El Centro de las Artes Escénicas y de la Música de Salamanca (CAEM) se vistió de gala esta noche para recibir a uno de los musicales más emblemáticos de Broadway: 'Chicago'. La expectación en la ciudad era palpable, pues no todos los días una obra de tal magnitud llega a tierras salmantinas. Las entradas casi se agotaron semanas antes del estreno, dejando claro que el público local estaba ansioso por sumergirse en el bullicio y la decadencia de los años 20.
Al entrar al teatro, después de platicar animada y profesionalmente con dos músicos de envergadura de Salamanca, uno veterano, Mario Vercher, y el otro un talento emergente, Sergio García -quien nos acompañó en esta representación-, el ambiente ya se sentía cargado de la energía propia del espectáculo. La escenografía, aunque minimalista, recrea con acierto el aura del cabaré, con una iluminación cálida y provocadora que invita a los espectadores a adentrarse en el oscuro y fascinante mundo de la fama y el crimen.
Desde el primer acorde, la orquesta —situada en el centro del escenario, a la vista de todos— se robó los aplausos. Dirigida con precisión y pasión, la música de Chicago cobra vida en cada nota, con ese inconfundible estilo jazz fusionado con otras melodías -nos trajo a la memoria aquellos días por Nueva Orleans y sus 'Big Band', que es tan característico del musical. Los saxofones, trompetas y el piano acompañaron magistralmente cada escena, convirtiéndose en un personaje más de la historia.
Las protagonistas de la noche, Roxie Hart y Velma Kelly, encarnadas por dos actrices de impresionante talento - Silvia Álvarez y Ela Ruiz-, llevaron el peso de la trama con una naturalidad y fuerza que dejó a todos sin aliento. Sus voces potentes resonaron en el CAEM, llenando cada rincón con las melodías icónicas de canciones como 'All That Jazz' y 'Cell Block Tango'. Sus interpretaciones no solo destacaron por la calidad vocal, sino también por la profundidad con la que lograron transmitir las emociones contradictorias de sus personajes: la ambición, el miedo, la desesperación y el ansia de ser reconocidas.
El elenco, por su parte, estuvo a la altura de las expectativas. Cada coreografía fue ejecutada con precisión milimétrica, llena de energía y sincronía. El vestuario, dominado por el negro y los brillos, contribuye a ese ambiente de sensualidad y peligro que caracteriza a Chicago. Las bailarinas y bailarines, con sus movimientos ágiles y expresivos, hacen que cada número musical sea una experiencia visual y sonora inolvidable.
La sensualidad que transmiten en sus perfectos movimientos y pasos es uno de los motivos porque este espectáculo sea digno de ver. Son todos y todas grandes bailarines formados en las más importantes academias internacionales, sobre todo en Estados Unidos, y con una experiencia escandalosa en musicales, series y cine musical, a pesar de su juventud como Mario Hornero, Briel González o Marc Sol.
Uno de los momentos más ovacionados de la noche fue, sin duda, la actuación de Billy Flynn, puesto en escena por el veterano actor cántabro Jaime Zatarain, el abogado manipulador que utiliza los medios y el sistema judicial en su favor. Con una actuación carismática y una voz que domina cada nota, el actor logra captar la atención del público, que no escatima en aplausos.
La puesta en escena de 'Chicago' en Salamanca no solo cumplió, sino que superó las expectativas. La combinación de una producción impecable, un elenco talentoso y una orquesta en directo fue el cóctel perfecto para una noche de entretenimiento puro. El público salmantino, entregado de principio a fin, despidió la obra con una ovación de pie, agradeciendo así la oportunidad de haber disfrutado de un espectáculo de tal magnitud.
'Chicago' no solo iluminó las tablas del Centro de las Artes Escénicas y de la Música, sino que deja una huella en el corazón de todos los que tuvieron la fortuna de presenciarlo. Una muestra más de que Salamanca sigue siendo un epicentro cultural capaz de atraer lo mejor del teatro mundial.
Es que, además, 'Chicago' es el musical más escandalosamente sexy y glamuroso que pasará por Salamanca. Sensualidad a borbotones. Atrévete a descubrirlo, ay!