En la comarca de Las Arribes del Duero salmantinas se encuentra el Castro del Castillo, situado en la confluencia del Arroyo Grande con el río Huebra. Se trata de uno de los castros más impresionantes de Salamanca, llegando a considerarse como el mayor campo de piedras hincadas de Europa.
Este castro vetón, a escasos 120 metros del casco urbano de Saldeana, aprovecha el meandro del río y los desniveles de más de 150 metros, y su magnífico campo de piedras hincadas, alguna de las cuales tiene más de un metro de altura.
Además, en algunas partes presenta una anchura de más de cien metros, que le convierten en uno de los mejores ejemplos de poblados fortificados vinculados a la población vetona, origen de la cultura de esta zona del río Duero.
Castro de El Castillo
El castro se sitúa sobre un promontorio granítico, ocupa una extensión de 3,5 hectáreas y consta de unas características defensivas excepcionales: por un lado, el gran desnivel hacia el río, las arribes del Huebra; por otro lado, la muralla construida en mampostería de granito en seco que se circunscribe a las zonas accesibles.
Finalmente, el campo de piedras hincadas considerado como uno de los más importantes del mundo vetón, que se encuentra situado en el exterior del recinto y perfectamente conservado, visible a cierta distancia.
A pesar de la ausencia de excavaciones arqueológicas, el origen del castro de El Castillo de Saldeana se establece en la II Edad de Hierro debido a sus características y cercanía con otros asentamientos similares, que realizaron los vetones en el suroeste de la Meseta norte en los siglos V-II a. C.
La continuidad del poblamiento vetón a lo largo de la época romana se desprende de la existencia de varias estelas funerarias reaprovechadas como material de construcción en las casas de Saldeana. Dichas estelas funerarias, sin duda, deben proceder de la necrópolis del poblado.
Accesos
Para acceder al castro, situado al suroeste de la localidad de Saldeana, hay que tomar un camino de un kilómetro, aproximadamente, que sale de una de las calles del pueblo, lugar donde se sitúa el frontón de pelota.
El castro se observa desde el propio casco urbano y se puede llegar en coche hasta un área de estacionamiento, en el que se puede dejar el vehículo y acercarse andando al yacimiento, solo restan 300 metros.
Para ello, hay que pasar una cancela metálica que franquea el paso. No debe de olvidarse que es de titularidad privada la finca. Una vez superada se encuentra de bruces con el campo de piedras hincadas que, a modo de barrera disuasoria, impedía el acercamiento a caballo hasta la muralla defensiva que se observa al fondo.
Un sendero hacia la izquierda indica el camino a seguir, el cual conduce hacia los precipicios del río Huebra, un acantilado inexpugnable de hasta 160 metros. El sendero permite recorrer todo el exterior del castro, en el sentido de las agujas del reloj, hasta una zona en la que se entra al interior para salir más adelante, junto al Arroyo Grande.
Se sigue el recorrido del sendero, el cual llevará al punto de partida del paseo por el Castro del Castillo de Saldeana, la cancela metálica. Además, conviene conocer, en las inmediaciones, entre el castro y el pueblo, unas casas ganaderas, a modo de chiviteras, techadas con ramajos, de preciosidad y valor etnográfico incalculable.