El 21 de septiembre, San Mateo siempre ha sido una tarde muy marcada en Salamanca, 'el día de la provincia', tarde para experimentar tradicionalmente en la confección del cartel – antiguamente se llenaba siempre-.
Se hacía atractivo con esa chispa de tradición charra, donde los aldeanos iban a los toros por costumbre -día de subir a Salamanca- y por gusto. Un día en el que se ha visto de todo: corridas mixtas, corridas de 8 toros -que se podían hacer de 9 o 10 con los sobreros-, corridas concurso, etc.
'La corrida de la pana', como se le conocía en la provincia antiguamente y tan bien recoge Paco Cañamero en su columna de hoy. En la actualidad, desde hace una veinte años, se ha convertido en una corrida de rejones sin pena ni gloria.
Hoy por la tarde estaba el aliciente de volver a ver a Diego Ventura tras 10 años de un 'hermoso' veto en Salamanca y, sin duda alguna, no defraudó, a otro que se esperaba y mucho era al ya veterano Sergio Galán, al que tanto aprecio se le tiene en la provincia. Cerrando cartel el no tan deseado, pero si esperado por Guillermo Hermoso de Mendoza.
Abre plaza el toro 'Bailador', al que Sergio Galán no deja sin poner ni un par de banderillas, haciéndonos salir, por cierto, de las rojas y rojigualdas tan repetidas en el resto de los festejos de abono desde hace ya unos años, exigencia morantina dicen las malas lenguas.
Banderillas cortas a dos manos con el caballo Óleo, cuyo nombre le viene al pelo y nunca mejor dicho. Rejonazo caído y pescuecero. El toro cae degollado y sin puntilla en el trascurso de espectáculo de broncas a sus subalternos. Oreja.
El cuarto de la tarde, segundo de Galán, salió con aire de alegría con mejor cara de lejos y con la punta del pitón más gordo de cerca. Lo mejor de la lidia: la gente en el tendido del 1 entonando el pasodoble de S.M. 'El Viti' durante el largo tercio de banderillas.
Sigo echando de menos el capote de brega del subalterno -y antes matador de toros-, José Rubén Andrés en la colocación del toro en los medios durante el cambio de caballo, no queda ningún capote en los hombres de plata que acompañan a los caballeros rejoneadores como aquel torero. Medio rejonazo de muerte certero. Oreja.
Ventura, el deseado
En la espera de Diego Ventura' 'el deseado', los compañeros de tendido analizan la peculiaridad de que los rejoneadores no se acartelen por orden de alternativa, sino por la fecha del estreno. Diego Ventura tomó la alternativa en 1998 y Sergio Galán en 2001, haciendo de 'jueves' Ventura en la terna de hoy.
El segundo de la tarde sale con menos alegría que el primero acusando muy pronto cierta falta de bravura, rajándose desde los primeros tercios – si es que hay tercios en las corridas de rejones-.
Puro estilo Ventura para encandilar a un público que ya venía predispuesto al éxito; grandes galopes, piruetas, saludos desde el estribo, etc. Fuera riendas del caballo ‘Guadiana’ para culminar la faena con rehiletes a dos manos.
Cambio de jaco y entra ‘Conguito’ para un par de claveles y rejón de muerte. Rejonazo y dos orejas.
El quinto ya fue otro cantar, sin perder el estilo del lusitano tuvo que medir sus capacidades con un toro más bravo que planteaba otro tipo de acto en escena. Para empezar, pierde el rejón de saludo arrebatándoselo sin extremismos.
La faena, ya en banderillas, aburre por momentos, tanto que el tendido del 2 se tuvo que poner a cantar el 'Que viva España' de Manolo Escobar a ritmo de la tuna universitaria.
Quiebros y bailoteos para despertar al ‘público de pana’, banderillas cortas a dos manos, cambio al caballo ‘Guadiana’ y suerte de matar con el toro fundido de toda la lidia. Rejonazo. El toro cae sin puntilla. Dos orejas.
Guillermo Hermoso de Mendoza no podía faltar un 21 de septiembre a Salamanca, ¡por Dios bendito! Me juego unas chuches del quiosco Kolorines de Aldeadávila a que así será los próximos dos o tres años -poco más-, como no faltará el 6 de julio a Pamplona -hay alguna que otra máxima figura del rejoneo que no sabe lo que es torear allí-.
Bueno, pues el de Estella abre con un caballo de nombre ‘Nómada’, igual que el famoso ‘Nómada’ de su amigo Ventura, pacto de caballeros será. Juego y toreo de quiebros terminando con banderillas a dos manos y su caballo ‘Berlín’. Rejonazo de muerte más cerca de los cuartos traseros del animal que del triángulo de Ordóñez.
Aquí se da un espectáculo complejo de entender. Fruto de las pasiones de una suerte mal ejecutada, el rejoneador se baja del caballo, el toro persigue al caballo que huye derribándolo levemente, yendo a continuación, a por ‘Hermosito’ que andaba por allí jugando a las capeas.
En un momento de despiste del público, el navarro desaparece de la plaza dejando el toro embistiendo a los trapazos de capotes de subalternos y aparece tras varios minutos montado en otro caballo, dispuesto a meterle al de Herederos de Ángel Sánchez otro rejón de muerte, como ya es costumbre en él.
Distópico que un caballero rejoneador que se apellida Mendoza maneje mal algo similar a la poderosa ‘Tizona’. Silencio.
En el sexto, el joven Hermoso sorprendió a diestro y siniestro toreando de salida impecablemente bien al más bravo de todo el encierro. Al César lo que es del César. Larga faena con las banderillas con un exceso de subalterno al final de faena. Pinchazo y rejonazo caído. Oreja sin abrumadora petición tras el uso del descabello.
Ficha técnica del festejo
Plaza de Toros de Salamanca. Quinta de abono. Feria de la Virgen de la Vega. Tradicional corrida de rejones por San Mateo. Tres cuartos de plaza. Toros de Herederos de Ángel Sánchez y Sánchez para los caballeros rejoneadores:
Sergio Galán: oreja y oreja.
Diego Ventura: dos orejas y dos orejas.
Guillermo Hermoso de Mendoza: silencio y oreja.
Incidencias: sonora pitada a un subalterno de la cuadrilla de Guillermo Hermoso en el sexto por exceso de participación en la lidia del toro. Ventura saca a pasear la vuelta al ruedo de sus segundas dos orejas al mayoral de la ganadería.