La pastelería más antigua de Salamanca: triunfa por su artesanía y es popular por los chochos típicos
- Desde su inauguración en 1870 se ha convertido en la cuna pastelera artesanal charra y productos típicos como torrijas, mazapanes y polvorones.
- Más información: El alimento que se hizo famoso en Salamanca durante la Pascua y ahora es su emblema gastronómico
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En el corazón de la ciudad de Salamanca, conocida por su historia, su arquitectura y su vibrante vida cultural, se encuentra un lugar que ha conquistado a generaciones de salmantinos y visitantes por igual: la Confitería La Madrileña, un icono dulce salmantino.
La Confitería La Madrileña es mucho más que un simple establecimiento donde degustar dulces. Es un pedacito de historia salmantina que ha endulzado los paladares de generaciones enteras. Esta confitería se ha convertido en un referente de la pastelería tradicional española.
Este emblemático establecimiento, abierto en 1870 en plena Plaza Mayor, no solo es un referente de la repostería en la ciudad, sino también un símbolo de tradición y excelencia en la elaboración de dulces artesanales.
Lourdes Martín Rivas, la actual regenta y descendiente de los primeros pasteleros, habla con orgullo de ser el negocio más antiguo de Salamanca y dos, ser la única tienda que vende los chochos típicos de Salamanca, que hacen de la Confitería La Madrileña toda una institución en el comercio salmantino. Sus más de 150 años de historia convierten este pequeño espacio en un gran testigo del paso del tiempo.
La Madrileña abrió sus puertas hace más de medio siglo, consolidándose rápidamente como uno de los puntos de referencia para los amantes de la pastelería en Salamanca. Su nombre evoca la elegancia y la calidad típicas de las grandes confiterías, y aunque su origen pueda asociarse a influencias madrileñas, su esencia se ha adaptado al alma charra de la ciudad.
Desde sus inicios, La Madrileña ha mantenido un firme compromiso con la elaboración artesanal de sus productos. Su carta, repleta de delicias tradicionales, refleja un respeto por las recetas clásicas, transmitidas de generación en generación, a la vez que incorpora toques innovadores que responden a las tendencias actuales.
Chocho típico de Salamanca
Afirma Lourdes Martín que son típicos de Salamanca, pero "datan de cuando en la Cuaresma se echaban a las prostitutas de la ciudad pasando el río. Las mujeres alegres, que se les llamaba antiguamente, hacían unos chochos tres veces más grandes que estos, con unas bandas que se ponían en los escaparates. Y las mujeres, a los hombres que les acompañaban en aquella época, se los regalaban".
Era, recuerda Lourdes, "como en plan de que se consolaran, porque era una cosa dura, que las chuparan, que se consolaran. Entonces esos dulces se llamaban chochos. Un confite de azúcar y canela, nada más".
"Después de acabar la Cuaresma, se transportaban otra vez las prostitutas a la ciudad. Y para festejar que regresaban a este lado del río, es cuando se comía el hornazo típico de Salamanca, esa empanada de jamón, chorizo y lomo, el lunes de aguas, que es el lunes siguiente al lunes de Resurrección. De ahí datan las dos cosas, los chochos típicos y el hornazo", explica Lourdes Martín.
No deja pasar la ocasión esta pastelera salmantina de recordar que "esta confitería es actualmente la única que tiene los chochos típicos de Salamanca ya". Además, bien expuestos y en cantidad para locales y turistas, sobre todo.
Le preguntamos a Lourdes Martín qué más ofrece la madrileña. "Ofrece todos los productos típicos de Salamanca, el hornazo, la perrunilla, la rosquilla de Ledesma, las obleas, la miel de la sierra, y toda clase de chocolates, pero sobre todo el chocolate artesanal, que se sigue haciendo desde la época de mis abuelos", responde.
Unamuno y Filiberto Villalobos
Vemos que tienen fotografías con famosos colocadas en las estanterías. "En la época de mi bisabuelo, en esa trastienda, Miguel de Unamuno, se sentaba a conversar. Como también Filiberto Villalobos", explica Lourdes.
También dice que "mi abuela era sobrina del ministro Canalejas, que se apellidaba Rosario Canalejas, por ello, el ministro Canalejas tenía muy buena relación con la familia". Por eso, detrás de esa puerta que "se cerraba, había muy buenas tertulias".
Explica Lourdes que "una clienta que ha sido nuestra muchos años, cuando venía a Salamanca, era la duquesa de Alba. Actores, pues muchos, porque cuando venían al Teatro Coliseum o al Liceo, pasaban casi todos por aquí".
"Hace unos años se puso en contacto con nosotros la productora de 'MasterChef', que debido a que éramos los más antiguos, querían grabar aquí un programa, y así fue". Además, explica que "también es nuestra casa, vivimos arriba, y la Plaza Mayor es nuestro barrio. Tengo dos hijos, son ingenieros, pero les gusta mucho la tienda también", por tanto, todo indica que La Madrileña seguirá dando dulzura a la Plaza Mayor.
Para todos los gustos
Uno de los mayores atractivos de La Madrileña es la diversidad de su oferta. Desde sus afamados hojaldres hasta sus exquisitas tartas personalizadas, cada bocado en esta pastelería es una experiencia sensorial. Entre sus especialidades más destacadas se encuentran las rosquillas y buñuelos, elaborados con técnicas tradicionales, estos dulces destacan por su textura ligera y su sabor auténtico.
Tartas y pasteles, con una variedad de opciones, desde las clásicas tartas de nata y chocolate hasta creaciones más vanguardistas, satisface cualquier paladar. O los postres típicos en épocas especiales, como Semana Santa o Navidad, La Madrileña se luce con productos típicos como torrijas, mazapanes y polvorones, hechos con dedicación y esmero.
Más allá de la calidad de sus productos, Confitería La Madrileña ha sabido ganarse un lugar especial en el corazón de los salmantinos por su ambiente cálido y acogedor. La atención cercana de su dueña hace de cada visita una experiencia memorable.
Además, su ubicación estratégica en el centro de Salamanca la convierte en un lugar perfecto para disfrutar del acompañamiento de un dulce, mientras se contempla la vida de esta ciudad histórica.
La Pastelería La Madrileña no solo es un negocio, sino también una parte esencial de la identidad cultural de Salamanca. Con su dedicación a la calidad y su apuesta por preservar las tradiciones, este establecimiento continúa siendo un punto de referencia tanto para los locales como para los turistas que buscan disfrutar de los sabores auténticos de la provincia.
Si visitas Salamanca, no puedes dejar de pasar por La Madrileña. Cada producto es un homenaje a la repostería artesanal y un recordatorio de que, a veces, los pequeños placeres de la vida se encuentran en un pastel perfectamente horneado, en una delicada pieza de chocolate artesanal o saborear un chocho típico de Salamanca.