Una corrida doblemente mixta la que tuvieron que 'sufrir' los aficionados. Un cartel confeccionado para 'hacer caja' unos y otros. No todos, obviamente, porque un buen número venía ya aleccionado, por sí mismo o por otros, para ovacionar hasta lo imposible.
Un rejoneador, demasiado conocido ya por estas tierras, ni se sabe los años que ha sido asiduo todas las ferias -lo apodera la Casa Chopera-, Pablo Hermoso de Mendoza, que decía adiós.
Pero también otra gran figura del toreo moderno o actual, da igual, que se despedía de Salamanca, "o quién sabe", me decía Jaime González al saborear en un fin de faena una exquisita empanada de Mata de Aldeadávila, y que recibió lo que se merecía de una plaza de toros que siempre ha estado a su favor. Hablamos del torero de Chiva Enrique Ponce, la figura.
Y, este sí, como figura fue despedido con una larga y sonada ovación de los salmantinos. Ponce, gran amigo del difunto Julio Robles, y también de la familia Capea, era asiduo por estas tierras que, él mismo, ya hace años en una entrevista, en el desaparecido diario de papel Tribuna de Salamanca, nos decía que "amaba a Salamanca".
Y, finalmente, un novillero salmantino, que va de 'figura' y, por eso mismo, ahora torea con carteles de figuras -Ponce, Cayetano... - abriendo los carteles de matadores a corridas mixtas. Y, por tanto, a Marco Pérez, se le debe exigir como figura. Es que alguno decía al salir que "no se le puede apretar tanto". El espectador -digamos que el aficionado que viene a los toros a ver espectáculo no figuras- exige acorde a lo que le presentan. Si alguien viene de figura y cobra como figura, por muy número uno que sea, debe responder también como figura. Al menos debe ser la ética de la profesión.
La corrida la salvó Enrique Ponce en el quinto toro. Lo demás, mejor para el olvido. Hermoso de Mendoza ni estuvo ni se le esperó. Más de lo mismo, pero con el respeto en el adiós de la máxima figura, posiblemente, del toreo a caballo de los últimos tiempos. El innovador, el que puso al rejoneo en la órbita. El que lograba llenar las plazas.
Ese ha sido Pablo, no lo que vimos en Salamanca, y van algunos añitos. Pero ante todo el respeto a una inmensa figura en su despedida. No fue de la mejor manera, pero el público salmantino se lo supo reconocer.
Enrique Ponce, otra de las grandes figuras del toreo actual, también decía adiós, se supone, en La Glorieta. Una plaza que tantas y tantas veces le vio torear, deleitar con ese toreo fino y técnico, y salir otras tantas a hombros hasta la avenida de San Agustín. Lo intentó en el primero, segundo en el orden de lidia, pero nada pudo hacer por el poco juego del Capea. Y llegó el quinto. Qué quinto.
'Salinero', negro bragao, estampa típica de Murube. Un toro como Dios manda que se lidien y presenten. Y lo que llevaba dentro. Ponce lo vio rápido en el capote, donde se lució, es que también torea muy bien a la verónica y qué media. En la muleta el de Chiva se gustó por ambos pitones, finura, estética que nunca falta en Ponce, recursos, variedad y relajamiento en los muletazos, casi todos de bello trazo.
El toro embestía, bravo, noble, codicioso... Tanto fue así que fue ovacionado en el arrastre. Y Ponce mató como él sabe y el animal rodó. Dos orejas al maestro que, en un día como hoy, invadido por muchos recuerdos -echó una mirada al Cielo, suponemos que por su amigo Julio- y besó un puño de albero de La Glorieta antes de salir por la puerta grande. Y, ante todo, salvó la tarde de Marco Pérez.
Marco Pérez, el que dicen que es el número uno, el 'niño prodigio', se presentó en Salamanca en una mixta, sin competir con sus iguales, con dos novillos de Carmen Lorenzo, a 'medida'. Escasos de presentación para una plaza como Salamanca y, además, sospechosos de pitones. Y, a partir de ahí, confeccionó sus dos faenas. En el capote se le ve muy suelto, con gusto, estética -mucha y de mercadotecnia- y variado. Ofreció alguna media de calado.
Pero va demasiado deprisa en su carrera. No seremos nosotros quienes digan cómo debe ser dirigido. A su alrededor hay mucha gente. Pero las prisas, salvo que existan otros intereses -que puede haberlos-, no son buenas consejeras. Todo a su tiempo, no por mucho correr se llega antes.
Que Marco Pérez tiene valor, y mucho. Que tiene gusto, también. Que es variado, de acuerdo. Que tiene técnica, quizás demasiada en lo bueno y en lo malo, en esas picardías que ya conoce a su corta edad. Que puede llegar a ser figura del toreo, puede llegar. Pero a estas alturas venderlo como figura, como 'un prodigio', no cala en los aficionados.
A su favor tiene, sobre todo, que sabe ganarse al público. Un público predispuesto a aplaudir y pedir lo imposible. Debemos ser conscientes de que Marco Pérez está en fase de formación, de aprendizaje. Debería batirse con sus iguales, con novillos iguales y cara a cara con otros novilleros, y no en unas corridas mixtas, casi tapado, cuyo final se nos antoja una incógnita.
Creamos en el Marco Pérez del buen gusto, del novillero que está creciendo, de la humildad de un serrano, de la casta que atesora, de su valor -inmenso-, de su variedad de la buena, no la de las 'trampas'. Que podemos disfrutar en el futuro de un torero de altos vuelos, nadie lo niega, y el que lo niegue poco conoce la historia de este espectáculo. Pero vayamos despacio. Todo a su tiempo. Y si se le exige, es con toda la razón habida y por haber... Ni prodigio, ni figura... un novillero que está creciendo. Y bueno, con la espada así así, y con el descabello, hasta Ponce quiso salvarlo... Por lo demás, solo desearle eso, que siga aprendiendo, que capacidad tiene mucha, y edad por delante le sobra. Y para quien escribe, este domingo la corrida de la feria, rematada y con toreros. Por fin, toreros, ay!
Toros de Vellosino, para Miguel Ángel Perera, Emilio de Justo y Borja Jiménez. ¡Ahí lo dejo!
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros La Glorieta de Salamanca. Segunda de la feria en honor de la Virgen de la Vega. Menos de tres cuartos de entrada. Toros y novillos (3º y 6º) de El Capea, de buena presentación en líneas generales y juego variado, destacando el quinto por su bravura, ovacionado en el arrastre.
PABLO HERMOSO DE MENDOZA: silencio y ovación
ENRIQUE PONCE: ovación y dos orejas
MARCO PÉREZ: ovación tras aviso y vuelta al ruedo tras dos avisos.
Incidencias: Al finalizar el paseíllo, como es tradicional en los festejos que se programan en la provincia de Salamanca, sonaron los acordes del Himno Nacional de España, a cargo de la Banda Municipal de Música de Salamanca.
Curro Vivas y Fernando Sánchez se desmonteraron tras parear al quinto.