Cruz Roja asiste en Salamanca a 96 personas solicitantes de protección internacional, que es casi como decir refugiadas. Este cerca del centenar de necesitados de ayuda proceden en su mayoría de Ucrania, Perú, Venezuela y Colombia. Para celebrar este Día Mundial de las Personas Refugiadas -20 de junio-, Cruz Roja organiza una siembra que simboliza el inicio de un proyecto de vida nuevo.
En 2023, España registró 163.220 solicitudes de protección internacional, un récord que la sitúa como tercer país europeo con más solicitudes por detrás de Alemania y Francia. Estos números mantienen la tendencia al alza iniciada hace años, sólo interrumpida por los efectos de la pandemia.
Durante este año 2024, en Salamanca Cruz Roja ha atendido a 96 personas refugiadas, 34 de ellas menores de edad. La mayoría de las personas solicitantes de protección internacional y temporal provienen de Ucrania y de países latinoamericanos. Son personas que huyeron del conflicto en Ucrania, de la emergencia humanitaria en Venezuela, de la violencia y el conflicto inacabado de Colombia y de las violaciones de derechos humanos y persecuciones en Perú y Honduras. A ellos se suman otras familias procedentes de Afganistán, Rusia y Gambia. En total, desde que Cruz Roja en Salamanca comenzó con el Programa estatal de Acogida en 2016, ha asistido a 438 personas refugiadas. Una labor en la que participan personas voluntarias que realizan apoyo docente, acompañamiento social, traducción, dinamización de talleres…y que colaboran en el proceso de integración de las personas atendidas.
En el Día Mundial de las Personas Refugiadas que se conmemora este jueves 20 de junio, Cruz Roja en Salamanca reunirá a las familias refugiadas en la actividad ‘Sembrando juntos’. Un encuentro de convivencia en el Centro de Formación en Pizarrales con una siembra de plantas que simboliza el inicio de un nuevo proyecto de vida y que visibiliza cómo los procesos de integración de las personas refugiadas, al igual que el desarrollo de las plantas, son complejos, de largo recorrido y con muchos condicionantes. Un proceso donde Cruz Roja siempre acompaña en la ‘siembra y cuidados’ para que la integración ‘florezca’. Las personas refugiadas contribuyen a la sociedad y la enriquecen, de ahí que la lucha contra la discriminación, el racismo y la xenofobia y la promoción de la cohesión social sean fundamentales.
Un proyecto integral de apoyo
Cruz Roja no se limita a proporcionar alojamiento y manutención, sino que potencia la autonomía y dignidad de los y las solicitantes de protección internacional. La organización se esfuerza por mejorar la salud mental de las personas atendidas, y aborda problemas de adaptación y duelo migratorio. Además, ofrece asistencia jurídica en la solicitud de protección internacional, temporal o apátrida, y apoyo en diversas gestiones legales y administrativas.
El refuerzo de competencias y habilidades es fundamental. A través de un itinerario personalizado, Cruz Roja fomenta la autonomía personal, el conocimiento del entorno y la igualdad de género. Igualmente, impulsa la inmersión lingüística, vital para la inserción social y laboral, y ofrece servicios de traducción e interpretación. Además, apoya en trámites administrativos, como empadronamiento y escolarización, y fomenta la participación ciudadana y la actividad voluntaria, facilitando la integración social.
El empleo ayuda a dejar atrás el pasado traumático y mirar hacia adelante con esperanza. Por eso la organización humanitaria trabaja en la inserción laboral de las personas refugiadas. Lograr un trabajo implica un proceso largo de orientación, capacitación, formación, homologación de títulos, búsqueda de empleo… sin olvidar el aprendizaje del idioma, encontrar una residencia estable, forjar redes sociales, etc. En todos estos procesos los acompaña Cruz Roja.
En este sentido, Cruz Roja Española se ha sumado a la campaña de la Federación Internacional de la Cruz Roja ‘Caminamos Contigo’/ #NotAlone con el objetivo de visibilizar las dificultades de los migrantes y la labor de Cruz Roja a la hora de salvar vidas y facilitar el acceso a servicios esenciales. Una iniciativa que busca estrechar los lazos entre la población y las personas migrantes y promueve la empatía y solidaridad.
En España, Cruz Roja acogió en 2023 a 51.180 personas refugiadas y solicitantes de asilo en distintos recursos de alojamiento y atendió a 5.878 personas en su Plan de Empleo, con una inserción laboral del 32% de las personas participantes. El programa de atención a personas refugiadas de Cruz Roja cuenta con el apoyo de la Secretaría de Estado de Migraciones y la colaboración de las diferentes Administraciones públicas.