Mujeres en la tuna, tradiciones que se adaptan a los nuevos tiempos: “A mucha gente le hace especial ilusión vernos"
- La iniciativa de fundar la Tuna Femenina de la Universidad de Salamanca comenzó en el año 1994, y se fundó oficialmente en el año 1997.
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Las tradiciones son aquello que define a una población. Castilla y León cuenta con multitud de ellas, tan arraigadas que en cada una de sus provincias se transmiten de generación en generación.
Sin embargo, hay otras que, aunque difieran según el territorio, son compartidas. Esto pasa con la tuna.
Las tunas se definen de forma simplificada como un grupo de jóvenes estudiantes que, vistiendo trajes pintorescos y de corte antiguo, se dedican a canturrear y tocar varios instrumentos para divertirse, allegando algo de dinero e, incluso, en su visión más estereotipada, llevando un estilo de vida guasón.
Son pocos los que, pese a que sea una costumbre remota, no tienen conocimiento de la longevidad de esta tradición.
Aunque históricamente los que formaban los grupos de tunas eran hombres, las nuevas generaciones han incorporado variantes, para que las mujeres también participen en estas actividades.
Salamanca es uno de los primeros sitios en el que las mujeres quisieron abrirse paso en este mudo pintoresco.
La iniciativa de fundar la Tuna Femenina de la Universidad de Salamanca comenzó en el año 1994, hasta que se fundó oficialmente como tuna en el año 1997.
Esta tuna salmantina viene de la tuna del instituto Fray Luis de León, que entonces era mixta.
Cuando se terminaba esa etapa educativa, los integrantes varones tenían la opción de pasar a formar parte de tunas masculinas.
“Pero no había opción para las mujeres, por lo que se decidió fundar una tuna femenina”, Ana Ruiz y Paula Esteban, una miembro y la tesorera, respectivamente de la Tuna Femenina de la USAL. Ana empezó a formar parte de este mundo hace dos años y Paula hará unos tres.
A día de hoy, el trato que reciben “es exactamente el mismo” que el de las tunas masculinas. Es más, “a mucha gente le hace especial ilusión ver a chicas en la tuna y son siempre muy agradables con nosotras”.
Como mensaje a todas las chicas que están en la universidad quieren enviarles el mensaje de que “se atrevan a vivir esta experiencia; ¡no tienen nada que perder!”.
Formar parte de la tuna no solo es una oportunidad para hacer grandes amistades, también permite viajar y disfrutar de la música, y crecer a nivel personal, sin olvidar que se pasa a formar parte de una tradición que ha perdurado a lo largo de los siglos.
¿Cómo hacen los llamamientos?
Este año hemos llevado a cabo distintas estrategias para que las posibles chicas interesadas pudieran dar con nosotras y animarse a formar parte de nuestra tuna.
Una de nuestras compañeras nos ha hecho un cartel que hemos ido poniendo por las diferentes facultades, y también hemos estado en la Feria de Bienvenida que se hizo en Salamanca el día 23 de septiembre.
Tras la Feria, muchas chicas estaban interesadas en formar parte de la Tuna y un día hicimos una quedada con todas ellas para explicarles un poquito más en qué consiste todo este gran mundo.
De hecho, ya tenemos a varias chicas apuntadas para el próximo viaje que haremos en diciembre en Sevilla, aprovechando que es el Puente de la Inmaculada.
Además, también tratamos de subir de manera periódica videos y fotos a nuestras redes sociales, sobre todo a nuestro Instagram (@tfusal), para que la gente vea todas las actividades y eventos que vamos teniendo.
¿Se han apuntado muchas mujeres este año?
De momento tenemos más de 20 chicas interesadas en conocernos.
Y de cara al año que viene, ¿qué expectativas tienen? ¿Se suelen ir muchas de sus compañeras?
El próximo año esperamos seguir aumentando esta familia y seguir expandiendo nuestra música y tradición por todos los lugares del mundo.
¿Qué es lo que más os gusta de formar parte de la tuna?
Ana: Lo que más me gusta es que te permite casi vivir en un mundo aparte de la realidad cotidiana, el hecho de poder compartir nuestra música con la gente que nos encuentra por las calles es algo maravilloso.
Además, las amistades que forjas con la tuna son totalmente diferentes a las que tienes con las personas que no forman parte de ella; el sentimiento de hermandad, aunque sea con gente que ves una vez al año, es increíble.
Paula: Al final la tuna somos una segunda familia en la que cobijarse y compartir muchas vivencias juntas, como bien ha dicho mi compañera anteriormente, se forma un vínculo distinto al que se puede forjar con otra persona que no es integrante de una tuna.
Me gusta mucho el hecho de poder viajar gracias a nuestra música y de conocer las ciudades de una forma diferente a la que estamos acostumbrados comúnmente. Además, tocar canciones y hacer felices a las personas que te escuchan, es algo que te llena de orgullo.
¿Por qué creen que es importante conservar una tradición como la tuna, además de adaptarla a las nuevas generaciones?
Al final es un elemento que ha pervivido a lo largo de los siglos, partiendo de los sopistas, que podríamos considerar los primeros tunos.
Obviamente la tuna no se ha mantenido estática durante todo este periodo, sino que ha ido cambiando y adaptándose a los tiempos y es una parte esencial de nuestra cultura.
Igualmente, en muchos casos es una tradición que ha pasado de padres a hijos, y, por ende, es algo que compartimos entre generaciones y que nos acerca más a ellos.
¿Algún mito que quieran desmentir?
Que somos malas estudiantes. Ser tuna no implica dejar de lado nuestros estudios en absoluto, sino más bien aprender a compaginar nuestras responsabilidades académicas con las actividades y eventos de la tuna.
Además, ser parte de la tuna nos enseña habilidades como la gestión del tiempo, el trabajo en equipo y el compromiso, que son igualmente valiosas tanto en la vida académica como profesional.
¿Dónde podemos encontraros?
¡En muchísimos sitios! Por las calles y bares de Salamanca se nos ve muy a menudo, puesto que solemos salir casi todas las semanas y también tenemos ensayos.
Además, también participamos en numerosos certámenes y festivales, tanto dentro como fuera de España y, a mayores, tratamos de hacer varios viajes durante el año.