La medianoche del lunes, las calles de Aldeadávila de la Ribera fueron escenario de un espectáculo cautivador y envolvente: 'Damonium', una puesta en escena de la compañía salmantina AnimARTS que combina teatro, música y un dominio impresionante del fuego. Desde la llegada a la plaza Mayor, el ambiente presagiaba una experiencia única: todo oscuro, las sombras jugaban con la arquitectura circundante y la música de fondo, oscura y enigmática, sumía al público en una atmósfera mística.
La compañía AnimARTS se ha destacado en los últimos años por su capacidad de fusionar artes escénicas con efectos visuales impactantes, y 'Damonium' no fue la excepción. A medida que se apagaban las luces, los asistentes fueron transportados a un mundo onírico y sombrío. Figuras vestidas de colores y adornadas con máscaras demoníacas comenzaron a tomar la escena.
El fuego fue el verdadero protagonista de la noche. Antorchas, malabares, aros y estatuas en llamas se entrelazaron con la danza de los artistas. Las coreografías eran intensas y precisas, jugando con la tensión y el riesgo que el fuego implica. En cada movimiento, se percibía la maestría de los artistas y el respeto hacia un elemento tan indomable como el fuego.
El cierre fue tan apoteósico como inesperado. Un torbellino de fuego se alzó en el centro del escenario, mientras los artistas formaban una especie de ritual alrededor. De repente, el fuego se extinguió en un golpe seco y estruendoso de la pirotecnica que, anteriormente, explosionaba y llenaba el cielo de Aldeadávila de luz y color, donde reinaba la oscuridad. Cuando las luces se encendieron nuevamente, la plaza rompió en aplausos, conscientes de haber presenciado una divertida experiencia teatral de fuego y música.
Damonium no es un espectáculo para aquellos que buscan entretenimiento ligero; es una experiencia sensorial intensa y, en cierta medida, perturbadora. La mezcla de elementos visuales, sonoros y simbólicos deja al espectador reflexionando sobre la dualidad entre la luz y la oscuridad, el silencio y el estruendo, el control y la libertad. Sin duda, AnimARTS ha demostrado una vez más que el arte escénico puede ir más allá del entretenimiento y convertirse en una verdadera experiencia ritual.