Xu Jinjing, profesor de Estudios Chinos en la Universidad de Salamanca, junto a la Facultad de Filología

Xu Jinjing, profesor de Estudios Chinos en la Universidad de Salamanca, junto a la Facultad de Filología Luis Cotobal

Salamanca

Xu Jinjing: “El Año Nuevo Chino es más que una fiesta, es un puente entre culturas”

El académico desvela los secretos de esta celebración y cómo se convierte en un puente entre oriente y occidente.

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El reloj de la Plaza Mayor de Salamanca es lugar de encuentro para españoles, pero sin duda, es ya una tradición que cruza fronteras. Cinco minutos antes de lo acordado allí nos espera Xu Jinjing. “Puntualidad china”, bromeó.

Director local del Instituto Confucio de la USAL y profesor de Estudios Chinos en la Universidad de Salamanca, Xu nos invita a descubrir que las tradiciones tienen la capacidad de conectar culturas y enriquecer sociedades más allá de su lugar de origen.

Xu Jinjing, figura clave en la promoción de la cultura china, comparte con calma y precisión el significado de una de las festividades más importantes de su país: el Año Nuevo Chino.

Este académico, ha dedicado años a tender puentes entre culturas, y su perspectiva sobre esta celebración revela que además de un cambio de calendario, es también un complejo sistema de valores, tradiciones y oportunidades que nos invitan a la reflexión.

Una festividad marcada por la transformación

Xu comienza explicando que el Año Nuevo Chino no sigue las pautas del calendario gregoriano, sino un sistema lunisolar que combina los ciclos del sol y la luna, lo que hace que la fecha varíe cada año.

“Es un calendario mucho más complejo porque intenta armonizar los ciclos lunares con los solares. Por eso, algunos años incluso tienen 13 meses, como ocurrirá en 2025”, comenta. En esta ocasión, será el año de la serpiente, un animal cargado de simbolismo en la cultura china.

Pregunta: ¿Qué representa la serpiente en la cultura china?

Respuesta: La serpiente simboliza transformación, inteligencia y cautela. Es conocida como el ‘pequeño dragón’ y está asociada al cambio porque muda su piel, un proceso que inspira crecimiento. También nos enseña a actuar con cuidado, a observar antes de dar el siguiente paso. Es una metáfora poderosa para la vida y los proyectos personales, explica Xu.

Preparativos y tradiciones familiares

La festividad, que oficialmente dura 15 días, comienza mucho antes con los preparativos. Xu describe cómo las familias limpian sus casas para “expulsar la mala suerte”, aunque con ciertas reglas.

“No se puede barrer hacia la puerta porque estarías sacando también la buena fortuna. Son detalles que demuestran lo profundamente simbólica que es esta celebración”, señala. Además, cada región de China aporta sus peculiaridades: en el norte es típico preparar jiaozi, los conocidos raviolis chinos, mientras que en el sur no hay un plato fijo, pero siempre se procura que la mesa esté llena de comida abundante.

Otra tradición destacada es la entrega de sobres rojos con dinero a los niños, símbolo de buena suerte y prosperidad. “Según la tradición, no se pueden abrir hasta que terminan los 15 días festivos, aunque hoy en día algunos niños suelen gastarlo al día siguiente”, comenta entre risas.

La integración de las comunidades chinas en España

Cuando se le pregunta cómo celebran esta festividad las comunidades chinas en España, Xu admite que no es fácil replicar el ambiente que se vive en su país natal. Sin embargo, destaca los esfuerzos de ciudades como Salamanca para organizar actividades que acerquen esta tradición a la población local.

“Los desfiles, los talleres y las actuaciones son importantes porque fomentan el entendimiento cultural. Además, ahora es más fácil estar conectados con nuestras familias en China gracias a la tecnología. Antes, era casi imposible hacer una llamada internacional durante estas fechas por la saturación de las líneas”, recuerda.

P: ¿Qué opinas del interés por el Año Nuevo Chino en España?

R: Creo que cada vez hay más curiosidad y aprecio por esta festividad. Para los españoles, es un día cultural interesante, más que un inicio de año en sí, pero ese interés refleja una integración cultural positiva. Además, el Año Nuevo Chino es una oportunidad para mostrar que nuestras culturas tienen más similitudes de las que pensamos.

El Festival de los Faroles, un cierre simbólico

La festividad culmina con el Festival de los Faroles, que combina tradiciones ancestrales con un ambiente festivo. “Es el momento de cerrar el ciclo de 15 días. En este día se comen tangyuan, bolas de arroz glutinoso, como símbolo de unión familiar. También se decoran las calles con faroles, que son un elemento esencial en nuestra cultura”, explica.

"La lengua y la cultura están profundamente conectadas. Entender las tradiciones, como el Año Nuevo Chino, ayuda a los estudiantes a comprender mejor la lógica y los valores detrás del idioma"

El color rojo, omnipresente durante toda la festividad, tiene un papel clave en ahuyentar a los malos espíritus y atraer la buena suerte. “Es un color cargado de simbolismo. Antiguamente se pensaba que asustaba a los monstruos y fantasmas, y por eso se utiliza tanto en decoraciones y vestimenta”, añade.

La Universidad de Salamanca, puente académico entre China y España

Xu Jinjing lleva años trabajando como profesor en la Universidad de Salamanca, donde forma parte del equipo de Estudios Chinos en la Facultad de Filología. Según explica, la enseñanza de la lengua y la cultura china en España ha ganado un interés notable en los últimos años. “Desde que en 2006 se reconocieron mutuamente los títulos universitarios entre China y España, el interés por el idioma y la cultura china ha crecido exponencialmente.

España es uno de los países europeos con mayor número de personas que se presentan al examen oficial de nivel de chino, el HSK”, comenta. Este aumento también se refleja en la apertura de centros relacionados con el idioma, como el Instituto Confucio de Salamanca, que lidera Xu, y otros en ciudades como Madrid, Barcelona y Sevilla.

En las aulas, Xu se enfrenta al reto de enseñar una lengua con una estructura completamente diferente al español, así como también a desmitificar su supuesta dificultad. “La gramática del chino es mucho más sencilla que la española, que puede ser muy complicada para los hispanohablantes. Aunque los caracteres chinos pueden parecer intimidantes, cada idioma tiene sus partes difíciles y sus ventajas. Lo importante es que los estudiantes pierdan el miedo y se atrevan a intentarlo”, explica.

El Año Nuevo Chino, una celebración cargada de simbolismo, una oportunidad para reflexionar sobre el ciclo que termina y abrazar el que comienza con esperanza y determinación. Desde los preparativos familiares hasta las profundas raíces históricas del calendario lunisolar, esta tradición milenaria consigue conectar la diáspora china con sus orígenes, encontrando un lugar especial en otras culturas, como la española.

Con su calma y claridad, Xu nos deja una reflexión final: cada año, como la serpiente que muda su piel, tenemos la oportunidad de reinventarnos, de crecer y de construir un futuro más conectado, más humano y, sobre todo, más esperanzador.