Asaja Salamanca ha manifestado su "profundo malestar" ante la situación actual del mercado de la patata, un cultivo estratégico para la provincia. A pesar de que al inicio de la campaña los precios al agricultor fueron altos debido a la fuerte demanda
La escasez de producto ha cambiado la situación. En pleno auge de la campaña, con los ciclos más largos de cultivo arrojan patatas de mayor calidad y tamaño óptimo, los precios que perciben los productores han caído de manera desproporcionada.
Esta reducción en el precio pagado a los agricultores no se ha reflejado, sin embargo, en los supermercados, donde las patatas siguen siendo vendidas a precios considerablemente altos.
Actualmente, los agricultores están recibiendo entre 30 y 35 céntimos por kilo de patatas, mientras que los consumidores las están comprando a precios que oscilan entre 1,10 y 1,50 euros por kilo.
Esta diferencia resulta inaceptable para Asaja Salamanca, que culpa directamente a los intermediarios de este desequilibrio.
El agricultor asume riesgos
"No puede ser que el agricultor asuma todos los riesgos y reciba una fracción del precio, mientras los márgenes se inflan desmesuradamente en el tramo final de la cadena de comercialización", ha denunciado Juan Luis Delgado, presidente de Asaja Salamanca.
Esta situación no es nueva ni exclusiva del cultivo de patata "Cuando el producto en origen tiene un precio justo, todo el mundo se alarma, pero en realidad son los intermediarios los que provocan esta escalada de precios".
Asaja Salamanca recuerda que la Ley de la Cadena Alimentaria prohíbe la venta a pérdidas y establece que los precios deben cubrir los costes de producción, que en el caso de la patata rondan los 10.000 euros por hectárea.
Sin embargo, los agricultores señalan que actualmente están recibiendo precios que no cubren sus gastos, lo que pone en riesgo la viabilidad de sus explotaciones agrícolas.
"El coste de producir una hectárea de patata es altísimo y el agricultor está asumiendo ese riesgo en solitario. Esta situación es insostenible", ha añadido el presidente de Asaja Salamanca.
Falta de mano de obra
Otro aspecto que Asaja Salamanca subraya es la falta de mano de obra para
el cultivo de patata, un proceso que requiere técnicas manuales y un cierto
nivel de especialización.
Esta escasez de trabajadores en el campo agrava aún más la situación de los productores, que ya están lidiando con márgenes reducidos y costos de producción elevados.
Asaja exige una mayor transparencia en la cadena de valor de la patata y pide
a los intermediarios que ajusten el precio pagado al productor de acuerdo con
los altos costos de producción que enfrenta el sector.
“No es aceptable que el precio final se triplique o cuadruplique entre el agricultor y el consumidor. Necesitamos que los precios reflejen el trabajo y el coste que hay detrás de cada kilo de patatas”, concluye Juan Luis Delgado.
La organización agraria también hace un llamamiento a las autoridades para que garanticen el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria y establezcan mecanismos más estrictos para evitar estos abusos.