantidad de víctimas que hay, aunque cada vez menos, no tienen ningún sentido. Y la violencia vicaria es terrible también. Que un abuelo mate a sus nietos, que un padre mate a sus hijos, es que no tiene sentido en un ser humano.
- ¿Desea puntualizar algo más?
- Espero que consigamos alguno de los objetivos que, en principio, nos planteábamos, sobre todo de fijar población joven y acabar un poquito con la despoblación. Hacer un esfuerzo para que todas las administraciones trabajen juntas, para crear esas condiciones, para que los jóvenes puedan quedarse en nuestra provincia, porque tenemos jóvenes muy bien formados. Además, disponemos de un medio muy adecuado, con un patrimonio natural e histórico muy importante. Unos jóvenes formados y con muchas condiciones para hacer de esta tierra una provincia con futuro.