Quizás no tengan el encanto de los locales más modernos de la ciudad, de los considerados 'in', pero si por algo sobresalen los restaurantes tradicionales de la ciudad es por su producto de calidad.
Precisamente en el mismo casco histórico, junto a la Catedral y la Universidad de Salamanca se encuentra uno de los restaurantes más míticos, que ahora cumple los treinta añitos: Mandala, en la histórica calle Serranos. Este emblemático local lleva tres décadas abierto y si se ha hecho famoso es por servir uno de los bocadillos más originales de Salamanca.
El restaurante Mandala es conocido, sobre todo en el mundo universitario, tanto alumnos como profesores, por su cercanía a las universidades por su estilo bohemio y una oferta culinaria que destaca por su originalidad y sabor. Entre su carta, los bocadillos se han ganado una gran reputación por ser abundantes, creativos y con ingredientes de calidad.
Entre ellos, destacan los bocadillos sin gluten, y todo por menos de seis euros. Calidad y cantidad para degustar un bocata de aguacate, queso y tomate. O si lo prefieren, uno vegetal, con lechuga, tomate, huevo duro, espárragos, atún y mayonesa.
Ofrecen opciones vegetarianas y veganas, algo que no es muy común en todos los establecimientos, lo que lo convierte en un lugar popular para quienes buscan algo diferente en la ciudad. Además, la presentación es cuidada, y la frescura de los ingredientes es algo que los clientes valoran.
Pero su oferta de bocadillos es amplia y para todos los paladares. Los típicos de lomo o beicon con queso, del típico salmantino de jamón ibérico, de tortilla española o de patatas, o el tradicional de calamares. Una oferta que no supera los seis euros.
Además, son especialistas en batidos y zumos naturales, tostadas de jamón ibérico y aguacate. Su oferta también incluye tapas de las más diversas, tradicionales o modernas, y menú del día. Eso sí, todo casero y a un precio razonable para estos tiempos y el tipo de clientela que tiene.
Para los amantes de las tapas, Mandala ofrece una selección que combina ingredientes frescos y de calidad con toques innovadores. Los clásicos, como las croquetas y las patatas bravas, conviven con creaciones más modernas, como el tataki de atún o las hamburguesas gurmé. Además, su menú vegetariano y vegano es notable, con platos como la ensalada de quinoa con aguacate o el wok de verduras.
El ambiente acogedor del restaurante, con su decoración artística y desenfadada, complementa la experiencia de disfrutar de un bocadillo que no es simplemente un bocado rápido, sino una opción elaborada y sabrosa para cualquier momento del día.
Otro de los aspectos que hace del Mandala un lugar versátil es su oferta de desayunos y brunchs, una tendencia que ha ganado mucha popularidad en los últimos años. Los clientes pueden disfrutar de opciones saludables y completas, desde tostadas de aguacate con huevos poché hasta bowles de frutas con granola, lo que lo convierte en una opción ideal para empezar el día con energía o para disfrutar de una comida ligera.
Sin duda, Mandala es una visita obligada para quienes buscan disfrutar de la vibrante oferta culinaria de la ciudad, con un toque moderno y cosmopolita que lo distingue de otros locales en la zona.