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Gabriel Calvo polifacético folclorista salmantino, trovador español, productor e ideólogo cultural, cumple cuarenta años de música tradicional y lo celebra en el Teatro Liceo, junto a los instrumentistas habituales que le han acompañado en sus más de 1.500 conciertos, 17 discos o en sus originales producciones escénicas.

Cuarenta años no son nada cuando detrás del artista se encuentra toda una trayectoria musical dedicada a la recuperación y divulgación del cancionero tradicional español, trabajos que le han convertido en una referencia de la música popular.

Gabriel Calvo, juglar de juglares, ha ofrecido más de 1.500 conciertos en solitario y en compañía de su grupo 'La Fabulosa Retahíla', recorre para EL ESPAÑOL de Castilla y León toda su trayectoria profesional y artística.

Gabriel, ¿cuarenta años, a decir pronto? 

Cuarenta años son muchos y son pocos comparados con la vida que viven algunas personas. Lo importante es haberlo vivido con una trascendencia vital, sobre todo con salud, que es lo que yo más valoro en la vida, después de estar dos veces a punto de morir. Una por un coma diabético y luego, otra, por una prostatitis y una septicemia en 2008. Entonces, para mí, a partir de ahí, como diría Carlos Cano, "empieza la vida", o como diría un famoso verso de un poema, "toda la vida es ahora".

¿Aquel Gabriel Calvo de hace cuarenta años hasta el de 2025, en qué ha cambiado? 

No me reconozco en el Gabriel Calvo de los comienzos, porque esa inmadurez personal y artística, no se refleja en etapas posteriores. Pero es normal. Como, parafraseando a Cela, decía que él nunca volvería a escribir la primera novela como la escribió. Entonces, creo que se aprende en el camino de la vida. Se va aprendiendo con los discos, con la gente conque trabajas, con los músicos, se va aprendiendo a hacer entrevistas. La vida es una enseñanza, Luis. 

¿Con qué se queda de todo este tiempo de profesión?

Me quedo con el aspecto humano de las personas mayores. Es lo que más valoro. Primero, porque yo ahora me veo con 60 años reflejado en ellas. Cuando recopilaba canciones tradicionales, iba a los pueblos, y esa gente se desvivía por enseñarte todo aquello que ellos querían transmitir. Era como una urgencia, porque veían que se perdía, que ellos se morían, que todo eso desaparecía. Entonces, me veo reflejado en esa humildad y, sobre todo, en ese aspecto humano que desprende el informante en la música tradicional. 

En la presentación del concierto del pasado viernes, usted afirmaba que ya nadie puede ir a buscar donde ya no hay. 

No, porque esa cadena transmisora hace ya muchísimos años que se ha muerto. El eslabón que nos une con los capítulos del pasado desapareció hace muchos años. Quizás no hace 5 ni 10, a lo mejor hace 20 años. 

"La cadena transmisora que nos unía con los capítulos del pasado desapareció hace muchos años".

¿Por qué?

Porque esa generación que mantenía la cultura oral de sus pueblos prácticamente está muerta. En el caso, por ejemplo, de mi padre, que está camino de los 99 años, es una excepción. Pero en los pueblos, tú que procedes de ellos, sabes que todo ha cambiado hace 20 o 30 años.

Y, por desgracia, nadie crea ahora en los pueblos cultura tradicional. 

Pues sí, porque la cultura tradicional, yo siempre digo que el folclore, esto es muy importante, el folclore es el género musical que más de moda ha estado siempre. 

¿Me puede explicar el porqué?

Porque el folclore, la canción tradicional, el romancero, el baile, se han ido adaptando a los tiempos que vivían esas propias canciones y esas propias melodías. Se iban adaptando en función de quién las adaptaba a ellas y de las modas. Y claro, ahora ya no se crea. Hay una recreación excesiva de aquello del pasado, una idealización, como si el pasado fuese algo idílico, cuando realmente el pasado a veces no está sujeto a la antigüedad. Una canción como 'La Clara' tiene 120 años, o La Montaraza. Por ello, hay que ser bastante consecuentes con lo que se dice.

O sea, que aquí nadie venga a vender cosas nuevas. 

No, yo creo que el romancero, por ejemplo, ¿por qué ha pervivido? Porque Ramón Menéndez Pidal encontró una versión del 'Príncipe Don Juan', que tiene 500 años, y eso demuestra que esa canción llegó a nosotros a través de una serie de etapas, de paralelismos con la gente que la iba versionando. Yo creo que en Salamanca la mayoría de las canciones, salvo aquellas que son melódicas, son canciones muy modernas. 'La Clara', 'La Montaraza', 'La Merenciana', que es una canción esta última que puede tener 80 años, no más. 

Quiero preguntarle a usted, como uno de los profesionales con mayor tradición y experiencia en Salamanca, ¿en qué momento se encuentra el folclore salmantino? 

En la nación, vamos a partir de ahí, se encuentra en un punto en el que está más de moda que nunca. Porque los jóvenes han encontrado en el rescoldo de la tradición un motivo para valorar lo que es la cultura. 

¿Puede hablar usted de Rodrigo Cuevas? 

Por ejemplo, sí, Rodrigo Cuevas, actuó el pasado sábado en Salamanca. Pues Rodrigo Cuevas fue un músico que empezó, como hemos empezado todos, en locales, en cuadros, y luego un buen día descubrió que a través de una estética determinada, podía llegar a otro tipo de personas. Y a través de la publicidad, de la promoción que emisoras como Radio 3 le han prestado, pues este señor ahora llena auténticos auditorios. Claro, no solo basado en la música tradicional, sino en una especie de contenido de lo que es todo su espectáculo, su vestimenta, su imagen, lo que proyecta para una determinada gente. Yo creo que eso hay que valorarlo en el tiempo en el que vivimos. 

Sí, en el tiempo que vivimos, estuve entrevistando y luego viendo a un joven de San Martín del Castañar, Kike M, y decía eso, de que la música tradicional, el folclore, tiene también sus puntos de encuentro con otras músicas. Por ejemplo, el concierto que hizo con la Joven Orquesta Sinfónica Ciudad de Salamanca y sus ritmos serranos, que encantó al público. 

Pues sí, lo que pasa es que yo creo que lo importante también es conocer de dónde venimos. Es decir, esto es como la pintura, Picasso no pintaba sus cuadros porque no se pudiesen pintar.  Desde la edad de hierro había una formación muy grande. Recuerdo que hace unos años fui a la Peña de Francia y había un joven de unos 25 años tocando una canción. Me acerqué en el ofertorio, que es el momento más sagrado del arte, el ritual de la misa y le pregunté, oye, qué canción más bella, es bellísima, ¿de dónde has sacado esta canción? Dice, uy, es muy antigua, puede tener siglos. Le digo, ¿y no sabes cómo se titula? Me dice, no, no. Le digo, pues mira, se titula 'La Saeta'.  Ah, no me digas, ¿y usted la conoce? Le digo, sí, la conozco, porque es una melodía que creó Joan Manuel Serrat y me dice, ¿y ese de qué pueblo es?  

Gabriel Calvo, flolclorista de Salamanca

¿En qué momento se encuentra Gabriel Calvo, a los 40 años de profesión?

Pues en un momento muy feliz. Primero, porque he cumplido los 60 y me gano la vida mejor que nunca actuando, con consideración, reconocimiento y, sobre todo, a nivel anímico. Con mucha serenidad, muy feliz, disfrutando de todo aquello que me rodea, valorando que la vida, de una manera u otra, se escapa día a día. Eso es lo bonito. Y bueno, valorando quizá la lejanía de muchos proyectos que hubiese hecho ahora de otra manera, con esas iniciativas que yo tenía, esa fuerza. Ahora estoy en un momento muy dulce, porque también la Junta de Castilla y León me ha llamado para varios proyectos y creo que hay que ir siempre a mejor. 

Hay un punto que no podríamos nunca dejar pasar de Gabriel Calvo, que es 'El Lunes de Agua'. 

Ah, bueno, 'El Lunes de Agua' es una cosa curiosa, porque hace como 30 años estaba un día esperando el autobús para llegar a mi casa. Yo vivo en el Teso de la Feria. Se me acercó un señor de unos 30 años y me dijo, ¿usted es Gabriel Calvo? Y le respondí, no, me han dicho que me parezco mucho a él. Y me contestó, es que a mí me gusta mucho como canta. Le digo, ah, sí, a mí también me gusta. Y me suelta, pero me ha dicho mi profesor de tamboril que no lo escuche, porque toca las canciones con guitarra y las estropea. Entonces se me abrió un punto y dije, joder, mañana es 'El Lunes de Agua', voy a crearle una canción sobre ese día. Ese mismo momento creé una canción de la que luego hice un disco conceptual. He seguido escribiendo canciones que las voy a recopilar pronto en un disco. 

¿Hay alguna zona especial que le atraiga más que la otra en la provincia de Salamanca? 

Yo soy por identidad un serrano, he nacido en Monforte de la Sierra, pero creo que una persona como yo no está para juzgar, está para valorar. Y eso es muy importante. Porque cada comarca en Salamanca tiene tanta importancia y tanto tipismo que la originalidad se manifiesta de una forma tan brutal en su música que sería injusto declinarnos por una en detrimento de las otras. Otra cosa es que en la sierra, la gente se asocie a la moda, a su cultura, a su baile, a su folclore. Yo, por ejemplo, soy un enamorado de la sonoridad de Las Arribes, esa alegría de aquella zona. Entonces, no sería justo, Luis. 

¿Algo más?

Me gustaría que la gente se siga acercando a la música tradicional de la manera que lo ha hecho. Hay un cambio generacional muy grande, que yo lo veo en los recitales. Observo mucha gente joven. Y ese mito de que si el folclore importa a alguien o no importa, creo que lo he resumido antes. El folclore ha estado siempre de moda y siempre va a estar, porque viene de lejos y llegará muy lejos. 

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